Santi Rodríguez | Actor

«No paran de intentar que tengamos miedo todo el rato. ¡Anda ya, idos a la mierda!»

- Parece que esta vez ha ido algo más allá que la otra vez.

- ¿Recuerdas aquel juego en el que dos equipos disputan por coger primero un pañuelo? Pues he estado a punto de cogerlo esta vez del todo y de dar el paso.

- ¿Y qué le hizo no darlo?

- Esto es una respuesta seria. Creo que no lo di porque tengo aquí dos hijas a las que todavía creo que les puedo echar una mano. Tras el infarto en 2017 he tenido una ECM, una experiencia cercana a la muerte. Tuve graves problemas de salud porque ya estaba muy bajo de defensas por lo anterior. Lo del infarto casi ni me enteré porque no fue del corazón, pero en esta vez me dio un jamacuco que me quedé más 'pallá' que otra cosa.

- ¿Su ECM fue como lo cuentan en las películas?

- No tuvo tanto glamour, pero la verdad es que se estaba muy a gustito por allí, aunque me resulta muy difícil explicarlo.

- ¿Estas experiencias son de las que le cambian la vida?

- Indudablemente. Quizás no de una manera drástica. Lo que sucede es que empiezas a mirar cosas que tienes muy cerca y a las que, precisamente por eso o por vivirlas a diario, no les das el valor que tienen. Estamos haciendo el tonto, perdiendo el tiempo, cuando lo que tiene valor es el rato que pasas con la gente que te debe importar. Esas son las cosas que hay que cuidar, valorar y aprovechar. Pero nos dedicamos a quejarnos de tonterías. Me chirría mucho que vivamos en un miedo continuo. Y me niego.

- Y no hacen más que decirnos que estamos más cerca que nunca del fin del mundo.

- Es que dices ¡para ya!, hombre. Deja a la gente tranquila, que cuando no es una guerra por un lado o por otro, es ahora el presidente este de color naranja que ha salido en USA. No paran de intentar que nos preocupemos y tengamos miedo todo el rato ¡Anda ya, idos a la mierda!

- ¿No somos conscientes de nuestra gran fragilidad hasta que nos ocurre algo como una enfermedad grave?

- Totalmente de acuerdo. A veces nos creemos inmortales. Crees que vamos a ser jóvenes siempre. Nos pasa a todos. Y en mayor o en menor medida vivimos con esa idea hasta que empiezas a tener tus problemillas y a perder la plena confianza en ti mismo. Y dices, ¡ostras1, a lo mejor resulta que voy a tener movidas y yo creía que no. Es curioso que cuando ves que la gente se pone mala o tiene problemas económicos, piensas que contigo no va la cosa.

- En la función se hacen preguntas tan inquietantes como si en el más allá hay vecinos.

- Mantengo la teoría de que sí. Este espíritu que van a ver en el Kursaal convive con otros: el espíritu deportivo, el crítico, el de superación, el inquieto. En el más allá se convive con mucha gente. De hecho, hay mucha más gente en el más allá que por aquí.

- ¿No echan a nadie?

- Tienen buena predisposición a que esté todo el mundo. Se vive a gusto y la gente convive en paz. Fíjate qué curioso. Y aquí estamos todo el día peleando.

- Ha agotado las entradas para hoy. ¿No será unos de esos pastores religiosos que arrastran masas?

- Puedo asegurar que soy de lo más normal que puedas imaginar. Y ese valor de normalidad hay mucha gente que lo compra porque están hartos de esnobismos, de ridiculeces y de sacar los pies del plato sin razón.

- ¿Cuál es su forma de posicionarse ante el público?

- Cuando inició un trabajo me ilusiono como si fuera la primera vez que viene gente a verme. Quiero que durante un rato se olviden absolutamente de toda la mierda que hay fuera. Me dirijo a personas de una idea política u otra, con creencias religiosas o sin ellas, de unas apetencias sexuales o de otras. Lo que quiero es que los espectadores se vayan razonablemente contentos. ¿Que soy un tío bastante cobarde por este planteamiento? Puede ser, pero la verdad es que voy por la calle y noto que caigo bien.

- ¿Hay temas que prefiere dejar de lado?

- Estoy preparando el siguiente espectáculo y veo que me estoy autocensurando, para empezar con el título del espectáculo: este no, que me pueden poner la etiqueta de... Este tampoco, no piensen que soy... ¿Sabes? Y dices, ¡tío, es humor!, Creo que en el humor vamos para atrás, cada vez tenemos la piel más fina y nos ofendemos con más cosas. Pero el humor abre la mente.

- Suele decir que «la fama no hace gilipollas, los descubre». ¿Cómo es su relación con la popularidad?

- He tenido mucho cuidado de mantener los pies en el suelo y no caer en el error de pensar que soy más que nadie porque salgo en televisión o porque me conoce mucha gente.

- Con los famosos, sobre todo si es por la televisión, el público confunde personaje y persona.

- Hay gente que piensa que yo soy como era 'El Frutero' de la serie, que era un impresentable. Pero si me ves en el día a día soy un tío muy normal. Un tío casero, que disfruta haciendo la comida para la familia. Cuando llegan a casa soy feliz con que la comida esté hecha y que disfruten, como ha pasado hace un rato. Hoy les he preparado una carne en salsa con verduras. Me gusta la comida normal.