El próximo 4 de noviembre comienza una nueva etapa profesional para Gaizka Morales (Elgeta, 1997) y Alejandro Polo (Pasaia, 1997) con su incorporación a la Compañía Nacional de Danza (CND). En ambos casos, la elección de Muriel Romero como directora del conjunto ha sido determinante ... para presentarse a las pruebas de selección convocadas a principios de mes. «Hace un año nunca me había planteado presentarme a la Compañía Nacional, porque las anteriores direcciones estaban mucho más enfocadas hacia el ballet clásico más puro. Al ver la noticia de la elección de Muriel y que quería incluir desde lo más clásico hasta lo más vanguardista, me animé», explica Morales.
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«Leí entrevistas a Muriel en las que decía que quería utilizar la compañía como plataforma para el talento de los coreógrafos españoles y me atrajo ese planteamiento. Además, coincide con que en Rijeka hay cambio en la dirección y me decidí a hacer la audición», comenta Polo, actualmente solista del Ballet del Teatro Nacional croata de Rijeka.
Después de su paso por la Dresden Frankfurt Dance Company, Morales llevaba un año asentado en Madrid mientras realizaba distintos trabajos como freelance. En su caso, el mayor reto de la audición fue medirse con una variación clásica. «Yo audicioné para las plazas de Cuerpo de Baile y de solista, lo que supusieron tres largos días. Sólo en el grupo de chicas para Cuerpo de Baile había unas doscientas», detalla. Para la plaza de solista, además de la tradicional clase de ballet, las bases exigían un solo clásico, lo que fue «un súper reto, porque nunca había bailado una pieza clásica pura». Se decantó por un solo de 'La Bella Durmiente' en la versión de sir Frederick Ashton, «una variación muy lenta y suspendida, de la que me interesaba la delicadeza y cada detalle estaba muy trabajado», revela. La parte contemporánea supuso un workshop de dos horas con pautas de improvisación, pero «me sentía más en mi terreno», confiesa.
Alejandro Polo tuvo claro que iba a presentarse directamente a las pruebas de Cuerpo de Baile. En su caso, la audición conllevó el desplazamiento desde Croacia la víspera, «un viaje bastante largo y cansado, sumado a que te cuesta dormir la noche anterior a la prueba». Según sus cálculos, había unos 120 bailarines convocados en el grupo de chicos, que se dividió en dos y a Polo le tocó el segundo. «Toca aguantar los nervios, aunque finalmente me lo pasé bien pese a la presión. Había que aguantar las miradas de los jueces y del resto de bailarines de la audición. Al final nos dieron una carta de Muriel agradeciéndonos el esfuerzo por acudir a la prueba», apunta. «En mi vida he hecho unas cuantas audiciones y a veces, va bien y otras, no», sentencia.
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Las audiciones para acceder a la Compañía Nacional de Danza tuvieron lugar entre los días 4 y 6 de octubre y no pasó ni una semana para que los postulantes supieran el resultado. «Fue todo un shock. Todavía estoy asimilándolo y hasta que no me vea allí el 4 de noviembre y empiece la rutina de la compañía, no me lo voy a creer», revela Gaizka Morales, quien ha sido contratado como solista. Para Alejandro Polo la noticia de su incorporación a la CND como Cuerpo de Baile coincidió con una visita de su madre a Croacia. «Estábamos comiendo en un restaurante de Rijeka y se publicaron las listas. Cuando la ama vio mi cara de felicidad, supo que me habían cogido. Fue una emoción increíble».
La estabilidad de un contrato laboral de cinco años en el mundo de la danza es uno de los grandes alicientes de esta nueva etapa para Morales y Polo. «Un futuro de cinco años es bastante largo en el mundo de la danza. Creo que nunca he tenido un plan tan a largo plazo, ¿sabes?», reconoce Morales. «Me pone la responsabilidad de querer hacerlo bien. Quiero estar enfocado cien por cien en mi carrera como intérprete y abarcar cada reto que traiga a la compañía», añade. Organizando su mudanza a Madrid, Polo asegura que «un contrato de cinco años en el mundo de la danza resulta muy atractivo. Mis metas ahora son trabajar, trabajar y trabajar. Tengo ganas de llegar allí, trabajar, esforzarme y seguir adelante».
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Ambos comparten el deseo de que en su nueva etapa la Compañía Nacional de Danza les traiga a bailar a casa, «Nunca he bailado profesionalmente en Gipuzkoa. Lo viviría con mucha emoción y alegría. Sería una oportunidad increíble», señala el pasaitarra. «Ojalá baile pronto en casa, pero es verdad que siempre se me ha resistido», finaliza el elgetarra. En pocos días, Gaizka Morales y Alejandro Polo se unirán al solista donostiarra Ion Agirretxe en los estudios de la Compañía Nacional de Danza en Madrid.
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