Iñaki Esteban
Sábado, 17 de diciembre 2022, 07:18
Esta vez, sí, comenzó la despedida final. En un BEC a rebosar, con 16.000 espectadores llegados de todos los puntos del País Vasco, Hertzainak inició anoche el primero de los tres conciertos con los que la banda que lo fue todo en el Rock ... Radical Vasco de los años ochenta, con permiso de Kortatu, ha decidido poner punto y final a su paso sobre los escenarios. Gari salió con una txapela tirada hacia atrás y su guitarra, Josu Zabala con su trikitixa y el batería Txanpi se mostró implacable con las baquetas, los bombos y los platillos. Les recibieron con un estruendo las gargantas de los espectadores que abarrotaban el Bizkaia Arena, después de unas cuantas pitadas porque salieron quince minutos -exactos- tarde.
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Había muchas expectativas, muchas ganas de escuchar en directo por última vez canciones como'Eh txo!', 'Pakean utzi arte', 'Si vis pacem, parabellum' o el súper bailable 'Ta zer ez da berdin', las que tantas veces ellos mismos cantaron en los cuartos de sus casas y en los bares. Hoy repiten en el BEC y el 6 de enero se despedirán en Vitoria de forma definitiva con esta mini-gira bautizada como 'Azkena gure aldea' ('La última a nuestro lado') tras los recitales ofrecidos en 2019 en el Palacio Euskalduna y el Kafe Antzokia de Bilbao.
El público, mayoritariamente euskaldun e incluso llegado desde Iparralde, demostró que no era una despedida para nostágicos de una época. Había fans de la banda de todas las edades. Gari había dicho que esperaba a muchos padres y madres con sus hijos. Los hubo. Aunque dejaran de tocar en 1993, su música ha perdurado. Se sigue escuchando. Son unos clásicos de la música popular vasca.
Gari los fue nombrando a todos, navarros, alaveses, guipuzcoanos, vizcaínos y los 'iparratakoek'. Incluso a los de Rekalde. Arrancaron muy fuerte con 'Rock and rolla batzokian', a la que siguió 'Amets fabrikatuak', una ácida crítica a la sociedad de consumo. Reforzados con la guitarra de Miguel Moyano, el bajo de Oier Aldekoa y el teclado de Bingen Mendizabal, más una sección de viento y una de cuerda. Con esta se quedó solo Gari en la dramática 'Ispiluan aurrean'. Los aires jamaicanos tampoco faltaron.
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La voz de Gari, el dandy de Legazpi, no falló. Para la segunda canción ya se había calentado y la mantuvo a tope después del preámbulo ofrecido por los artistas invitados.
Viejos rockeros
Las puertas del BEC se abrieron a las siete de la tarde y a las ocho comenzaron a actuar los artistas invitados, los primeros todavía ante un puñado de personas. Iniciaron la ronda la triki de Xabi Aburruzaga junto a la guitarra y la voz de Mikel Markez. Aiora Renteria de Zea Mays hizo un acústico de 'Negua joan da ta' con Iñaki Imaz, Piti, a la guitarra. Las bertsolaris Maddalen Arzallus, Maddalen Elustondo, Onintza Enbeita iban recordando la trayectoria de Hertzainak y cómo se estaba desarrollando la noche. «Gora euskal rockero zaharrak», gritaron Tapia ta Leturia, que dejaron al público con el punto de romería óptimo para entrar en el fiestón que se avecinaba.
Como con 'Hauxe da hauxe', tema con el que Hertzainak volvieron a su repertorio más carismático, el de los dos primeros discos, el más coreado. A partir de ese momento, las guitarras tomaron la senda reggae, muy Police en ocasiones. Continuaron con 'Si vis pacem parabellum' y 'Ta zer ez berdin'. La locura, que no paró. Emociones colectivas y unión sin fisuras de un público entregado que lo dio todo, sobre todos los de pista , aunque también los de grada optaron por levantarse. Tampoco faltó un recuerdo a «los presos políticos».
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Quizá se echara un poco más en falta el toque ska al principio y por el medio. Hertzainak tiró más de lo rockero, muy compacto y bien engrasado y se dejó los ritmos cálidos para el final. Como siempre, la triki de Zabala se adaptó como un guante y le dio ese toque distinto.
Cerca de la medianoche llegó 'Aitormena', que levantó el espíritu de los asistentes. La sección de viento ayudó mucho en este sentido. Esperada canción y muy sentida, cantada prácticamente por las 16.000 almas que acudieron al BEC.
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El concierto duró dos horas y cuarto. Una versión del 'Guantamera' logró que el BEC entrara en ebullición. Le siguió un impresionante 'Pakean utzi arte' y el 'E txo!' puso a todo el mundo brincando. La Euskadi tropikala y un ska muy cercano a los punkis del 'oi', con Tito Aldama al saxo, supuso la vuelta a los ochenta. De postre, Karra Elejalde salió en la pantalla en el papel de txikitero.
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