Borrar
Lurdes Iribar, ayer en Tolosa, con uno de los abanicos característicos del grupo Locomía. Iñigo royo
«En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»
Diseñadora y corista de Locomía

Lurdes Iribar: «En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»

Lurdes Iribar fue la «quinta» componente, como diseñadora y corista, del grupo Locomía, hoy objeto de una serie. Ella volvió a su pueblo y aquí revela su historia

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Miércoles, 6 de julio 2022

Ahora trabaja en un estanco de su Tolosa natal. Lleva años alejada del 'glamour' que vivió con frenesí en la década de los 80, pero estos días Lurdes Iribar está protagonizando todo un 'revival'. La serie documental de Movistar sobre Locomía, el grupo de los abanicos y del 'sexo, Ibiza', la ha devuelto a la actualidad. «Alguien me ha definido como 'la quinta componente' de Locomía y me gusta escucharlo porque es como me consideraban mis compañeros: fui diseñadora y corista del grupo, pero durante muchos años una más de ese clan donde todo parecía posible».

Lurdes Iribar (Tolosa, 1964) cuenta su historia sin tapujos desde el retiro tolosarra donde vive desde que se bajó del mundo de la farándula. Está feliz de haber criado a sus tres hijos casi en soledad, de haber superado un cáncer de mama («quienes vivimos esa enfermedad debemos contar nuestra experiencia por si sirve a quienes la padecen después») y ahora disfruta una vuelta a la actualidad «que me está cargando las pilas para volver a diseñar, que es mi verdadera pasión. En realidad no he parado nunca, pero este subidón me está ayudando. En Tolosa pocos sabían de mi historia y algunos me están descubriendo ahora».

Choque de egos

La serie de Movistar cuenta en tres capítulos el fenómeno de Locomía en la Barcelona, Ibiza y Madrid de los 80, hasta su repentina desaparición por el choque entre los intereses y los egos de dos personajes claves en la historia del grupo, Javi Font, inspirador y 'alma mater' de aquel movimiento, y el productor José Luis Gil. Es la crónica del grupo pero también el espejo de unos agitados años en la sociedad española. En la serie el testimonio de Lurdes Iribar tiene un peso especial como una de las pocas voces femeninas. «Todos sabían que los componentes de Locomía eran homosexuales, pero por contrato no podían decirlo. A mí me odiaban algunas fans, las más despistadas, porque creían que era novia de alguno de ellos», recuerda con una sonrisa.

Imagen principal - «En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»
Imagen secundaria 1 - «En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»
Imagen secundaria 2 - «En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»

«Yo nací y crecí en Tolosa y siempre me sentí la rara», rememora ahora Lurdes Iribar. «Me gustaba el arte, la diferencia, vestir a mi manera como signo de libertad, aunque algunos se empeñaban en decirme 'que no estamos en Carnaval'. ¿Por qué no me dejaban en paz, si yo no me metía con nadie? Para mí la moda es una forma de expresarme. Cuando fui a Barcelona a estudiar diseño sentí la libertad y descubrí a gente distinta».

«Cuando llegué a Barcelona y conocí a Javi Font, el líder del grupo, sentí que encontraba a mi alma gemela»

No solo eso. «Un día de 1983 me encontré con Javier Font y fue como descubrir a mi alma gemela, vestido a su manera, libre... y con un maletín idéntico al que llevaba yo. Éramos lo mismo en hombre y en mujer, él con zapatos en punta y yo con plataformas. Fue una conexión: hasta entonces yo pensaba que era de otro mundo, pero lo que ocurría es que no había encontrado aún a mis semejantes».

«Tenían prohibido por contrato contar que eran gays. A mí me odiaban las fans: pensaban que era novia de alguno de ellos»

Lurdes empezó a conocer a todo el grupo vinculado a Javier, de donde saldría Locomía. «En aquel verano de 1988 nos juntamos todos en Ibiza y vivíamos en una casa que parecía un 'Gran hermano'. Es la casa que alguien quemó, como se cuenta en el documental, aunque eso no impidió que siguiéramos adelante». La gente del grupo se había hecho ya protagonista en la discoteca Ku con sus abanicos, sus bailes y sus modelos, y fue cuando apareció el productor José Luis Gil y les propuso formar Locomía, que más tarde grabaría su primer disco y viviría el éxito.

Gil eligió a los cuatro componentes del grupo y a Lurdes como diseñadora, corista «y lo que tocara». «El 'boom' llegó de repente, en 1989. Fue salir en televisión y encontrar un éxito súbito. A mí me tocó a la vez la muerte de mi madre, en un tiempo de sensaciones contrapuestas». La gira por Argentina marcó uno de los momentos «de mayor locura, como si fuéramos Michael Jackson».

Cartel anunciador de una de las actuaciones.
Imagen - Cartel anunciador de una de las actuaciones.

La serie cuenta las fricciones dentro del grupo, los cambios en algunos de sus componentes, las crecientes tensiones entre Javi Font y el productor Gil, que acabarían con el propio Locomía «aunque prefiero no contar los detalles que hagan 'spoiler' a la serie». Locomía fue a Miami, intentó un cambio de manager pero todo se vino abajo. Gil, con los derechos del grupo, puso otros cuatro chicos pero no cuajó.

¿Y ella? «Antes que ellos se fueran a Miami ya había decidido mi cambio. En 1992 me trasladé a Washington a aprender inglés, con 27 años. Me casé, nació mi hija mayor en Miami, me separé cuando estaba esperando mi segundo hijo... Luego tuve el tercero con una nueva pareja de la que también me separé». A finales de los 90 se asentó otra vez en Tolosa. «He tenido una panadería, he trabajado con los municipales, en la OTA, ahora en un estanco. Y quiero seguir diseñando. A ver si , con la ola de la serie, me salen más cosas».

«El papel de las mujeres era clave... al menos como 'amatxos'»

Bromea Lurdes Iribar cuando recuerda el papel de las mujeres en Locomía. «Éramos modelos, asistentes, costureras... y a menudo las 'amatxos'». Piensa que el documental denuncia a su manera la homofobia sufrida por los componentes de Locomía «pero también el machismo de la época, y por eso me gusta reivindicar lo que hacíamos las mujeres en ese entorno».

Cuenta que la participación en la serie «ha sido una experiencia muy positiva, para repasar aquellos momentos, y el resultado ha merecido la pena. Yo recomiendo a la gente que vea la serie porque cuenta muy bien todo aquello, no siempre bien entendido en su momento, cuando se decía lo de 'pierdes más aceite que la furgoneta de Locomía'».

Reivindica también las arrugas, la huella del tiempo, el orgullo de los años. «Sé lo que es tener mucho dinero y qué es tener poco dinero. He aprendido de los dos momentos. Pasé un cáncer de mama y me gusta contarlo por si sirve a alguien. Lo descubrí gracias a la revisión al cumplir los 50 años. Se localizó a tiempo y me sirvió para conocer a la gente estupenda del Oncológico».

«Nací con un lápiz en la mano», termina Lurdes Iribar. «Lo mío es el arte, pintar y diseñar, y a eso quiero dedicarme con más fuerza ahora».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Lurdes Iribar: «En Tolosa era la rara; en Locomía me reuní con gente como yo»