Tras regresar de EEUU y México, el trío navarro se encuentra ahora en el ecuador del 'Ikusi Arte Tour', la gira con la que está diciendo adiós a los escenarios. En el plazo de un mes tienen dos conciertos «especiales»: el que darán este viernes ... en el Victoria Eugenia con motivo del Adarra Saria -el único del año en Donostia-, y el festival multitudinario del 14 de julio en Kobetamendi (Bilbao).
- En el último medio año, ¿ha habido algún momento en el que se haya arrepentido de la decisión de dejar el grupo?
- A veces, cuando en directo se crea esa bola de energía y ves a la gente emocionarse y tú te emocionas con ellos, dices: «¿Pero de verdad voy a dejar esto?» Pero es una decisión que había que tomar y a lo hecho, pecho. Obviamente, va a ser duro, lo vamos a echar de menos y será un vacío difícil de llenar, entre otras cosas porque llevo 25 años haciendo esto. Era imprescindible hacer este 'reset' artístico para afrontar nuevos retos: parece una paradoja pero para crecer como creador necesitaba parar el proyecto que ha sido el eje de mi vida.
- Si volviera a montar la banda, ¿hay cosas que haría de otro modo?
- No lo sé. No me arrepiento de nada en la carrera de Berri Txarrak. Si algo he tenido claro es que debes disfrutar del camino. A pesar de trabajar, ir a muerte y romper techos de cristal, nunca hemos tenido un objetivo concreto. Vivir de la música, que para muchos es la mayor ambición, nos llegó en el quinto disco. Todo ha ido sucediendo sobre la base del trabajo bien hecho y a medida que aprendíamos el oficio. Todavía hoy, después de más de mil bolos, seguimos aprendiendo y eso es superbonito. La experiencia te hace dominar mejor el terreno pero alguien decía que un concierto es como atracar un banco para un ladrón experto: siempre pueden suceder imprevistos y hay que estar alerta. Y que conste que nunca he robado un banco… (Risas)
«Era imprescindible hacer este 'reset' artístico para afrontar nuevos retos»
«El público te da la confianza que necesitas; sin ellos todo esto habría sido imposible»
«Nos gustaría ser recordados como una banda que puso toda la carne en el asador»
- ¿Llevar su carrera a un ritmo no tan frenético habría aminorado ese desgaste que ha pesado en su decisión?
- No hemos sabido concebirlo de otra forma. De todos modos, los últimos años de Berri no han sido como, por ejemplo, la gira de 'Jaio.Musika.Hil' (2005), en la que hicimos verdaderas locuras. Recuerdo un triplete de 24 horas en Múnich, Vitoria y Elgoibar para reengancharnos inmediatamente después a la gira alemana. No sé cómo lo hicimos física y logísticamente, pero últimamente hemos aprendido a conciliar la música con la vida normal.
- Lo ha explicado infinidad de veces pero mucha gente sigue sin entender que lo dejen en su mejor momento…
- Es que precisamente paramos porque estamos en un gran momento y queremos dejar un buen recuerdo. Como he dicho, necesitaba parar y tomar distancia. Ese rollo de las bandas que juegan a resistir me parece muy lícito pero me da bastante pereza. Una banda tiene que reinventarse o buscar nuevas direcciones, y nosotros siempre hemos sido valientes en el plano estilístico. Incluso creo que aún podríamos dar cabida a cosas nuevas en nuestro sonido, pero como digo, ponerle freno al proyecto, hacer 'reset', me va a ayudar a plantear las cosas de otra forma.
- Tienen espectadores de todas las edades que les siguen con fervor casi adolescente y que en esta gira les van a ver más de tres, cuatro y hasta cinco veces…
- Es bastante increíble, sí. El público te lleva en volandas y, lo que es más importante, te da la confianza que necesitas. Sin ellos habría sido imposible todo esto. Lo mejor de una banda es la capacidad de cambiar el estado de ánimo de la gente, eso me alucina. A veces los músicos somos demasiado ególatras y olvidamos que sin oyente no hay música: él es quien termina la canción y hace que el misterio de la música continúe 'in saecula saeculorum'. Con todo, creo que la dirección natural es proponer algo nuevo que vaya más allá, y si el público te sigue y se acerca, mejor que mejor. En cambio, escribir sólo para convencer a tu público y que se sienta a gusto, acaba chirriando y lo que haces deja de ser natural e interesante.
«Siempre hemos actuado como si fuera el último concierto»
«No quiero ponerle fecha a nuestro regreso porque no sé si se producirá»
- ¿Qué supone recibir el Adarra Saria tras Mikel Laboa, Benito Lertxundi, Ruper Ordorika, Fermin Muguruza y Anari?
- No estamos acostumbrados a los premios y a veces yo me pongo alerta, pero al final siempre te quedas con lo que tiene de reconocimiento, y más en este caso: ver la lista de los premiados anteriores da vértigo. Nos sentimos muy agradecidos porque es una distinción a toda una trayectoria y eso es algo a tener en cuenta en un mundo en el que parece que todo el mundo tiene prisa por hacerse famoso.
- El de este viernes será el único concierto de Berri Txarrak en Donostia y las entradas, sólo 900, se agotaron en menos de diez minutos. Muchos seguidores en la ciudad esperaban poder verles en un concierto de mayor aforo…
- Está siendo una locura hacer el puzle de este año. Es la hostia que todo el mundo quiera que vayas a tocar a su ciudad, pero no podemos hacer frente a todas las propuestas. Intentamos la opción del estadio de Anoeta pero no pudimos por las obras y por otras historias, así que trataremos de que la del Victoria Eugenia sea una noche especial.
- ¿En qué sentido?
- Diría que el único concierto que hemos hecho en un teatro fue en 2013 en el Kursaal: para un grupo que viene del metal o del rock duro era un reto actuar en un lugar con butacas, pero lo recuerdo como un hito e incluso tengo una foto enmarcada de esa noche en mi casa porque fue muy especial. Luego nos ofrecieron experiencias similares pero las rechazamos todas para no estropear el recuerdo. Ahora, en el Victoria Eugenia no haremos un concierto acústico como tal pero supongo que aparcaremos el arsenal más duro. Eso sí, como sucedió en el Kursaal, la gente acabará levantándose de la butaca, eso seguro.
- ¿Cómo le gustaría que fuera recordado su grupo?
- Como una banda que trabajó, que puso toda la carne en el asador y dejó buenas canciones… Porque nosotros nos vamos pero las canciones permanecerán ahí: seguirán vivas cada vez que alguien las escuche o las toque. Suelo decir que hemos funcionado con la determinación del más valiente de los cobardes, porque no me considero muy valiente, pero con Berri Txarrak siempre hemos actuado como si fuera el último concierto, haciendo frente a cualquier traba.
- Pero esta vez el del 23 de noviembre en el Navarra Arena será el último concierto de verdad. ¿Cómo imagina los minutos posteriores?
- Está siendo un año de sentimientos a flor de piel, emocionalmente intenso dentro y fuera del escenario, pero lo bonito que nos está pasando no quita para darme cuenta de que necesito parar. Espero que ese último concierto vaya bien, pero hasta que llegue el día no sé si voy a estar superserio, llorando todo el rato o más feliz que el copón. Y por la noche, cuando cierre la puerta de casa, supongo que me sentiré aliviado por haber cerrado una etapa de mi vida. Va a ser duro pero será de verdad.
- ¿Y qué hay de Galder Izagirre y David González, sus compañeros en Berri Txarrak? El comunicado en el que anunció su decisión iba firmado por usted y daba a entender que ellos habrían querido seguir…
- Estaba escrito por mí en primera persona porque me lo pidieron ellos. Yo soy el único que lleva en el grupo desde 1994 y aunque no tengo madera de líder, me ha tocado llevar las riendas y gestionar el legado de Berri Txarrak. Frente a mis 25 años en la banda, ellos llevan unos diez, por lo que el desgaste es diferente. De todos modos, no es una decisión tomada de golpe, ese 'infrasonido' ya nos rondaba desde hace un tiempo y hemos intentado amortiguar el golpe para que cada uno pueda empezar a pensar en su futuro y no se quede colgado de la noche a la mañana. Además, tanto Galder como David son muy creativos y no les van a faltar iniciativas ni propuestas para seguir haciendo música.
- ¿Y cabe esperar un 'Jaio.Musika.Hil.Berpiztu'? ¿Habrá renacimiento de Berri Txarrak?
- Esta despedida está siendo como un libro abierto que no oculta nada y ya hemos dicho que esa posibilidad existe. Lo hemos llamado «parón indefinido» porque necesito parar para tomar distancia y no quiero ponerle fecha a nuestro regreso porque no sé si se producirá. Si lo dejas definitivamente y luego dices que quieres volver, tienes que comerte tus palabras, así que ésta era la opción más sincera. No quiero engañar a nadie: no hay fecha de vuelta pero tampoco se cierra esa puerta. Si dentro de diez años nos morimos de ganas, podremos volver: es lo bueno que tiene dejarlo en un buen momento y llevándonos bien. Si ahora no nos habláramos y no viniera nadie a vernos, supongo que sería más difícil.
- Aunque aún sea pronto, ¿cómo imagina su siguiente paso artístico? ¿Será en solitario, con otro grupo y un estilo muy diferente?
- Creo que primero me tomaré un tiempo sabático, aunque intuyo que no será muy largo porque cuando tengo un fin de semana libre, lo agradezco, pero al segundo ya me empieza a picar el gusanillo y al tercero no puedo aguantarme las ganas de escenario, así que… Todavía no sé qué formato ni qué estilo elegiré pero no voy a volver para hacer lo mismo. La idea es presentar un Gorka que no hemos conocido hasta ahora, intentar un 2.0, aunque obviamente el autor de las canciones será el mismo y tendrá su sello. Pero espero que haya buenas canciones porque de verdad pienso y siento que mis mejores canciones están por escribir.
«Se va a liar una bien gorda en Kobetamendi»
Anari, Jurgi Ekiza, Aitor Gorosabel (Su Ta Gar), Karlos Osinaga (Lisabö), Aiora Renteria (Zea Mays), El Drogas… Son sólo algunos de los cerca de 20 invitados que participarán en el concierto 'Lagun artean' que Berri Txarrak ofrecerá el domingo 14 de julio a partir de las 21.00 horas en Kobetamendi, poco después del cierre del Bilbao BBK Live Festival.
«Se va a liar una bien gorda allá arriba», dice Gorka Urbizu, inmerso en los preparativos del que será, con toda probabilidad, su actuación más multitudinaria en 25 años de carrera. Dado que todos los conciertos vascos de su gira 'Ikusi arte' se han agotado casi en el acto, el trío navarro buscó la fórmula para que nadie se quedara sin disfrutar de ellos en su año de despedida. Además, los miles de personas que se acerquen al monte bilbaíno disfrutarán de las colaboraciones de artistas admirados por Berri Txarrak o que son referentes para ellos: «Es un quebradero de cabeza en el plano logístico, pero va a estar muy bien».
Urbizu cree que el concierto será largo -«unas tres horas»- y les obligará a buscar la fórmula para que tanta colaboración no vaya en detrimento del ritmo de la función. «No solemos hablar casi nada en los conciertos y tocamos tres o cuatro canciones seguidas, somos muy ramonianos pero ese día tendremos que sacrificar ese espíritu en favor del dinamismo», advierte un músico acostumbrado al contraste de tocar un día en locales para 100 personas y al siguiente en pabellones para varios miles de seguidores: «Está en nuestro ADN actuar en todo tipo de plazas: lo mismo pasamos por un gaztetxe, un bar o una tienda de skates, como hace unos días en EEUU, que en festivales gigantes de música indie o de punk-rock. Nos encanta ese toque camaleónico».
Grupos de Ahotsenea
Las puertas de Kobetamendi se abrirán hacia las 16.00 horas para dar inicio a varias actividades paralelas. Ahotsenea, el espacio musical de la Azoka de Durango, se trasladará al lugar para albergar ocho conciertos de grupos euskaldunes que calentarán el ambiente de la jornada: Diabolo Kiwi, IONT, Patx & Run, Huts, Dukkha, Natali, Atzapar y Larra Bideak. Además, también habrá propuestas para niños, montajes que mezclan música y circo y diversos espectáculos entre los que destaca 'Meeteing Point', de la compañía de danza Ertza. En total, la jornada reunirá a 70 creadores que inundarán Kobetamendi con su arte durante aproximadamente ocho horas.
El precio de las entradas es de 35 euros más gastos de gestión. El público podrá acudir desde varias poblaciones gracias a los autobuses de los viajes organizados y también mediante autobuses lanzadera que darán servicio desde las 15.30 hasta las 02.00 horas de forma continua e ininterrumpida desde San Mamés (calle Luis Briñas) y desde el BEC! (junto a la parada de Metro de Ansio).
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