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'Sin piel', la difusa línea entre la humanidad y la naturaleza
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La sala donostiarra inaugura una exposición con la obra de la artista palentina Marina Núñez'Sin piel', la exposición de Marina Núñez inaugura en la sala Kubo Kutxa, comenzó a gestarse hace dos años. La idea era mostrar cómo a lo largo de 30 años de carrera la artista palentina había abordar la relación entre la naturaleza y el hombre, con la permeabilidad o la difuminación entre las barreras que separan ambos conceptos como eje principal. Pero, y de forma muy acorde con el aspecto futurista que estéticamente tiene su obra, desde entonces ha tomado un aire casi profético y, con la llegada de la pandemia, se puede interpretar como una reflexión sobre un mundo que ha entrado en colisión y donde las personas ya no puede tocarse la piel.
La obra de Núñez se encuentra en colecciones de varias instituciones, entre las que se encuentran el Reina Sofía, Artium de Vitoria, el Musac de León, el Patio Herreriano de Valladolid, la Fundación Caixa, la Fundación Botín, el MAC de La Coruña o la American University en Washington DC.
Las piezas se reparten por cuatro espacios, que cuentan con su propia música compuesta para la ocasión, denominados 'órbitas' por la comisaria de la muestra, Susana Blas, porque «es un término que recoge muy bien su trabajo, que no es lineal y que a pesar del uso de la tecnología es muy físico, además de remitir al mismo tiempo a ese aspecto un poco astral, de ciencia ficción que tiene su obra».
'Sin piel', concebida específicamente por Núñez para Kubo Kutxa, presenta una selección de obras recientes, «incluida 'El hechicero' que la terminé pocos días antes de venir a San Sebastián para el montaje», y también una muestra sus primeras incursiones en la pintura, «que es la técnica que más me gusta», aunque luego haya apostado por la tecnología del ordenador y los píxeles «con los que trabajo de forma muy artesanal, de uno en uno. Una obra me lleva mucho tiempo, como si se tratara de un cuadro tradicional». En todas ellas se proyectan identidades maleables y empáticas con el entorno, donde los límites físicos y psicológicos se diluyen o duplican en los escenarios hasta mimetizarse con ellos.
Según Susana Blas, «'Sin piel' habla de identidad, de la idea de la frontera, del diálogo, casi siempre incómodo entre lo conectado, ilimitado, abierto, blando y metafórico, y lo constreñido, lo estereotipado y controlado. Son evocaciones de un entorno en transformación y en vías de destrucción, que hoy en día ha pasado de ser un asunto teórico a una problemática urgente, por las evidencias de catástrofe inminente, propiciadas por la crisis medioambiental».
Los protagonistas de las piezas de Marina Núñez, gran parte en blanco y negro, son casi siempre mujeres, en un cuestionamiento permanente sobre los roles de género, que acaban siendo invadidas por elementos orgánicos como plantas o transformándose en ellas. Muchas tienen reminiscencias a mujeres que aparecían en las pinturas del Barroco.
En la primera órbita, que lleva por título 'Supernovas, fractales y marejadas', se encuentran piezas en papel o tabla, con tres series: 'Fuera de sí. Supernovas' (2018), 'Inmersión' y 'Marejadas'. Esta última supuso el reencuentro de la artista con la pintura física porque «el confinamiento me pilló en Madrid sin mi ordenador. Fue una experiencia muy gratificante».
A continuación se presenta 'Inmersión, naturaleza y civilización', la segunda órbita. Es una inmersión en la penumbra. Este espacio esta presidido por un gran mural en donde se proyectan dos vídeos, uno por cada cara. Uno de ellos es 'El hechicero', su última obra, que muestra a un hombre capaz de convocar a un tornado, «una imagen muy potente, que me atrae mucho», pero que acaba destruido por la naturaleza.
En 'Naturaleza (manglar, isla, montaña, monte)', de 2019, cuatro jarrones digitales giran sobre sí mismos y encierran otros tantos paisajes en una idea de domesticar lo natural, aunque finalmente esos paisajes acaban reconquistando el espacio.
En la tercera órbita, 'Ojos y grietas', como el titular indica el protagonismo se encuentra en la mirada «que puede abarcarlo todo o tener una perspectiva parcial, tal y como hacen los instrumentos científicos de visión que van quedando obsoletos paulatinamente en su cspacidad para abarcar el conocimiento del universo». Hay miradas que se inflaman, como metáfora de la sed de conocimiento, -'El fuego de la visión' (2015)- o se incide en la idea de la destrucción y construcción en 'Vanitas' (2021).
'Un túnel del tiempo', la cuarta y última órbita, se convierte en una especie de breve retrospectiva del trabajo de Marina Núñez, con piezas de distintas épocas, entre ellas 'Sin título (Monstrua)' de 1996 y los dibujos en imagen digital de 'La mujer barbuda' (2017).
Como colofón se pueden contemplar el documento audiovisual 'Marina Núñez, túnel del tiempo' (2021), una pieza concebida por la comisaria, que recoge en imágenes en bucle cómo la artista ha evolucionado en su iconografía manteniendo las mismas inquietudes temáticas.
'Sin piel' Obra de la artista Marina Núñez
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