El Orfeoi Txiki actúa en un evento organizado en el Aquarium, en enero de 2020, antes de la pandemia. FOTO ARCHIVO
Relevo

En busca del Orfeón del futuro

El coro donostiarra abre inscripciones para recuperar los coros infantiles y el Orfeoi Gazte que desaparecieron con la pandemia

María José Cano

San Sebastián

Martes, 24 de septiembre 2024, 02:00

La pandemia, que hizo desaparecer los coros infantiles y el juvenil, y el ocio propio de los niños y jóvenes en la sociedad actual han provocado cierta sequía de voces en el Orfeón, que ha decidido volcarse en impulsar su cantera. Para ello, el vicepresidente ... José Luis Aramburu y Eli Arabaolaza, miembro de la junta directiva de la institución, han hecho un llamamiento para captar nuevas voces, con el objetivo último de garantizar el Orfeón del futuro.

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La oferta es tentadora. Cualquier persona entre 8 y 16 años es bienvenida para formar parte de la prestigiosa familia del Orfeón Donostiarra, sin necesidad de tener conocimientos previos de música o de canto y sin realizar ninguna prueba. Según explica José Luis Aramburu, «nuestra idea es empezar con el coro infantil y, si hay suficientes jóvenes, poder recuperar también el juvenil. Los ensayos serán los viernes de 18 a 19.30 horas en nuestra sede de la calle San Juan, en la Parte Vieja. Los interesados pueden inscribirse allí mismo o en la web https://www.orfeondonostiarra.org/es/educacion/coro-juvenil. Todos serán bienvenidos».

Eli Arabaolaza añade que «no queremos que haya niños que se queden con la duda de si les va a gustar. Por eso, animamos a que se acerquen cualquier viernes a nuestra sede y prueben, vean, lo sientan y lo vivan para comprobar si realmente les gusta. Además, es realmente económico. La inscripción es de 15 € y luego cuesta 15 € al mes, de octubre a junio. No hay un plazo para inscribirse, sino que al igual que en el coro de adultos, se puede hacer en cualquier momento del año».

«No queremos que haya niños que se queden con la duda de si les gustará, que vengan y prueben», anima Eli Arabaolaza

El vicepresidente del Orfeón aclara que «nuestro objetivo es que los chavales disfruten con la música, no solo con la coral. Estamos trabajando aún en el diseño del plan de ensayos, que dependerá del número de chavales y de sus características, pero lo que tenemos claro es que queremos que se lo pasen bien para que quieran volver cada semana a cantar con nosotros». «Yo misma hice ese camino», añade Arabaolaza. «Tengo 38 años y llevo en el Orfeón desde los 9 y gracias a ello he aprendido valores fundamentales para la vida. Se aprende mucha música, pero también se viven experiencias únicas. Se aprende a trabajar en equipo, a escuchar al de al lado, haces excursiones, viajes, conciertos... Recuerdo que cuando estaba en el Orfeoi Txiki fuimos a cantar una 'Tercera' de Mahler con las chicas del Orfeón y fue como una aventura. Aquellas chicas a las que admiraba eran de carne y hueso, nos hablaban, jugaban con nosotras... no dejo de insistir en que hay que probarlo para saber lo que es. Estas vivencias, conocer a nuevos amigos, mejorar la autonomía personal... hay muchas cosas muy importantes que se aprenden gracias a lo que se vive en el Orfeón. Se adquieren valores para la vida».

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Repertorio adaptado

Además de lo que aporta la pertenencia al Orfeoi Txiki cara a la educación, Arabaolaza destaca los alicientes que puede tener cara a los chavales. «Más allá de los proyectos que pueda tener la institución en los que interviene el coro infantil, éste realiza un camino autónomo independiente, con repertorio adaptado a los niños. Tenemos un entorno musical con compositores que se han preocupado en escribir obras preciosas para niños, pero en el coro, además, interpretan adaptaciones de las canciones que les gustan. Y a eso hay que añadir que hoy en día es prácticamente imposible ver un coro infantil cantando de manera estática. Lo habitual es que hagan movimientos, coreografías y haya una cierta puesta en escena. Pertenecer al Orfeoi Txiki va mucho más allá de cantar».

El Orfeón Donostiarra asume esta campaña de captación porque los datos no invitan al optimismo. Si bien el coro cuenta en este momento con 178 cantores, todos ellos son adultos. «En este momento no hay Orfeoi Txiki ni Gazte. Antes de la pandemia ya había disminuido el número de niños, luego con el coronavirus se paró todo y el caso es que ahora mismo no tenemos cantera. Y si bien 178 cantores para el coro de adultos está muy bien, no todos van a los ensayos y a los conciertos, por lo que no nos sobra gente. Y además tenemos que mirar al futuro», apunta Aramburu.

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La oferta es para personas de 8 a 16 años y no hace falta saber de música o canto. «Queremos que disfruten con la música»

El vicepresidente del Orfeón señala otro problema para captar voces jóvenes. «El ocio actual no ayuda nada. Los chavales tienen tantas ofertas y posibilidades que es muy complicado engancharles a cantar. Esteban Urzelai hizo un trabajo enorme en los colegios, que servían de cantera previa a los coros infantiles, pero aquello se perdió con su marcha y con la pandemia. Estamos contactando con distintos colegios para intentar recuperar esa actividad, pero todavía tenemos poca gente». Por todo ello, insiste a los chavales a «que vengan y prueben».

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