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MITXEL EZQUIAGA
SAN SEBASTIÁN
Lunes, 1 de octubre 2018, 06:50
. La edición de las sorpresas terminó con una inesperada visita más. La actriz Elsa Pataky se sumó la noche del sábado en el Kursaal a la gala de clausura del Festival, en la que su marido Chris Hemsworth era uno de ... los protagonistas como intérprete de la película de cierre. Pataky no estaba anunciada: se encontraba en Madrid en la boda de su amiga diseñadora Ana Suárez de Lezo, pero muy a última hora vino a San Sebastián. Solo se la vio en público al final de la gala, cuando bajó las grandes escaleras del Kursaal de la mano de su esposo. Ayer la pareja colgó en Instagram una foto de su despertar en el hotel María Cristina. Bien podría decirse que familia que festivalea unida permanece unida: el actor había llegado a Donostia la misma tarde del sábado acompañado de sus padres, Craig y Leonie Hemsworth, con los que posó en la alfombra roja, y con un grupo de amigos que vitoreaba al actor cada vez que éste aparecía en la pantalla del Kursaal.
Fue la guinda de un Festival que vivió sus últimas emociones en la fiesta de clausura en el Palacio de Miramar, a la que no acudieron Hemsworth y Pataky. En Miramar los premiados brindaron efusivamente por sus galardones y la actriz Najwa Nimri se erigió en la más animada de la noche, con intensos bailes en la terraza donde pinchaba la música Álex del Toro.
La velada de Miramar tiene siempre el aire de fiesta de fin de curso tras nueve largos días de certamen, así que los invitados se relajan. Cineastas, periodistas, políticos e invitados de la ciudad comentan el palmarés y disfrutan del catering servido por Bokado. Esta año la fiesta empezó tarde, casi a la una de la madrugada, por culpa de la larga duración de la película de clausura, 'Malos tiempos en El Royale'. La música terminó a las tres de la madrugada y un rato después tocaba desalojar, así que la fiesta fue corta, pero intensa.
Isaki Lacuesta, ganador de la Concha de Oro, era el más felicitado. El director de 'Entre dos aguas' había sorprendido por su largo abrigo estilo 'new romantic' (quien vivió los años 80 entenderá el concepto) con el que abandonó el Kursaal hacia Miramar con parada en el Velódromo. Porque todos los premiados, como cada año, se acercaron hasta Anoeta para saludar al público que vive ahí la clausura popular.
El actor argentino Darío Grandinetti, Concha de Plata al mejor actor por su papel en 'Rojo', se declaraba también como el hombre más feliz, con la 'estatuilla' que acredita el galardón, al igual que su amigo Benjamin Naishtat, Concha de Plata al mejor director. El nuevo diseño del premio provocó no pocas bromas: cada ganador lo llevaba agarrado de manera distinta. El director del certamen, José Luis Rebordinos, ya ha anunciado que la Concha de Oro llevará el año próximo su estuche. Txema García Amiano y todo el equipo del estudio TGA, autores del rediseño de imagen del Festival, incluidos los premios, escuchaban los comentarios sobre el cambio.
Casi todos los galardonados vivían una noche feliz. Paul Laverty, premiado por el guión de 'Yuli', hacía bromas con el francés Louis Garrel, que recibió el mismo galardón exaequo por 'L'homme fidele'. Garrel se movía con aire despistado al tiempo que admiraba el paisaje de la bahía desde el palacio, engalanado en esta fiesta de clausura.
Koldo Almandoz, premio Irizar por 'Oreina', también recibía múltiples felicitaciones de sus compañeros. Los cineastas vascos, como Jon Garaño y Telmo Esnal, o el escultor Koldobika Jauregi, autor del diseño de 'Dantza', hacían corros mientras los más animados bailaban en la terraza. Nawja Nimri era la reina de la pista, quizás para olvidar que su 'Quién te cantará' se quedó sin premio en el palmarés oficial. Inma Cuesta y María León fueron otra de las animadas.
Los políticos mostraban su satisfacción por el balance. El alcalde Eneko Goia, los consejeros del Gobierno Vasco Bingen Zupiria y Cristina Uriarte, el diputado de Cultura Denis Itxaso o el subdelegado del Gobierno Guillermo Echenique departían en diferentes corrillos.
Rebordinos y su equipo se emplearon también a fondo en atender a sus invitados. «Estoy agotado pero contento de cómo ha sido todo», apuntaba Rebordinos bien arropado por sus compañeros del comité de dirección. Ayer el director del Festival aún tuvo que estar en el María Cristina despidiendo a las gentes del cine. Probablemente la persona que más ha disfrutado es Rossy de Palma, que se va de San Sebastián feliz, más después de ver la buena acogida del palmarés que confeccionó con sus compañeros del jurado. Maribel Verdú y Juana Acosta son otras dos actrices que se fueron con encendidos elogios del Festival y de la ciudad.
Una legión de operarios empezó ayer a desmontar a toda velocidad las alfombras rojas del Kursaal y el Victoria Eugenia y las instalaciones del auditorio que han sido 'casa' del Zinemaldia los últimos diez días. Esta semana llega ahí el desembarco de San Sebastian Gastronomika, que toma el relevo del calendario de eventos de Gipuzkoa con el congreso de su 20 cumpleaños. Donostia no descansa.
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