Fargo, una fórmula que empieza a estar agotada

Ese espíritu lo mantuvo a la perfección en su segunda entrega, mientras que en la tercera ya dio ciertas muestras de desafinar más de lo habitual, Esos desajustes han aumentado con la reciente esperada emisión de su cuarta temporada, tres años y medio después de la tercera, en especial por una discutible decisión de casting al darle el papel protagonista al desubicado cómico Chris Rock.

La nueva temporada se centra en una guerra sin cuartel entre la mafia negra y la italiana por el control de las actividades delictivas de Kansas City en 1950. Al frente de la mafia negra tenemos a Loy Cannon (Chris Rock) al frente de un grupo de emigrantes que han huido del racismo del sur de los EEUU, mientras que la sucursal italiana está a cargo del clan Fadda con su patriarca y sus dos hijos al frente.

Tras una introducción en el primer episodio de la historia de los diferentes clanes mafiosos que se fueron turnando en el control de Kansas City con sus pactos y sangrientas traiciones, llegamos a ese año 1950, donde la guerra se centra entre negros e italianos, que en el fondo solo buscan el respeto de los anglosajones que controlan los resortes políticos y policiales del país.

A esa lucha principal se añaden el habitual grupo de pintorescos secundarios que poco a poco alimentan ese universo tan particular de 'Fargo' repleto de violencia seca que va creciendo de forma paulatina, hasta llegar a un impactante episodio rodado en blanco y negro como cumbre estética de la serie en una temporada que va claramente de menos a más.

A pesar de parecerme la temporada más floja de toda la serie, sigue siendo muy superior a muchas de las series en emisión, por lo que nada mejor que dejarte llevar de nuevo por ese universo onírico basado sardónicamente en hechos reales sucedidos en las grandes llanuras centrales de los EEUU.

Fargo se emite actualmente por Movistar Series