
Christian Zacharias | Pianista
«Estoy despidiéndome y es posible que sea mi último concierto en San Sebastián»Secciones
Servicios
Destacamos
Christian Zacharias | Pianista
«Estoy despidiéndome y es posible que sea mi último concierto en San Sebastián»No es exagerado afirmar que Christian Zacharias es, posiblemente, el pianista más querido por el público donostiarra. Desde su primer concierto en la ciudad hace ... más de veinte años, el músico alemán nacido en India (Amshedpur, 27 de abril de 1950), ha actuado en solitario, ha hecho cámara con otros grandes artistas y agrupaciones y ha dirigido a orquestas como la de Lausanne, ofreciendo magníficas integrales de Mozart y Beethoven. Esta vez vuelve a la ciudad solo con su piano para un original recital en el Kursaal al día siguiente de cumplir 74 años.
– ¿Qué es San Sebastián para usted?
– Significa mucho para mí, además desde el principio. El comienzo de mi relación con la ciudad fue muy especial y curioso. Recibí una llamada para tocar al día siguiente porque alguien (no recuerdo quién) estaba enfermo.
– Y de aquello hace más de veinte años. ¿Qué recuerdo tiene de aquel primer concierto?
– Me acuerdo de aquel día con total claridad. Cogí el tren nocturno a Irun, me recogieron y fuimos directamente al ensayo del concierto que se iba celebrar esa misma noche: Leopold Hager dirigió a la Orquesta de Cámara Escocesa y yo interpreté el 'Concierto en do menor' de Mozart. Así comenzó mi relación con San Sebastián. Y debió causar buena impresión no sólo en la ciudad, sino también en la Orquesta de Cámara escocesa, porque cuando volví para interpretar la integral de los conciertos para piano de Mozart, los primeros fueron también junto a esta orquesta.
– Después de ese primer encuentro hubo muchos más que le han hecho convertirse en uno de los músicos más queridos en nuestra ciudad.
– La verdad es que yo lo siento así. La relación siguió su curso y volví a visitar la ciudad una vez más, y otra, y otra... me encantaba el antiguo Teatro Victoria Eugenia; tiene carácter, un encanto muy especial. Y luego vino el Kursaal, con esa acústica maravillosa y esa localización cerca del mar. Así que, para mí, siempre ha sido un placer volver a San Sebastián en verano, para tocar en la Quincena Musical. Ahora voy en primavera, dentro de una serie de recitales que me llevarán a distintas ciudades de Europa, y estoy muy contento de volver.
– Ofrece un concierto el fin de semana de su cumpleaños en una ciudad a la que ama tanto. ¿Lo va a celebrar aquí?
– Mi cumpleaños en realidad 'toca' entre dos conciertos. El viernes por la noche (por ayer) estaré dirigiendo en Granada, donde ostento el cargo de principal director invitado de la orquesta, y será en esa ciudad, después del concierto, donde celebraré mi aniversario. En San Sebastián me regalaré unos pintxos y me concentraré en la preparación del recital del domingo.
– El pasado 10 de enero el escultor Eduardo Chillida habría cumplido cien años. Tengo entendido que es un gran admirador de su arte y que pidió una obra suya como pago a uno de sus conciertos en San Sebastián. ¿Puede contarnos cómo conoció a Chillida y por qué decidió que le pagaran así?
– La verdad es que tuve mucha suerte de conocer a Chillida y de que la Quincena Musical aceptara esta forma de pago que, realmente, es como un intercambio. Personalmente he conocido a muchos artistas a lo largo de mi vida y siempre he tenido el deseo de intercambiar música por arte. Algunos artistas accedieron y otros, en cambio, no quisieron hacerlo. Chillida fue muy generoso y aceptó.
– ¿Qué obra es?
– Eduardo Chillida eligió para este intercambio un dibujo muy especial que hizo en su vejez en el que aparece una mano que es un símbolo de su trabajo, dado que es un 'trabajador manual' Ese símbolo también sirve para mi trabajo, el de un pianista que toca con las manos. Tengo esta mano dibujada por Chillida junto a mi piano y estoy muy contento y agradecido de contar con esta pieza, que es la única que tengo de un artista vasco.
– En el recital que ofrece mañana en Donostia interpreta en la primera parte dos sonatas de Haydn y Schubert. ¿Qué le diría al público de estas piezas?
– Preferiría no hablar demasiado de Schubert y Haydn. He tocado las obras de estos maestros toda mi vida y la gente sabe perfectamente por qué los toco y por qué los presento: no hace falta alargarse en estas cuestiones.
– La segunda parte, sin embargo, es tremendamente original, puesto que intercala piezas barrocas de Scarlatti y Couperin con obras de Poulenc. ¿Por qué lo ha diseñado así?
– Efectivamente, la segunda parte del concierto es nueva, novedosa, y una especie de nueva vida para mí, porque hay algunas obras que ni siquiera conocía hasta hace dos o tres años. Por ejemplo, las de Couperin. Tengo que admitir que era un compositor desconocido para mí, y de repente empecé a escuchar algunas piezas suyas. No me podía creer lo especial que es. En cuanto a Poulenc, me ha acompañado más como compositor de música para orquesta. Haciendo un inciso y hablando de San Sebastián, recuerdo nítidamente el 'Concierto para dos pianos' de Poulenc, en el que toqué con Marie-Louis Henrys bajo la batuta de Víctor Pablo. Fue fantástico y auspició mi amistad con el maestro. Él vive en Canarias y yo paso mis vacaciones en La Palma, así es que solemos quedar, hablamos de música, nos tomamos una copa juntos... es una amistad que dio sus primeros pasos en San Sebastián. Así que Poulenc ya formaba parte de mí, pero no el Poulenc pianista, el compositor de piano, que ha llegado a mí también estos dos o tres últimos años. Tocando sus obras en casa e improvisándolas he visto y aprendido que la vieja música francesa funciona muy bien junto a la nueva. Y Poulenc amaba a sus viejos compositores, arreglaba suites para orquesta de viento y conocía la música barroca francesa, por lo que todo adquiere sentido.
– ¿Qué queda del Christian Zacharias de hace dos décadas?
– Supongo que me lo pregunta por mi edad... ¡Qué puedo decir a este respecto! Creo que mi sonido sigue siendo el mismo, pero lo de tocar notas muy rápidas es algo que poco a poco se va acabando. Desde luego, ya no toco los estudios de Chopin ni la 'Sonata para piano nº 29 en si bemol mayor Hammerklavier' de Beethoven, pero como se puede ver en este programa aún queda mucho repertorio por hacer y aprender y eso es lo único que me ilusiona. Continúo aprendiendo nuevas piezas, al igual que sigo yendo a mi casa de Inglaterra, paseo por el jardín o camino por las montañas. Y lo seguiré haciendo mientras me sea posible. Pero estoy empezando a despedirme de ciertos lugares y, muy probablemente, este sea mi último recital en San Sebastián. Ya he tocado muchos conciertos de despedida este pasado año y esta será otra despedida de un gran lugar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.