'The Artful Dodger', la genial secuela bastarda de Oliver Twist

Una moda reciente es hacer versiones actuales irreverentes de personajes históricos reales como fue el caso de 'The Great' o 'Dickinson'. Esa tendencia ha llegado incluso al terreno literario, como es el caso de 'The Artful Dodger', una gran secuela inspirada en los personajes de la novela 'Oliver Twist' de Charles Dickens.

A priori, ni el nombre ni la premisa llaman especialmente la atención, pero desde la primera escena 'The Artful Dodger' deja muy claro que es un producto muy inteligente llevando esos personajes originales dickensianos a un terreno completamente diferente y original, encontrando su propia voz con una enorme celeridad y sobre todo con un gran sentido del humor.

La improbable mezcla de un reparto brillante con amores imposibles, picaresca y medicina de la época anterior a 'The Knick', hace que 'The Artful Dodger' sea una fascinante sorpresa que se merece toda nuestra atención

La trama: 'The Artful Dodger' empieza con una gran primera escena que deja a las claras al espectador lo que se va a encontrar con una música anacrónica rockera y la presentación de Jack Dawkins jugando una peligrosa partida de cartas con el capitán del puerto australiano donde reside, Darius Cracksworth, interpretado por el genial Tim Minchin (Upright).

En esa primera escena se alterna la partida de cartas con el espectáculo popular que eran las operaciones médicas públicas con espectadores que asisten al teatro del quirófano para presenciar auténticas carnicerías médicas a mitades del S XIX.

Tras presentarnos sus dos facetas iniciales de jugador endeudado y de médico rupestre, 'The Artful Dodger' sigue introduciendo aspectos como es la vuelta del malvado Fagin a su vida y, por último, su relación con Lady Belle Fox, la hija del gobernador, una chica muy inteligente y testaruda que solo desea practicar la medicina y la cirugía, algo que a las mujeres de su época les está completamente vetado.

La combinación de esos cuatro mundos hace que Jack Daw-kins se deba mover de forma escurridiza como una anguila para evitar ser pillado.

Los peligros le llegan especialmente por su pasado que todos desconocen excepto el otrora malvado Fagin, ahora rehabilitado como un pícaro buscavidas. Fagin intenta montar una banda de desarrapados ladronzuelos como la que tenía en Londres para aprovechar los contactos de Jack Dawkins en las altas esferas australianas.

La historia va fluyendo de una forma muy armónica entre las habilidades médicas de Jack Dawkins en el quirófano, esquivar a los dos villanos principales que quieren acabar con él, intentar no caer en las trampas que Fagin le tiende continuamente para meterlo en sus tejemanejes turbios, sin olvidar la parte romántica de su relación con Lady Belle, todo salpicado con buenas dosis de humor en sus aventuras.

El aspecto de la lucha de clases centra especialmente su aspecto romántico ya que la falta de pedigrí familiar de Jack Dawkins, así como su falta de cultura general (apenas sabe leer), no son las mejores armas para moverse en los ambientes del gobernador, que van a desaprobar cualquier posible relación con su rebelde hija, al considerarlo un pelagatos sin clase.

Creadores: David Maher y David Taylor son dos importantes productores australianos que tras ver el éxito de 'The Great' sobre Catalina la Grande, decidieron explotar ese filón de la irreverencia de algún personaje popular, explorando las posibilidades de una secuela de Oliver Twist centrada en un hipotético futuro en Australia que era el lugar al que deportaban a todos los delincuentes británicos.

Ese concepto fue desarrollado por James McNamara, un profesor universitario de gran prestigio, pero que nunca había conseguido rodar ningún guion propio.

Protagonistas: El trío protagonista brilla a un altísimo nivel, empezando por el muy convincente Thomas Brodie-Sangster como el espabilado Jack Dawkins y una luminosa y resplandeciente Maia Mitchell como la rebelde aristócrata Lady Belle Fox.

Pero el que roba absolutamente la función es David Thewlis(Remus Lupin en Harry Potter). Su composición del malvado Fagin es fabulosa, suavizando mucho el personaje original dickensiano para darle una dimensión mucho más picaresca.

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