Se cerraba ayer el Festival Cultural Coreano celebrado estas semanas en Donostia. Unas jornadas que han buscado acercarnos la cultura asiática con exposiciones, cuentacuentos, cine y, cómo no, pintxos gastronómicos. La fiesta bajaba el telón con la actuación del combo Ak Dan Gwang Chil (ADG7). ... Un grupo de música folk chamánica compuesto por seis intérpretes de música coreana tradicional y tres potentes cantantes femeninas.

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Ustedes, como yo, se preguntarán qué es eso de 'folk-chamánico'. Si nos atenemos a lo escuchado ayer esa etiqueta incluye timbales de Safri Dúo (¿'Tecno-folk' está ya dicho?), punteos de sitares dignos de Rage Against The Machine, zonas de hip hop, aires hindús, solos de platillos, momentos salseros, abrasiones como las de The Doors, instrumentales trepidantes y un marcado enfoque pop. Todo de manera más elegante e hilvanada que lo que una adrenalínica lectura de estas líneas puede presuponer.

Al frente, tres cantantes femeninas de pulcras voces, sencillas coreografías y tonos agudos. Las Destiny´s Child del folk coreano llegaron vestidas con trajes de apariencia tradicional que, y perdonen la simplificación, nos podían recordar a los mangas japoneses o a los secuaces de Lu Pan en el film 'Golpe en la pequeña China'. Sin perder nunca la sonrisa, divertidas hasta para explicarnos el nombre del grupo, haciendo temblar al LABI con su invitación a levantarnos, agradeciendo la 'sagardoa' y la txistorra local en perfecto euskera. Su felicidad invadió la sala y nos fuimos ojipláticos y radiantes a casa.

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