Secciones
Servicios
Destacamos
. No importa demasiado cuándo ocurrió o las razones que, al fin, desencadenaron el Apocalipsis. Tampoco existe un memorándum con la cronología exacta, o que explique de qué forma la radiación y la guerra bacteriológica se aliaron para, no solo arrasar la superficie terrestre despojándola ... de su verdor, sino para crear nuevas especies, imposibles especies. Híbridos mutados, en algunos casos antropomórficos, dotados del mismo intelecto que la escasa pero aún existente raza humana, cuya degradación es ya total. En otros, monstruos, como los gusanos o los moradores de la oscuridad, reflejan qué es la Tierra ahora: un lugar de depredadores, un lugar donde se mata o se muere. Sin compasión, sin piedad.
El hijo adoptivo de Solo, un ser mitad perro, mitad hombre, llamado Legatus, intentará cambiar las cosas aunque, a veces, se debe pelear a pesar de que no se pueda ganar. A veces, es una cuestión de honor, de principios. Pero, ¿quién es Solo?
Solo, la creación de Óscar Martín (Barcelona, 1962), nace después de un largo camino. Su autor, durante años fue más conocido en el extranjero merced a su trabajo para la serie 'Tom y Jerry'. Guionista y dibujante entre 1986 y 2000 de dicha franquicia, se especializa en el estilo Disney, para quienes adapta al papel las películas 'Tod y Toby' y 'Goofy e Hijo'. Además, publica en 1997, para ediciones El Jueves, cuatro entregas de 'Zona X' mientras se adentra, ya en 1998, en la producción de 'El terrorífico mundo de Bobby', seis números bajo el sello propio Oscar's Studio, a los que seguirá, en 1999 y hasta 2001, las ocho primeras entregas de 'Solo: Mundo caníbal'.
El protagonista es una rata antropomorfa, vive con su mujer e hijos en un planeta devastado con un único objetivo; alimentar a su familia. Sin embargo, una serie de nefastos acontecimientos le llevarán a emprender una aventura de final incierto y, a partir de ese momento, a convertirse en una máquina letal. A tal arranque seguirán 'Solo: Ríos de sangre bajo un cielo escarlata' (2002) y 'Solo: Los supervivientes del Caos'.
A lo largo de cada entrega, Martín no solo depurará su dibujo, sino que se adentrará en el mismo universo por él concebido, dotándolo de una coherencia difícil de alcanzar. Mientras esto sucede, la apuesta que empezó con páginas en blanco y negro, autoeditadas, ya se ha transformado en un título seguido por miles de lectores.
Óscar Martín es el ejemplo perfecto de autor total. Escribe, dibuja y colorea su obra, que alcanza en Solo cotas de talento asombrosas. Por un lado, las historias, narradas en un entorno cercano a Mad Max y en un tono no muy alejado de aquel, tal y como ya se ha reseñado en más de una ocasión; La tierra por la que la rata y, ahora, Legatus, deambulan, es salvaje más allá de cualquier comparación. La vida vale tanto como las armas que se desenfundan y la habilidad que se posea para usarlas. Y mejor no fallar el primer disparo o el primer envite de espada, porque seguramente no habrá oportunidad de repetirlos.
Es cierto que Solo es acción, muchas veces a borbotones, pero nunca desprovista de contenido. Ahora, en 'Legatus', Martín va un paso más allá, con un argumento centrado en la posibilidad del cambio, en la exploración de la naturaleza dotada de intelecto, humana o no; lo hace incluso homenajeando una de las escenas más reverenciadas del cine de ciencia ficción de la Historia, trasladándola a un contexto radicalmente distinto mientras también juega con la máxima referencia de la literatura fantástica.
Ahora bien; complicado centrarse en dichas cuestiones cuando quien dibuja es, sin ninguna duda, uno de los mejores artistas que en la actualidad conforman el panorama europeo. Su lápiz es, sencillamente, un portento. Como buen hombre-Disney, su capacidad para expresar, tanto en animales como en humanos es única, y su dominio del movimiento, inimitable. Pero es que, además, sabe contar. Pese a las dos imágenes reproducidas, que se antojan más bien cuadros, sus viñetas poseen el ritmo narrativo exacto. La acción fluye como debe, y la violencia sin mesura de los protagonistas contrasta con el absoluto control que Martín posee sobre cada página, donde el entorno, árido, tiene mucho que decir porque, tal y como ya se ha dicho, el autor también colorea.
La atmósfera, en gran medida, proviene, en un cómic, del color, dueño y señor de la luz, otro lugar donde el catalán se desenvuelve con brillantez, desarrollando hasta el límite toda la paleta posible de ocres, marrones, tonos tostados por el polvo, el calor y la decrepitud.
En definitiva, y más acercándose la Navidad, regalar o regalarse un cómic siempre es una excelente idea. 'Solo: Legatus', se erige en una opción recomendable sin ambages, al igual que cabe hacer con toda la serie. Un gozo para la vista.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.