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césar coca
Lunes, 28 de diciembre 2020, 07:37
El año ha sido muy malo para la cultura en general y la música en particular, pero el guitarrista Pablo Sainz Villegas (Logroño, 1977) no se puede quejar de cómo termina. Acaba de aparecer 'Alma de guitarra española' (sello Sony Classical), un álbum con las obras para el instrumento más famosas de Albéniz y Tárrega y el día 31 será el solista invitado de la Orquesta Filarmónica de Berlín en el concierto de Nochevieja en la capital alemana, bajo la dirección de su titular, Kirill Petrenko (se ofrecerá a través de Digital Concert Hall, al no poder abrir al público la sala, lo que ha obligado también a cancelar las funciones de los días 29 y 30). Hacía 38 años que esa formación sinfónica no invitaba a un guitarrista. En aquella ocasión fue Narciso Yepes y ahora este riojano, que tenía previsto debutar en el Carnegie Hall de Nueva York en enero (la pandemia lo ha impedido), devolverá la guitarra al templo de la clásica.
- No tendrá queja de cómo termina este año maldito. Disco nuevo y concierto en uno de los escenarios mayores de la música.
- Ha sido un año muy complicado para la Humanidad en su conjunto y muy difícil para la música y los músicos. De marzo a septiembre se cancelaron prácticamente todos los conciertos, pero luego ya fueron recuperándose algunas cosas. Y llegar a Berlín es para mí un sueño hecho realidad.
- ¿Un sueño quizá superior a otros?
- He soñado con tocar en la Philharmonie desde que era estudiante en Berlín y acudía a la sala a escuchar a los grandes de la música. Me sentaba en mi asiento y pensaba que quizá un día podría subir a ese escenario. Y ya está, va a suceder.
- Tocará el Concierto de Aranjuez. ¿Se lo propusieron ellos?
- Sí. Pensaron en la obra más célebre dado que se ofrece en un concierto tan emblemático, que además podrán seguir millones de personas porque se emite por la TV a muchos países de Europa. Es un concierto con el que quiero transmitir consuelo a quienes han sufrido, y esperanza. Creo que la partitura celebra esos valores y difunde las ganas de seguir viviendo.
- Hacía 38 años que no invitaban a un guitarrista en la Filarmónica de Berlín. ¿Revela eso que en Alemania el instrumento no tiene demasiada popularidad?
- Mi propósito es devolver la guitarra a las grandes orquestas. Es un instrumento que además refleja la multiculturalidad de nuestro país, lo que le da un gran valor. Y también es el instrumento más democrático, porque desde sus orígenes estuvo en la corte y en las calles. Aúna lo popular y lo culto.
- ¿Cuándo tocó el Concierto de Aranjuez por primera vez?
- A los 18 años, en el Palau de Barcelona. Desde entonces, lo habré tocado más de cien veces.
- El concierto de debut en el Carnegie Hall se ha cancelado. Pero ¿el simple hecho de que lo contrataran significa que ya ha alcanzado una velocidad de crucero en su carrera internacional?
- Esto es una carrera de fondo y estoy orgulloso de que poco a poco se vayan cumpliendo mis sueños. Siento que estoy alcanzando una madurez y el reconocimiento internacional. He tocado con muchas grandes orquestas en las mejores salas del mundo. Es cierto que me gustaría tener un reconocimiento mayor en España, pero voy haciendo mi camino.
- ¿Mantiene su residencia principal en Nueva York?
- Vivo ya más en hoteles y aeropuertos, pero mi residencia oficial está en Nueva York, sí. Este año, de todos modos, con la pandemia he estado mucho más en España. Me encanta estar aquí, y volver a mi tierra, a La Rioja, a reencontrarme con mi gente.
- Hablemos del disco. Es una recopilación de obras muy conocidas de Albéniz y Tárrega, más una pieza anónima y un arreglo de Giménez. ¿No le atraía dedicar un álbum a un solo compositor?
- Es importante conocer la expectativa del mercado, y hoy no se escucha la música como en los años noventa. Las plataformas hacen posibles mezclar diferentes estilos y épocas hasta el punto de que tú puedes hacerte tu propio disco. Por eso he querido hacer un viaje a través de piezas maestras de la guitarra, piezas que cuando era niño quería tocar.
- Con la estructura de un recital, porque intercala piezas de distintos compositores.
- Es una idea más emocional que programática. Además, como las obras de Albéniz tienen una estructura similar, he preferido alternarlas para evitar lo que podía haber sido una sensación de repetición.
- ¿Y ahora? ¿Cuáles son sus planes para cuando la pandemia empiece a despedirse?
- Todo se ha congelado durante unos meses. Ha habido mucha incertidumbre e incluso empresas de 'management' y productoras que han quebrado en este tiempo. Pero parece que se empiezan a mover algunas cosas. Habrá que retomar los conciertos suspendidos, aunque no será posible en todos los casos. Tengo previsto en primavera mi debut en el Auditorio Nacional con la Orquesta Nacional de España (ONE), una asignatura pendiente que por fin podré aprobar. Y hay algunas ideas para un disco nuevo pero aún sin concretar.
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