Estíbaliz Uranga en su última visita al Kursaal, en 2021. Iñigo Royo
Estíbaliz Uranga | Cantante

«Quién me iba a decir que con 72 años iba a seguir cantando por el mundo»

El Consorcio regresa a San Sebastián este domingo con las entradas agotadas para rememorar los éxitos de toda una vida y sus más de 50 años en la música

Iker Elduayen

San Sebastián

Viernes, 14 de marzo 2025, 06:58

Prometen una tarde para el recuerdo en el Kursaal donostiara, repleta de todas aquellas canciones que llevan siendo la banda sonora de «toda una vida». ... Y pese a toda esa trayectoria, la fina voz y el gusto al cantar de Estíbaliz Uranga (Bilbao, 1952) siguen impecables. Continúa cantando igual todo el repertorio que parte desde sus inicios, a la guitarra con sus hermanas, hasta llegar a Mocedades, pasar por Sergio y Estíbaliz y desde 1993, El Consorcio. Una trayectoria que comenzó en 1967 y sigue igual de activa.

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– Acaban de llegar de México y siguen girando por aquí. Lo suyo es un no parar...

– A la vejez viruelas que dirían (risas). Quién me iba a decir a mí que a mis 72 años seguiría cantando y viajando por el mundo...

– ¿Llevan bien este 'frenesí' de conciertos?

– Sí, ya estamos hechos. Nosotros antiguamente trabajábamos en verano. Ahora, como actuamos más en teatros y auditorios, nuestro ritmo es otro: cantamos más en otoño y primavera, las épocas en las que antes descansábamos. Digamos que se ha dado la vuelta al asunto.

– Muestra de que han visto crecer a la industria musical. ¿Considera que ha ido a mejor o ha involucionado?

– Creo que es acorde a las personas. Es cada momento toca lo que toca. Me niego a decir eso tan redondo de «esto que se hace ahora no es música». Cada época y cada generación tiene sus mimbres, pero está claro que lo que se escucha ahora no tiene nada que ver con lo que hacemos nosotros.

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– ¿Puede que ese sea el motivo por el que sigan teniendo tanto éxito?

– Es exactamente lo que iba a decir (risas). La gente viene a vernos porque sigue habiendo un público que demanda nuestras canciones, más allá de las novedades. Por supuesto cada uno elige lo que le puede gustar. Pero hay que entender lo que nosotros hacemos: música que gusta a los de nuestra generación. Aunque cada vez hay más público joven que se va sumando. No sé, creo que tiene que haber de todo, como a quien le gusta la pintura clásica, supongo.

– Pese a todo su público sí está de acuerdo en algo: les adoran.

– Es cierto. Además yo considero que no tenemos fans, sino personas con las que a través de la música nos hemos encontrado. Un trato familiar que, al menos en nuestra época era muy común. Padres e hijos, esa convivencia, esos viajes en el coche cantando. Hay un vínculo emocional importante y eso es lo que todo el mundo nos transmite cuando viene a saludarnos: «¡Qué buenos ratos nos habéis hecho pasar!» o «Esta canción me la ponía mi madre». En nuestros conciertos hay un trasfondo nostálgico, sentimental, que a mí me parece muy importante. Es lo que nos motiva a seguir. Bueno, eso y que nosotros seguimos en condiciones para responder musicalmente.

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– La ausencia de Amaia ha motivado la llegada al grupo de su hija Allende. ¿Qué ha supuesto su incorporación?

– Amaia tiene dificultades para poder seguir y pese a todo, sigue luchando, pero no tenemos ni idea de cuánto tiempo querrá pelearlo. Todo marcha en función de lo que le digan los médicos. Nosotros queríamos seguir con la buena dimensión que siempre hemos tenido y propusimos que entrase Allende, no para sustituir a su tía Amaia, que es absurdo, sino para poder seguir manteniendo la calidad musical y que el repertorio siga sonando bien. Ella aporta su propia experiencia como intérprete de musicales. Será el público quien determine si eso le parece bien o no. La gente luego dice que Amaia no está, pero tenemos que seguir, somos El Consorcio.

Industria musical

«Es lo que toca. Cada época tiene sus mimbres, pero está claro que lo de ahora no tiene nada que ver con lo que hacemos nosotros»

Trayectoria

«El Consorcio es mucho más rico que Mocedades. Claro que es el origen de todo, pero hay mucho recorrido desde entonces»

– ¿Supone por tanto un relevo generacional en la formación?

– Responde a nuestro momento 'standby' y de ver cómo evoluciona Amaia. La vida es la que es y todo se va transformando. La siguiente a la que habrá que sustituir será a mí (risas). Pero está claro que la llegada de Allende supone un punto más a la saga.

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– Todo sigue en familia.

– Siempre lo hemos sido. Nuestras canciones son parte de nuestra experiencia vital, pero también de la de todos aquellos que nos vienen a ver.

– Siempre ha estado acompañada. ¿Nunca ha pensado en cantar en solitario?

– Fíjate que no. Ni se me ha pasado por la cabeza... Es que estoy muy a gusto como estoy. Recuerdo que cuando Amaia nos propuso volver a cantar en polifonía lo dimos por supuesto. Es tan normal para nosotros que es como recordar cómo empezamos.

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– Llevan desde 1993 como El Consorcio y todavía les siguen relacionando con Mocedades, pero ya son mucho más.

– Es que es lo que somos. Va más allá de los nombres. Ya somos las personas las que, a lo largo de nuestra vida, hemos pasado por diferentes formaciones. El Consorcio es algo mucho más rico que Mocedades. Por supuesto es el origen de todo, pero también Amaia ha tenido una etapa como solista, nosotros con Sergio y Estíbaliz, la etapa de Iñaki...

– Ante tantos éxitos, supongo que elaborar los repertorios será una ardua tarea, ¿no?

– Tiene su aquel, sí. Procuramos mantener todos esos éxitos que perduran en la memoria musical de nuestro público y también aquellos éxitos que se han ido forjando con El Consorcio. Pero hay que elegir, porque si pusiéramos todas las que recuerda la gente estaríamos horas y horas. De vez en cuando colamos alguna que no está tan 'trillada', pero intentas complacer al público y recordar todas las canciones que quieren escuchar y cantar.

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– Lo tienen todo vendido en el Kursaal. Pese a ser de Bilbao, se les quiere...

– (Risas). Sí. Hemos ido ya unas cuantas veces y siempre con éxito. Es que tenemos buena música y seguimos haciendo las cosas bien, sin chorradas. Nos hemos tomado muy en serio nuestro trabajo y así hemos logrado el respeto del público. A ellos les debemos todo, es la gente la que nos ha traído a donde estamos. Porque por mucho que te guste cantar, si tú pones un concierto y la gente no acude, no hay nada que hacer.

«Sergio era el alma de todo lo que hacíamos, le echo mucho de menos»

Madrid, 15 de febrero de 2015. A las seis y media de la mañana fallecía Sergio Blanco. Era la primera vez en cuarenta años que Estíbaliz se separaba, no solo de su compañero de escenario, también del hombre al que amó desde los dieciséis años. «Cada día le echo de menos, porque tanto en El Consorcio como en Sergio y Estíbaliz, como en nuestra vida particular, era el alma de todo lo que hacíamos», se emociona recordando a su marido fallecido hace una década. «Yo era la solista, pero él hacía unas voces espectaculares. Siempre he pensado que a nivel artístico era muchísimo más importante él que yo».La pareja dejó Mocedades en 1972. Se presentaron como dueto, llegaron a ir a Eurovisión en 1975 y a grabar trece discos, y con variedad de repertorio: desde himnos tradicionales a ritmos pop en 'Beans', una idea de Fernando Alvex que no salió muy bien. «Decían que eso no sonaba a Sergio y Estíbaliz», recuerda. «Salvo ese y algún otro episodio siempre se nos ha respetado mucho. Percibo hacia nosotros un gran cariño y respeto por lo que hemos sido en la música», concluye.

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