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El sector de las Industrias Culturales y Creativas (ICC) en Euskadi ha logrado recuperarse de la crisis económica generada con la pandemia, según recoge un ... informe publicado por Orkestra, el Instituto Vasco de Competitividad. Un análisis, que cubre el periodo de enero de 2020 a enero de 2022, y en el que se confirma la mejora del sector tanto en niveles de empleo como del número de empresas, con especial incidencia en aquellas actividades que mejor han aceptado la transformación digital. La música, las artes visuales, lo multimedia, el diseño y los museos encabezan la evolución positiva, en contraste con la caída de los sectores del libro, la moda, las artes escénicas y la arquitectura, peor adaptados a lo virtual.
7,66% ha crecido el empleo en empresas vinculadas a la edición, audiovisuales, música, radio, diseño, podcast, plataformas de streaming e informática
243 empresas y 563 empleos del sector ICC desaparecieron tras el estallido de la pandemia, que provocó una caída de la facturación del 30%
11% es el ratio de empresas ICC en Euskadi, por encima de la media de España y solo por detrás de Madrid (13,5%) y Cataluña
En su estudio, Jabier Retegi, Ibone Eguia, Mercedes Oleaga e Imanol Aizpuru, dividen la industria en dos sectores cuya evolución «ha sido desigual»: el cultural (artes escénicas, audiovisual y multimedia, música, museos y bibliotecas) y el creativo (arquitectura, diseño, moda, publicidad y videojuegos), siendo este último el que aún no ha alcanzado niveles de empleo previos a la pandemia.
A la vista de los datos, una de las conclusiones que más ha llamado la atención de los autores es la de la confirmación de la transformación digital. «No pensaba que fuera a salir tan claro», considera Retegi, «pero a la vista de los datos es muy evidente la importancia de lo digital para crecer en el sector cultural y creativo. Ha supuesto un tirón bastante fuerte». Es así como aquellos ámbitos que más relación tienen con lo digital –tanto desde el punto de vista de la producción como del de la comercialización–, han mostrado un crecimiento mucho mayor: el empleo en edición, diseño, audiovisuales, televisión, radio, podcast, plataformas de streaming e informática han crecido un 7,66%. «Nos ha dejado una conclusión muy clara: o te adaptas al medio virtual o las probabilidades de un crecimiento sostenido en el futuro son bastante dudosas. Pretender crecimientos con el modelo tradicional es hacerse trampas al solitario».
Ahora bien, el autor considera que «dar el salto de una economía tradicional a una digitalizada es muy complicado, más teniendo en cuenta que en Euskadi es un sector muy atomizado –cerca del 70% son personas autónomas–». En ese sentido considera «indispensable» que aquellos ámbitos cuya recuperación estos años ha sido inferior (libro, moda, arquitectura, artes escénicas...) pongan todos sus esfuerzos en abordar proyectos en plataformas digitales, «y si no siempre quedará algún autor que tenga más éxito que otro... la competencia es brutal».
El estallido de la Covid provocó la desaparición de 243 empresas del sector, una reducción de hasta 563 empleos y una caída en la facturación de alrededor del 30%. Sin embargo, el número de empresas que hoy forman parte del tejido cultural y creativo vasco no solo se ha recuperado de esta caída, sino que ya ha superado (un 0,2%) las que existían antes de la llegada de la Covid: si en enero de 2020 el sector contaba con 16.886 empresas, dos años después ya sumaban de nuevo 16.924. Y como consecuencia de ello, el porcentaje de empleo en las actividades de la industria ha seguido también una tendencia positiva: ha pasado del 3,69% al 3,75% gracias, en mayor medida, a las industrias culturales. El estudio, como es lógico, refleja una especial aceleración en el año 2021, cuando ese crecimiento se tradujo en 794 más puestos de trabajo.
El efecto de la crisis fue desigual y la recuperación, por tanto, también lo ha sido. «Dicho de forma general, el regreso del público a la música, cines y artes escénicas probablemente haya beneficiado a las industrias culturales, mientras que el ámbito creativo, más enfocado a los servicios a empresas, ha ido más lento o se ha perdido». Es por eso que el vagón de cola lo protagonizan la arquitectura y el libro que, en estos dos años (2020-2022), vieron reducidas sus empresas (174 y 90, respectivamente), y que más que recuperarse, intensificaron sus pérdidas. «Se da la circunstancia de que la gente lee mucho más, pero lo hace adquiriendo libros en empresas con sede fuera de la CAV. Todos conocemos plataformas que te traen el libro a casa... de ahí el dato negativo», justifica Retegi.
En el otro extremo, las artes visuales, lo multimedia y la música crecieron positivamente durante el 2021, como también lo hicieron el sector publicitario, el diseño y las empresas de videojuegos, que en 2022 ya sumaban 13 compañías en Euskadi.
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