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La presentación de la programación de la Quincena Musical, este lunes en Donostia. Lobo Altuna
La Quincena Musical 'reconstruye' con 45 conciertos su programa para el año del Covid

La Quincena Musical 'reconstruye' con 45 conciertos su programa para el año del Covid

El festival acometerá entre el 1 y el 29 de agosto una 81 edición protagonizada por las mascarillas, los aforos del 60%, los músicos locales y un 40% menos de presupuesto

Alberto Moyano

San Sebastián

Lunes, 29 de junio 2020, 14:14

Aunque en algún momento pudo resultar impensable que la 81 edición de la Quincena Musical donostiarra llegara a celebrarse, sus responsables nunca barajaron esa posibilidad. Simplemente, tuvieron que «destruir» la programación prevista y «construir» otra que se adecuara a las circunstancias. Y el resultado se ha presentado hoy en una rueda de prensa tan inédita como lo serán los propios conciertos: un programa que del 1 al 29 de agosto desarrollará un total de 45 actividades, en el que se mantienen todos los ciclos, con aforos del 60%, y San Telmo como escenario central del certamen, al que se suman Tabakalera y diversos escenarios del territorio. La presentación de esta mañana ha servido también para dar a conocer el cartel de esta 81 edición, firmado por Pello Irazu.

El director del certamen donostiarra, Patrick Alfaya, ha presentado esta 81 edición, acompañado por el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; el diputado foral de Cultura, Harkaitz Millán; y el alcalde de la ciudad, Eneko Goia. Al acto se han sumado también representantes de los patrocinadores habituales de Quincena Musical, que se mantienen todos este año en un acto de lealtad al certamen, aunque con menores cuantías, para sumar en un presupuesto que de los 2,5 millones inicialmente previstos se ha quedado a entorno a un millón de euros.

Alfaya ha destacado el peso de los músicos y las agrupaciones locales en la confección del programa de este año, dadas las dificultades de movilidad internacional aún en vigor. Nombres habituales como la Euskadiko Gazte Orkestra –que abre el programa el día 1 de agosto– Euskadiko Orkestra, Bilbao Orkestra Sinfonikoa, el director Juanjo Mena, el violonchelista, los pianistas Germán Ormazabal y Marta Zabaleta, y otros menos asiduos, como la soprano Elena Sancho o Xabier Anduaga protagonizan buena parte del peso del cartel. Asier Polo, No obstante, el azar y los reflejos de la organización han permitido aprovechar las extrañas circunstancias que vive el mundo para salpicar la programación con algunas actuaciones de músicos internacionales.

Es el caso del pianista ruso Grigory Sokolov, que 'atrapado' en Málaga y sin posibilidad por ahora de regresar a su país, actuará en el Auditorio Kursaal el 16 de agosto, o de Marc Minkowski y su conjunto Les Musiciens du Louvre, y de Semyon Bychkov, titular de la Filarmónica Checa y que se desplazará desde San Juan de Luz para dirigir a la Euskadi Orkestra el 8 de agosto.

Con la seguridad de músicos y público como prioridad, y en este punto Alfaya ha recordado que buena parte de los espectadores de Quincena constituyen por edad población de riesgo, el Kursaal acogerá el ciclo sinfónico, el Museo de San Telmo los conciertos de Música Antigua, el ciclo de Música Contemporánea y Música de Cámara, mientras que la programación para órgano repartirá sus trece conciertos entre Azkoitia, Azpeitia, Zumaia, Usurbil, Deba y Tolosa o el propio Buen Pastor Donostiarra. Tabakalera, por su parte, acogerá la programación de danza, en formato «pequeñas píldoras», mientras que la Quincena Andante, comprenderá once conciertos en Gipuzkoa y Álava.

En cuanto a la participación de coros, en esta ocasión tomarán parte tres –El Easo, Kea Ahots Taldea y El León de Oro, todos sus componentes con mascarilla, una situación insólita que, sin embargo, parece que haber dado resultados aceptables en los ensayos. También las portarán los músicos, a excepción de los intérpretes de instrumentos de viento por razones obvias.

Los representantes institucionales agradecieron a Alfaya y su equipo el descomunal esfuerzo realizado para sacar adelante esta 81 edición. Una recuperación de la actividad cultural que, en palabras de Bingen Zupiria, reposa en tres columnas: «Los artistas y productores, protagonistas de la creación cultural; el apoyo de las instituciones; y el público y los patrocinadores, sin los cuales no habría tal recuperación».

Harkaitz Millán destacó el hecho de que en ningún momento se contemplase por parte de Alfaya la suspensión este año de una Quincena Musical «que siempre se ha preparado para adaptarse a las circunstancias, en un ejercicio de honestidad, incluso presupuestaria» por parte de su equipo directivo, apuntó el diputado foral de Cultura.

«En unos meses en los que tantas veces hemos tenido que utilizar palabras como 'suspendido' y 'aplazado' –dijo Eneko Goia–, no hemos querido usarlas más de lo necesario» y señaló que «podíamos haber optado por lo más fácil y suspender la Quincena Musical, pero tomamos la decisión más complicada porque creemos oportuno ir adaptándonos a las circunstancias».

Patrick Alfaya ha adelantado que la Quincena Musical trabaja ya sobre la idea de recuperar la normalidad en dos años y que son varios los conciertos previstos para este año y finalmente abortados que ya tienen fecha cerrada con la Quincena donostiarra para la edición del próximo año, en el que también volverá la ópera.

Las entradas se pondrán a la venta el próximo día 9, a las 11.00 horas, en la web www.quincenamusical.eus, y en las taquillas del Kursaal y del Victoria Eugenia. El período reservado para los Amigos de Quincena –que según Alfaya están reaccionando de forma muy positiva al reto que constituye esta edición– permanece abierto hasta el próximo día 3..

«Identifico Donostia con el azul»

El autor del cartel de este año, Pello Irazu, admite el reto que ha supuesto trasladar el sonido de la música «a mi lenguaje», una vez descartado el recurso a lo figurativo. Lo ha conseguido mediante una ilustración tricolor –rojo, blanco y azul, con predominio de este último– en el que se deslizan los planos para dar una sensación de volumen. «Yo no soy ilustrador, pero entiendo el lenguaje de la ilustración», explicó Irazu durante la presentación. «Identifico Donostia con el azul», dijo el artista, quien también destacó su intención de realizar unos carteles «accesibles» a otros formatos, lo cual ha conseguido adoptando unas menores dimensiones.

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