Igor Paskual: «Telonear a los Stones fue pisar tierra sagrada»

En el año 2001, Igor Paskual (San Sebastián, 1975) acababa de grabar su tercer disco con Babylon Chat cuando fueron reclamados en Madrid para telonear a Loquillo. Este ya les había colaborado en una versión del 'Vicious' de Lou Reed e incluso les había cedido la letra para un tema, cosa que ya había dejado al propio Paskual «sin palabras». «Espero devolverle el favor algún día», reconocía entonces el guitarrista en una entrevista para el número 27 de la revista Los+Mejores Rock Mag. Y vaya que si se lo devolvió, porque el músico donostiarra no dudó en subirse al barco de los Trogloditas comenzando a forjar así un tándem con el Loco que, más de veinte años después, aún mantienen dentro y fuera de los escenarios.

Paskual puso su firma en éxitos como 'Feo, fuerte y formal', 'Rock n roll actitud', 'Memoria de jóvenes airados', 'Hotel Palafox'... y Loquillo, por su parte, compartió con él la gloria bajo los focos. «Era un chavalillo que venía de escuchar al Loco tocando 'Simpatía por los Stones' en el 'Un, dos, tres...' y de repente me vi tocando con él y los propios Stones. No sé explicarlo tío, era como pisar tierra sagrada, como un futbolista en el antiguo Atotxa. Te sientes bendecido, te bautiza».

Una de sus experiencias juntos fue nada menos que con Sus Satánicas Majestades. Hasta en tres ocasiones actuaron de teloneros de los Rolling Stones en el 2007, como parte de la gira 'A Bigger Bang' en Madrid, Barcelona y El Ejido (Almería). «La sensación que tuve aquellos días era que los Stones venían como en un gran barco pirata: tenían sus propios comedores, ambulancias, armarios con más de 120 guitarras, técnicos que eran como viejos lobos de mar… Una especie de ciudad flotante que se iba moviendo de concierto en concierto. Se me ponen los pelos de punta al recordarlo. En su momento pensé: 'Ya está, después de esto me puedo morir'».

Dicen que a los rockeros británicos nunca se les ve juntos fuera del escenario y que «es complicado acceder a ellos». Ahora bien, «cuando llegan al estadio los cuatro juntos parecen jefes de estado». Paskual recuerda que, por ejemplo, «Keith Richards se encerraba en una especie de camioneta-camerino con la música a tope, y ahí se pasaba las horas con colegas fumando marihuana y escuchando blues del Delta».

Y en el concierto en Montjuïc, los británicos tuvieron el detalle de conectarles la enorme pantalla gigante, una licencia nada habitual para con los teloneros. Pero fue el de El Ejido «el mejor de todos». Bajo una nube de polvo de arena del desierto que levantaban los pies de cerca de 30.000 espectadores salieron Paskual y Loquillo a escena. «Me alucinó que hasta los cooperativistas de los invernaderos regalaban 'flyers' contando las bondades de sus tomates acompañados con letras de los Stones. Fue un show».

Tan solo unos meses antes de aquello, la banda venía de telonear a The Who en el BEC —con el hijo de Ringo Starr a la batería—, el mismo día en que Pete Townsend cumplía 62 años. «El tipo venía en un jet privado desde Londres porque había estado viendo un partido del Chelsea de la FA Cup que se había alargado hasta los penaltis. Aterrizó en Bilbao, se echó a dormir y, antes del concierto, el Loco le regaló una guitarra de chocolate». De Christian Escribà, eso sí.

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