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«Si te parece, empezamos por el principio». La 'Fuerza de la fragilidad', el nuevo disco de Doctor Deseo, nace marcado por la muerte. En el dolor de la pérdida de un ser querido se halla la entereza para afrontar un nuevo principio. Los ocho ... nuevos temas de la banda bilbaína rezuman optimismo, con notas de garage, vals, jazz, rock y letras directas. Francis Díez, vocalista y letrista de Doctor Deseo, nos sugiere hacer un repaso de sus composiciones con el segundo corte como punto de partida. 'Adiós', su primer single, es la canción sobre la que se sostiene su último trabajo. El propio cantante desgrana uno a uno los elementos que componen su último alumbramiento.
La canción surge de la muerte de mi padre y está dedicada a la muerte de los seres queridos. Es una pérdida que a todos nos ha ocurrido o nos ocurrirá. Surge de una pequeña frase, que es 'asustados y pequeños, buscando luces en la noche, fuerza en la fragilidad'. Es un pequeño vals para bailar agarrado. Posiblemente las lágrimas compartidas son lo único que nos alivia. Y de aquí hay que extraer una fuerza que nos lleve a otro sitio y reconocer que entre otra cosas somos eso, pequeños héroes.
Somos pequeños héroes que nos enfrentamos a cosas muy bestias como que se nos mueran nuestros seres queridos o saber que vamos a enfrentarnos a dolores, a la angustia contemporánea que ya Munch, en su cuadro 'El grito' lo mostraba ante todas las incertidumbres de futuro de las que solo es consciente nuestra especie. De todo este susto que nos produce esta pequeñez podemos extraer una fuerza mucho más poderosa, mucho más empática y mucho más divertida en último término.
Es casi garagera en su forma de plantearse con guitarras muy potentes próximas a la música de garage de los 60, incluso al grunge de los 90 en cuanto al planteamiento, que luego deriva en un estribillo muy potente que suelo decir de cachondeo que está a caballo entre Ricky Martin con 'Living la vida loca' -cancionaza por otro lado- y Nietzsche cuando dice '¿es esto la vida? Pues venga otra vez', que lo dice en 'Así habló Zaratustra'. La vida es esta mierda, pero es que solo tenemos esto. Los que no creemos en relatos de cielos o de reencarnaciones solo tenemos la vida, y la amamos incluso con sus abismos y sus cosas tremendas. Y de ahí sacamos esa fuerza para celebrarlo.
Es una canción que parte de la idea de lo que ya en sí supone la adolescencia y sobre todo cuando eres consciente de que tu cuerpo no te acompaña en el proceso. Ya de por sí hay una transformación de cuerpo y de cerebro en cualquier adolescente que normalmente es de muchísima confusión, y consiste en ponerse en la piel de esta persona que nota que sintiéndose mujer, tiene cuerpo de hombre. Y a partir de aquí es simplemente mostrarlo para que no vuelvan a ocurrir todas estas barbaridades que a veces ocurren y saber que esta gente necesita todo nuestro apoyo y todo nuestro cariño. Porque ya de por sí es complejo, como para que lo pongamos más todavía.
Ante todo seguimos bailando como metáfora de la vida. Es una canción que tiene elementos de la música de los años 60 en cuanto al bajo, a las guitarras, pero también elementos de la música dance de lejos del dubstep. Muestra las cosas muy en primer plano, un poco brutas, pero incitando al baile. Y viene a contar algo muy básico que es que quien te quiere, te levanta. Quien bien te quiere limpia tus lágrimas. El mito de que quien bien te quiere te hará llorar no deja de ser una tontería que nos ha hecho mucho daños. Y a partir de ahí viene una celebración de una serie de historias.
Hemos trabajado con Marta Ortiz, que es nuestra compositora de cabecera para las letras en euskera y bertsolari. Está muy próxima a nosotros y por lo tanto ya sabe sobre qué queremos trabajar. Habla un poco sobre el mito del laberinto, porque en un momento dado nos sentimos perdidos en el laberinto. De aquí para allí buscando y peleándonos con nuestros monstruos. Estos momentos en que ya eres capaz de disparar al monstruo y cargártelo. Estos momentos en que ocurre una transformación. Y el mito del laberinto siempre es bonito. El hilo de Ariadna es el que nos devuelve de nuevo a la vida, el hilo del amor nos vuelve a sacar del laberinto.
Es una versión de un tema nuestro. En su momento, en el primer disco, se llamó 'Escupe a la muerte' (1987). Antes era una canción muy oscura y queríamos transformarla y traerla. En algunos juegos que habíamos hecho previos veíamos que podía tener unos elementos radicalmente diferentes. Tiene cosas de swing en estos momentos y cosas también del electroswing, siempre sin pretender hacer ejercicio de estilo. Y es una canción para bailar también de una forma diferente. Para taconear, para hacer claqué y seguir bailando.
Es el epílogo y una especie de declaración de principios. Dice que las nuevas diosas deberían ser dos bases sobre las que sujetarnos que son la fragilidad y la ternura. Sobre eso montaremos algo diferente.
BONUS TRACK con la Orquesta Sinfónica de Euskadi
El que te llame una orquesta sinfónica como la de Euskadi es una pasada. No te lo crees de entrada, te asusta mucho. Y la experiencia ha sido tan poderosa y que esto además no solo haya ocurrido en un concierto benéfico sino que además se hayan podido grabar tanto en vídeo como en audio es algo que teníamos que ofrecer en nuestro disco porque para mí fue una experiencia poderosísima. Única. Por el trato de la gente de la orquesta y por tener a unos maestros haciendo algo tan sublime.
Nosotros ya hicimos una elaboración próxima a la música clásica, con elementos orquestales, pero trabajado desde algo que no era cierto. Y por eso escucharla de esta manera ha sido como volver a ver la canción de una forma muy potente. Y así ha ocurrido con las otras dos canciones con los arreglos que ha hecho Fernando Velázquez, que ha transformado las canciones y les ha dado una dimensión diferente.
Para mí las tres canciones tienen vigencia. Ahora mismo estoy en ellas. Para nosotros '¡Cuánto frío hace en Saturno!' siempre fue una caricia para los momentos malos, para los momentos de caída. Y en los tiempos que corren, una caricia siempre va bien.
Es una canción a la que estamos muy agradecidos porque nos llevó un poco a un público mayor y porque hay mucha gente que la conoce y que incluso no sabe de quién es. Nos enorgullece que haya pasado un poco al ámbito de lo popular. Me lo paso bomba cantando corazón de tango.
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