Melodías de vida y solidaridad

La lluvia y el viento se cobraban la vida de algunos paraguas en el exterior del Kursaal mientras el edificio se llenaba de calor, solidaridad y melodías vitalistas. Convocada por Super Amara, Ana Belén actuó a beneficio de Ademgi, la Asociación de Esclerosis Múltiple de Gipuzkoa, y optó por un inicio de lo más oportuno, 'Vida', el título de su último trabajo. Del mismo disco rescató el himno feminista 'Mujer valiente', de Rozalén, así como dos canciones de Federico Lladó, autor fallecido prematuramente, y 'Cuentos para dormir', dedicada a los refugiados por David San José, uno de los hijos de Ana con Víctor Manuel que anoche tocó los teclados y dirigió a un exuberante sexteto de músicos.

Pero los más aplaudidos fueron los clásicos de una mujer que, a los 68 años, mantiene inalterables su innata elegancia y una voz bella como pocas. Alternó baladas preciosas ('Yo también nací en el 53', 'Desde mi libertad') con temas de titanes como Aute ('Las cuatro y diez') o Fito Paez ('Yo vengo a ofrecer mi corazón'). Tras 'Rayo de sol' sopló la brisa góspel en 'Si me nombras', que demostró cuán buena intérprete es, mientras que los ritmos salseros asomaron en 'Esta vida es un regalo' y 'La salida no es por ahí', con el label jazzero de Michael Camilo. La originalísima 'Cómo pudiste hacerme esto a mí', convirtió el hit de Alaska en un híbrido de swing y tango, y los momentos más emocionantes fueron los que llevaron la firma de Sabina ('A la sombra de un león', 'Peces de ciudad') y, por supuesto, los grandes éxitos. Llegaron todos al final entre ramalazos de rock, ecos latinos y samba: 'Contamíname', 'Lía', 'El hombre del piano', 'Derroche', 'Sólo le pido a Dios', 'No sé por qué te quiero' y 'La banda', en la que Ana Belén deseó al público más solidaridad, salud y felicidad.