![Cuando Alberto Iglesias jugaba a hockey hierba en Donostia](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202202/08/media/cortadas/Alberto%20Iglesias%20hockey-k6uF-RTC7VcgmrMzGYrriD5E53rN-1968x1216@Diario%20Vasco.jpg)
![Cuando Alberto Iglesias jugaba a hockey hierba en Donostia](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202202/08/media/cortadas/Alberto%20Iglesias%20hockey-k6uF-RTC7VcgmrMzGYrriD5E53rN-1968x1216@Diario%20Vasco.jpg)
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Vean la foto: sí, es el tercero por la izquierda de los agachados. Alberto Iglesias cuando jugaba a hockey sobre hierba con el Atlético de San Sebastián. La imagen pública más habitual del músico donostiarra hoy nominado nuevamente al Oscar es recogiendo un Goya, pero hay más de su 'arqueología' biográfica. Por ejemplo, ésta.
Iglesias vive con eterno aire de tímido ensimismado. «Cuando oigo un elogio intento desaparecer», me dijo una vez. Donostiarra de la Parte Vieja, dice que a los 15 años sintió «el fogonazo de la música». Empezó a estudiar piano y armonía y a la vez jugaba a hockey con los colegas de su edad. Cuentan sus compañeros de entonces que era un brillante delantero centro que lograba muchos goles. «Pero los defensas le sacudían fuerte y sus manos sufrían: un día decidió dejar el deporte para salvaguardar sus manos para el piano», me explicó Joti Díaz, uno de los componentes de aquel equipo. Una generación de donostiarras está en esa estampa de hace cincuenta años: ahí están Iñigo Espinosa, Miguel Saizar (entrenador), Javier Alústiza, Alberto Elósegui, Hilario Torre y Luis Fdz-Imaz, y debajo, Fernando Alústiza, Gonzalo Berridi (también cineasta hoy), Alberto Iglesias, Joti Díaz, Alberto Quintanilla y Jesuso Ayestarán.
Iglesias creció en la calle Narrica con sus hermanos: la escultora Cristina Iglesias, el escritor Eduardo Iglesias, la cineasta Lourdes Iglesias (inmersa ahora en la serie sobre Balenciaga con la gente de Moriarti para Disney) y el propio Alberto. A todos les he ido planteado la misma pregunta a lo largo de los años: ¿qué les daban de merendar para que todos nacieran artistas? Y más o menos respondían lo mismo: curiosidad ante la vida y buenos panes del negocio familiar. De ahí han salido, por ejemplo, tantas bandas sonoras. Y puede que un Oscar.
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