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El tiempo de pandemia no arredra a la compañía guipuzcoana Opus Lirica. «Dicen que los momentos difíciles agudizan el ingenio», dice Ainhoa Garmendia, ... directora de la entidad que lleva años trabajando por asentar una temporada de ópera en San Sebastián. En esta época de aforos limitados y circunstancias adversas resulta inviable montar una ópera, pero Opus Lirica se reinventa preparando una versión escenificada del 'Réquiem' de Mozart.
«Es algo así como convertir esa 'misa de difuntos', una de las cumbres de la música, en un montaje representado, con los cantantes con vestuario, proyecciones a modo de decorado y la orquesta en el foso», explica Ainhoa Garmendia. «En Europa son cada vez más frecuentes estos montajes que 'escenifican' obras compuestas inicialmente para ser solo cantadas con orquesta. En las actuales circunstancias no podemos montar una ópera de tres horas con toda la infraestructura que necesita, pero sí sacamos adelante este proyecto, para una obra que dura una hora y con una propuesta diferente para el público».
Qué: El 'Réquiem' de Mozart, una de las cumbres de la música, en versión representada.
Quiénes: Voces de Ainhoa Garmendia, Lucia Gómez, Beñat Egiarte y Xavier Casademont. Dirección musical de Iker Sánchez Silva y escénica de Pablo Ramos y Carlos Crooke.
Cuándo: Viernes 19 de febrero, sábado 20 y domingo 21 (versión familiar) en el Kursaal. Entradas, 51 euros.
La sombra de la pandemia sigue presente, con el riesgo de que nuevas restricciones impidan celebrar la representación. «Nosotros seguimos trabajando con la idea de que será posible, al menos hasta que nos digan lo contrario», apunta Garmendia. Las citas previstas son el viernes 19 de febrero y el sábado 20, a las 19.30, y el domingo 21 por la tarde en versión familiar. El aforo está limitado a un máximo de 400 plazas, como todas las citas culturales del Kursaal, «y si hay demanda podríamos doblar alguno de los días».
La elección de la obra de Mozart no es casual. «Ese 'Réquiem' quiere ser nuestro homenaje a todas las víctimas de la pandemia, a la gente que está luchando contra el virus en primera línea y al conjunto de una sociedad que aguanta con entereza unos meses tan difíciles», argumenta la directora de Opus Lirica.
La representación creada por Pablo Ramos y Carlos Crooke, que repiten como directores escénicos, incide en esa línea. «Se preguntan si la humanidad en su conjunto va por el buen camino y si sacudidas como ésta pueden servir para que reflexionemos. Los cuatro intérpretes principales de la obra representan cuatro miradas al mundo. La obra de Mozart, denominada también 'misa de difuntos', pide el perdón de Dios, y ellos se plantean la autocrítica del mundo en que vivimos», subraya Garmendia.
Opus Lirica ha asentado ya un equipo cuyos nombres se repiten. Ramos y Crooke siguen como directores de escena, Iker Sánchez Silva continúa como director musical y las cuatro voces solistas serán Ainhoa Garmendia (soprano), Lucia Gómez (mezzosoprano), Beñat Egiarte (tenor) y Xavier Casademont (bajo). El coro será esta vez propio de Opus Litrica, seleccionado entre distintas voces de la mano de Alain Aierdi, y repite también la orquesta de la compañía. «Queremos hacer un espectáculo en cierta forma rompedor y estamos hablando con una escuela de danza 'kranp' de Donostia para que en uno de los pasajes salgan a escena».
La aventura de Opus Lirica no está siendo fácil. Su última cita con el público donostiarra fue su original montaje de 'Don Giovanni', hace justamente un año, y el virus que azota el mundo ha obligado ahora a cambiar la ópera prevista por esta novedosa propuesta del 'Réquiem' escenificado. «Quizás lo más fácil hubiese sido no hacer nada y esperar tiempos mejores, pero queremos mantenernos fieles a la cita, aunque sea perdiendo dinero, porque esa limitación de aforo a 400 localidades lo complica todo», reflexiona Ainhoa Garmendia.
Los responsables de la producción, Pablo Ramos y Carlos Crooke, proponen «una escena marcada por la destrucción. La escenografía representa un cúmulo de edificios caídos, de paredes rotas, de piedras en escombros. El coro y solistas son la Humanidad. Se mueven entre los escombros rogando por su salvación, que no es otra cosa que aprender a perdonarse por los errores y ser capaz de destruir a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis», según explican en sus textos de trabajo.
Los cuatro solistas y el coro están sobre el escenario y la orquesta en el foso, como parte del juego escénico, como guiño a las representaciones operísticas y también, de manera más prosaica, para facilitar las medidas de seguridad de la compañía, que garantiza también las condiciones sanitarias para el público.
«El proyecto 'Réquiem' de Opus Lirica ha nacido para provocar un espectáculo de introspección en el que el público sea una parte esencial del mismo y pueda tomar decisiones que afecten al desarrollo del acto», afirman sus responsables. Si las nuevas restricciones por la pandemia lo permiten la cita será en el Kursaal, como convocatoria artística y como homenaje a las víctimas. «Esta 'misa' de Mozart quizá sea una de las más atractivas y evocadoras para el gran público, con una música portentosa», recuerdan los rectores de Opus Lirica.
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