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Debido a los carteles pegados en las calles, las noticias colgadas en las redes sociales, los anuncios emitidos en las emisoras de radio y las menciones publicadas en la prensa generalista, todos deberíamos saber que, junto a Jeff Beck, uno de los cabezas de ... cartel del tercer BBK Music Legends Festival es el cantante y bajista Glenn Hughes (Cannock, Staffordshire, Inglaterra, 66 años; reside en Los Ángeles desde 1973), quien se ganó un nicho en la historia del rock gracias a militar en Deep Purple entre 1973-76. Con ellos grabó tres elepés, 'Burn' (74), 'Stormbringer' (74) y 'Come Taste The Band' (75), grabados junto a Ritchie Blackmore, Jon Lord, Ian Paice y David Coverdale, con quien compartió las labores al micrófono.
A Deep Purple tributará Glenn Hughes en junio en el Centro La Ola de Sondika, pues su programa se ha subtitulado 'Performs Classic Deep Purple Live'. No obstante, su carrera arrancada en 1967 ha tenido otros hitos destacables: por ejemplo a mitad de los 80 fue fugazmente cantante de Black Sabbath (en realidad 'Seventh Star' era un disco del guitarrista Tony Iommy, pero el sello le obligó a editarlo con el nombre de la banda), en sus pinitos en los 60 militó en grupos como Finders Keepers y los funk-roqueros Trapeze, y tras su paso por Deep Purple su reconocida adicción a la cocaína frustró la proyección de bastantes de sus proyectos, por ejemplo y ya en los 80 el dúo toxicómano Hughes / Thrall, luego Gary Moore o más tarde el citado caso de los Sabbath, con cuyo manager se peleó.
Vídeo de 'Collide', primera canción del disco 'BCCIV'.
Sin embargo, se supone que Glenn Hughes está limpio de drogas desde los 90. Su carrera se relanzó con los electrónicos KLF (con ellos obtuvo el hit 'America: What Time Is Love?'), mediante otras colaboraciones más acordes a su estilo (con el guitarrista de Europe John Norum, entre otras), y también asentando su carrera en solitario (el disco 'Soul Mover' en 2005). Y un gran paso adelante lo dio al montar en 2009 el supergrupo Black Country Communion, coliderado por Joe Bonamassa (guitarrista de blues-rock popularísimo e hiperinfluyente en la actualidad; dedicamos en un aparte unas líneas a 'Black Coffee', su nuevo disco con la vocalista Beth Hart), y completado por Jason Bonham (batería, el hijo de John 'Led Zeppelin' Bonham) y Derek Sherinian (teclista, ex Dream Theater y músico solicitado por Alice Cooper, Billy Idol, Yngwie Malmsteen, Kiss, Steve Vai, Slash, Steve Lukather, Zakk Wylde, Al Di Meola…).
En su primera etapa editaron tres álbumes: 'Black Country Communion' (2010, con el que actuaron en el Azkena Rock Festival de 2011), 'Black Country Communion 2' (2011) y 'Afterglow' (2012). Pero Bonamassa empezó a mosquearse con Hughes alegando que se estaba estresando por culpa del intenso ritmo de trabajo (grabaciones y giras) y, como se cuenta, tras varios meses de tensiones públicas abandonó la banda y la asociación se disolvió en 2013. Los ingleses Hughes y Bonham (ambos provenientes del 'Black Country' inglés, de las zonas metalúrgicas y mineras del oeste del país, de ahí el nombre del supercuarteto, al que añadieron lo de 'Communion' porque existía otro grupo con el mismo nombre) continuaron con otro grupo llamado California Breed, y el neoyorquino Bonamassa prosiguió en solitario y se llevó de escolta al californiano Sherinian.
Con el paso del tiempo Hughes y Bonamassa se reconciliaron y reunieron la banda para lanzar su cuarto disco, 'BCCIV' (Mascot, 17). Bonamassa cuenta en la hoja de promoción: «Simplemente sentía que era el momento adecuado para que Black Country Communion volviera al estudio y escribiera y grabara un nuevo álbum. Cuando contacté a Glenn, Derek y Jason, inmediatamente accedieron a trabajar en ello. Desde que se dio la noticia de que la banda volvería a juntarse, 'BCCIV' se está construyendo poco a poco en lo que se percibe como el álbum de hard rock más grande de 2017».
En total son diez cortes (once en el vinilo) y están sólidamente sonorizados por su productor de siempre, el sudafricano Kevin Shirley (Black Crowes, Journey, Iron Maiden, Rush, Led Zeppelin, Dream Theater, HIM, Mr. Big, Europe…), el quinto miembro de la banda, pues no en vano participó en la gestación de ésta en California y además recomendó a Bonamassa y Hughes que ficharan a Sherinian y Bonham.
'BCCIV' abunda en la progresividad a lo Dream Theater, el aparato de Led Zeppelin y el hard rock contemporáneo o atemporal, el basado en Deep Purple (esa grandiosa contención), y hasta se atreve con atisbos de folk-rock. Avala Hughes: «Los cuatro queríamos hacer un disco que resistiera a los tres primeros álbumes y sin repetirnos. El nuevo álbum muestra de muchas maneras a Black Country Communion un sonido más duro, más grande y audaz».
En octubre de 2015 vimos por última vez en vivo a Hughes, que dio un conciertazo en solitario en la sala Santana 27. En una entrevista previa la preguntamos si cuida su garganta de alguna manera y respondió: «Caliento mi voz antes de cada concierto durante media hora. Es absolutamente imprescindible hacerlo porque tengo un rango de cinco octavas. Soy un atleta vocal y me tomo esto muy en serio: soy vegano, no tomo productos lácteos, bebo montones de agua y duermo mogollón».
'Black Coffee' (Provogue, 18), o sea café solo o café negro, es un mano a mano entre el guitarrista humeante Joe Bonamassa (New Hartford, Nueva York, 1977) y la vocalista enfática Beth Hart (Los Ángeles, California, 1972), ambos blancos, por cierto. Beth, que el año pasado actuó en el festival de Mundaka, es una suerte de sucesora de Janis Joplin, y Bonamassa ha demostrado su potencial en el Azkena Rock Festival y en salas bilbaínas que acabó reventando de público (el Antzokia).
'Black Coffee' es el tercer disco de versiones de blues y variados fagocitadas por la pareja. Sigue a 'Don't Explain' (2011) y 'Seesaw' (2013), reválida que fue nominada para el Grammy y escaló al número 1 de las listas blues del Billboard. Estos dos trabajos los produjo el sudafricano Kevin Shirley (el mismo de Black Country Communion y Bonamassa), quien repite a los mandos esta tercera colección versionera (Etta James, Ike & Tina Turner, Lucinda Williams, Howlin' Wolf, Edgar Winter…) basadas en el blues y el soul, pero con escala en el jazz e incluso el góspel pantanoso. Con producción poderosa pero no sobrecargada, rivalizan en poderío las seis cuerdas masculinas (digitación veloz, riffs rudos, swing flotante, punteos que se salen de la tabla entre el blues eléctrico y el rock hendrixiano…) y la garganta femenina (que no solo araña, sino que también se puede codear con divas del jazz y sabe colar vibratos).
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