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El compositor y pianista británico Stephen Hough. LOBO ALTUNA

Stephen Hough: «Un concierto permite que los músicos seamos amantes de desconocidos durante una hora»

compositor y pianista ·

El solista británico elige San Telmo para recrear la 'Música callada' de Mompou porque buscaba un lugar donde no se ofrezcan recitales «de forma rutinaria»

María José Cano

San Sebastián

Miércoles, 18 de agosto 2021, 02:00

Pianista, escritor, articulista y compositor. El británico Stephen Hough (Heswall, 1961) lleva su piano a San Telmo para hacer sonar la 'Música callada' de Mompou. ... Hough, habitual en grandes escenarios y solista con orquestas como la Filarmónica de Londres, la Orquesta de Cleveland o la de Birmingham, llega a Donostia en un encuentro íntimo que permitirá acercarse de una forma especial tanto a la obra como a su manera de entenderla.

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– ¿Por qué Mompou y su 'Música callada'?

– Escuché la música de Mompou antes que la de Mozart. Dos de sus exquisitas piezas estaban en el primer disco que me compraron mis padres cuando tenía unos 5 años, así que ocupa un lugar muy especial en mi corazón. Sin embargo, su 'Música callada' tardó muchos años en revelarse ante mí, y no fue hasta el año pasado, durante la pandemia, cuando la saqué de nuevo y me sumergí en su misterioso mundo. Me enganché por completo, llamé a mi compañía discográfica para preguntarles si podía grabar la obra. Me dijeron que sí, así que me puse a trabajarla para aprenderla bien.

– ¿Qué le enganchó tanto de esta obra?

– Es una música que funciona como un ayuno, es decir, reduce todas las expectativas a un núcleo interno, como los escritos de San Juan de la Cruz, en los que se inspira. Implica ir al desierto y abrir el corazón al silencio y al vacío para llenarlo de Dios. Pero no creo que sea necesario ser creyente. Estas piezas hablan a cualquier corazón que tenga en su interior anhelo y pasión, y un deseo de quietud para profundizar en la experiencia humana.

– La interpreta en el claustro del Museo San Telmo. ¿Qué le inspira un recinto de este tipo frente a un gran auditorio?

– Tengo la sensación de que va a ser un lugar mágico para tocar este ciclo. Le dije a mi representante que no quería tocar la 'Música Callada' en una sala de conciertos normal, en un escenario. Tiene que ser en un lugar especial y diferente, no un lugar donde se den conciertos de forma rutinaria.

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– ¿En qué medida le influye el escenario, la acústica, la cercanía con el público o el instrumento a la hora de abordar un concierto?

– Con estas piezas todo esto es crucial, porque todo su sentido es deshacer las expectativas tradicionales de la música clásica. Pero cada concierto es diferente, incluso cuando tiene lugar en la misma sala; por eso los conciertos en vivo son tan valiosos. Se crea una comunicación de los músicos con desconocidos a un nivel profundamente íntimo. Durante una o dos horas somos amantes.

«Habla a cualquier corazón que tenga en su interior anhelo y pasión, y un deseo de profundizar en la experiencia humana»

'MÚSICA CALLADA'

– Además de un gran pianista, es compositor. ¿Qué le llevó a ello?

– Siempre he escrito música, pero al principio de mi carrera como pianista no tenía tiempo y lo dejé de lado, escribiendo sólo transcripciones que utilizaba como piezas de bis, ya fueran canciones o melodías populares. Sin embargo, en los últimos veinte años he escrito mucha música y ahora es el centro de mi vida.

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– La Euskadiko Orkestra estrenó su obra 'Agata: a Basque Fantasy' en noviembre de 2018, en un encuentro en el que usted también intervino como solista del 'Concierto para piano y orquesta' de Dvorak. ¿Cómo recuerda aquella colaboración?

– Quería escribir una pieza que tuviera un tema vasco para este encargo y me enamoré de esa melodía tradicional, tan conmovedora, melancólica y peculiar. En cuanto a Dvorak, es una pieza maravillosa, aunque muy difícil de tocar. He escrito sobre ella que es como un «concierto para diez pulgares». Dvorak no era pianista y por eso no es cómodo de tocar, pero la pieza es cálida y maravillosa. Hay una «bondad» en Dvorak que me parece cautivadora.

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«Plasmar mis anotaciones es una forma de concretar pensamientos y obligarme a desarrollarlos»

escritura

– Usted también es escritor. Tiene una colección de ensayos, una novela y numerosos artículos en periódicos como The New York Times o The Guardian. ¿A qué obedece su deseo de escribir?

– Siempre me han gustado las palabras y la escritura. En el colegio era mi asignatura favorita y todavía hoy suelo anotar ideas sobre la marcha. Plasmar estas notas en un libro o un artículo es una forma de concretar los pensamientos y obligarme a desarrollarlos.

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– También es profesor en varios centros, entre ellos The Royal Academy of Music o The Juilliard School en Nueva York. ¿Qué le aporta la docencia? ¿Cómo ve el nivel de las nuevas generaciones de pianistas?

– No doy muchas clases individuales por falta de tiempo, pero me encanta trabajar con alumnos de talento, encontrar la manera de ayudarles a desarrollar su propia personalidad. Es un poco como ser padre. Quieres que tus «hijos» sean ellos mismos, no copias de ti. El nivel de la nueva generación es fantásticamente alto y me emociona especialmente ver a tantos jóvenes del sudeste asiático que aman la música clásica y tocan con tanta convicción y pasión.

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PROGRAMA MIÉRCOLES 18

  • Stephen Hough 'Música callada' de F. Mompou (28 piezas breves). A las 19.30 horas en el claustro del Museo San Telmo. Precio 10 euros

  • Quintoniks Ciclo de Jóvenes Intérpretes. Obras de Schumann y Brahms. Palacio Miramar, a las 19.30 horas. Entradas agotadas.

– Si tuviera que escoger una sola faceta de todas las que desarrolla, ¿cuál escogería y por qué?

– El director de mi banco me dice que elija el piano... pero en serio, me gusta cultivar diferentes facetas. Cada una se alimenta de la otra. Cuando compongo quiero tocar y cuando toco quiero escribir.

– ¿Cree que un músico debe abordar diferentes actividades?

-No me gusta la palabra «debería» porque el sentido de la obligación puede ser asfixiante. Sin embargo, creo que los jóvenes pianistas deben componer, aunque lo que escriban no sea muy interesante. Así es como vivían todos los instrumentistas en el pasado. Todos los pianistas hasta los años 50 aproximadamente también componían. Se consideraba una parte esencial para ser un músico completo.

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«Es un poco como ser padre. Quieres que tus 'hijos' sean ellos mismos, no copias de ti»

la enseñanza

– En este último año de pandemia ha ofrecido infinidad de conciertos y ha continuado con su actividad. ¿Cómo ve el presente y el futuro?

– Por supuesto, es difícil mirar al futuro. Creo que los conciertos de una hora sin descanso son un cambio que deberíamos mantener, así como una variedad de horarios de inicio. Quizá todos podamos aprender a valorar más las oportunidades que tenemos en nuestras ciudades de asistir al teatro, a la ópera y a los conciertos. Cuando te quitan algo puede hacer que lo valores más.

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