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Santiago Muñoz Machado en la biblioteca de la RAE. Virginia Carrasco
«Trump no ganará su guerra contra el español en EEUU»

Santiago Muñoz Machado

Director de la RAE, escritor y catedrático
«Trump no ganará su guerra contra el español en EEUU»

«Falta valentía y decisión para abrir el melón de la reforma constitucional» dice el autor, que publica el ensayo 'De la democracia en Hispanoamérica'

Viernes, 21 de marzo 2025, 16:06

La democracia liberal, la mejor forma de gobierno, es una frágil rareza necesitada de cuidados ante el persistente acoso populista y autocrático. Lo asegura Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949), director de la RAE, presidente de Asale, la asociación de las 23 academias hispanas, catedrático de Derecho Administrativo, abogado e historiador. Autor de un centenar de títulos publica 'De la democracia en Hispanoamérica' (Taurus), un millar páginas en las que analiza las claves, desafíos y déficits democráticos en los países hispanos.

–Deja muy claro que la democracia es un sistema complicado y frágil.

–Lo es en todas las latitudes donde se trata de aplicar y no solo en Hispanoamérica. Es difícil encontrar en la historia periodos muy largos de democracia real. Siempre aparecen gobernantes que tratan de cambiarlo o sustituirlo por la falta de alternancia, la concentración del poder y el desprecio de los derechos. Los períodos democráticos son paréntesis en muchos países americanos. Como en Europa. Las democracias americanas son tan jóvenes como las europeas. Empezaron allí y aquí con el constitucionalismo, un fenómeno de principios del XIX.

–Los Ortega, Maduro, Díaz Canel, Bukele, Milei... y Trump al norte. Hay hoy más autócratas y populistas que demócratas en América.

–Los periodos de autocracia superan, insisto, a los de democracia en la historia. En el siglo XIX con la presencia del caudillaje en casi todos los países, y en el XX por las dictaduras y períodos revolucionarios. Ahora porque el nuevo constitucionalismo se utiliza para encubrir dictaduras en muchos países.

–'Tirano Banderas', 'Yo el Supremo', 'La fiesta del chivo'...La novela de dictadores ¿es un género?

–Lo es. El dictador, una versión del caudillo, es una figura más literaria, con vidas maravillosas desde el punto de vista novelesco y terribles para quien les sufre.

Portada del libro. Taurus
Imagen - Portada del libro.

–Todas las democracias viven momentos graves ¿Tienen futuro?

–Es obligado hacer un pronóstico de futuro. ¿Cómo gobernarnos sin democracia liberal?. Lo mejor es tener un sistema en el que el soberano es el pueblo, sin abusos del poner. Es lo que pretende la democracia, que se deteriora por falta de cuidados. La partitocracia y el gobierno de los partidos políticos abusan hoy de las instituciones. Está provocando una concentración de poderes donde debía haber separación. Manipula las instituciones en su beneficio para mantener el poder. Son palabras mayores, pero lo que está ocurriendo. Es una forma de gobierno tan delicada que hay que cuidarla continuamente. Los periodistas tienen mucho que hacer advirtiendo sobre las desviaciones.

–Se palpa el acoso del populismo y el autoritarismo pero ¿falta autocrítica?

–Muchos hacemos notar que para mantener las constituciones hace falta modificarlas. La reforma de la Constitución permite mantener su vigencia. La nuestra tiene muchos defectos que deberían haberse superado con una reforma, pero los partidos políticos son incapaces de ponerse de acuerdo para abrir el melón. Dicen que no se sabe dónde nos llevaría, pero se puede abrir sabiendo la finalidad de la reforma. Las instituciones se deterioran si no se adaptan, se mejoran, se curan y se evita su corrupción,

–¿Deberíamos ser más valientes en estas reformas?

–Sí. Hace falta más valentía y decisión. Más criterio y seguridad para afrontar lo que un país necesita.

–La vuelta al poder de Trump ¿Es una amenaza para las democracias en el mundo?

–Tal y como se expresa este señor, la cosa pinta bastante fea. Sus intereses no parecen otros que los económicos más inmediatos. No entran en su cabeza los valores, el altruismo y la generosidad propios de los ideales políticos europeos. Ha sido capaz de alterar el orden político mundial en días. Es obvio que eso es una amenaza para la estabilidad mundial.

Santiago Muñoz Machado . Virginia Carrasco

–Además de la arancelaria y la diplomática, ha declarado la guerra al español en EEUU. ¿Ganará?

–No la ganará. Declarar oficial un idioma es habitual en muchos países. Pero no determina que los demás deban ser extinguidos. Como repetimos en la RAE, la lengua depende del pueblo, que determina cómo se comunica. Jamás se decide la extinción de una lengua por decreto. Pero será muy incómodo y estigmatizador para casi 60 millones de hablantes que se van a sentir oprimidos y marginados culturalmente. Es muy feo. Su mandato es de cuatro años. Habrá que resignarse al tiempo que dure en el gobierno. Esperemos que no pretenda perpetuarse en el poder. Todo se normalizará.

–¿La libertad de expresión está más amenazada que otras veces en la historia?

–Está muy amenazada. Hay un control masivo de las redes y los medios por los magnates de Estados Unidos. Vivimos un proceso de cambio histórico, tecnológico empresarial y económico que afecta a las herramientas y medios con el abandono de la comunicación analógica, el papel y la eclosión de los medios digitales que no se sabe muy bien cómo se van a sostener.

–A la democracia se la ataca desde dentro. ¿El populismo es su gran enemigo?

–Probablemente el peor. En algunos de los países que considero en el libro ha sido nefasto. Algunas nuevas democracias se basan en populismo de izquierda. Pero la ideología, el movimiento y el tipo de actuaciones que se siguen son bastante parejos en los populismos de derechas y de izquierdas. Sus herramientas son las mismas.

–La inteligencia artificial ¿Es otra amenaza para la democracia?

–No me lo parece. Es una gran oportunidad. Es una tecnología nueva e imparable, como todas. Y siempre ganan. Decimos con frecuencia que da mucho miedo y es peligrosa, pero vamos a mirarlo en positivo. Es una tecnología formidable que ayudara a los seres humanos a mejorar. Planteará problemas que habrá que abordar para evitar los excesos. Hay que regular y la Unión Europea ya está avanzando para evitar abusos y sesgos. Debemos subirnos a sus hombros pero para ver qué paisaje se ve desde allí.

–¿Europa debe unificar su voz y definirla en una encrucijada histórica como esta?

–Sin duda. Todos los miedos que han despertado las primeras actuaciones del nuevo gobierno de Estados Unidos dan a Europa la posibilidad de reflexionar sobre sí misma. Ya se ha dado cuenta de que no puede seguir viviendo bajo paraguas ajenos y a la sombra de otros. Necesita reivindicar su carácter y sus propios medios. Europa es mucho más potente culturalmente que cualquier otro país del mundo. Tecnológicamente tiene todas las capacidades para situarse de nuevo en un lugar de liderazgo. Hay que fortalecer la Unión Europea con gobiernos más federados, con mucha más soberanía propia procedente de la soberanía de los Estados. Hacer una buena reacción cultural, industrial y económica es la mejor enseñanza que podemos obtener de lo que está ocurriendo.

–¿Poniendo los cañones delante de la cultura ante los tambores de guerra y los temblores democráticos?

–Todos los gobiernos europeos han comprendido que tenemos a la puerta un poderoso enemigo. Hay que blindar esa puerta. El del otro lado del Atlántico ya ha dicho que entre ellos y ese enemigo hay un océano de por medio. Fortalecerse frente a esa amenaza tiene todo el sentido.

–¿Habría que reformular en el diccionario palabras como paz guerra democracia?

–Están bien definidas. El problema es la aplicación.

–La democracia liberal aparte de sus debilidades y amenazas ¿sigue siendo la forma más justa de gobierno?

–La democracia representativa es sin duda la forma más justa del gobierno humano. Tanto lo creo, que para renovarla aún dentro de su propio ámbito cultural y crear una nueva democracia, como han pretendido algunas Constituciones hispanoamericanas, hay que evaluar la necesidad de esas modificaciones.

Santiago Muñoz Machado. Virginia Carrasco

Su balance ¿es más pesimista que optimista?

–No. Enmarco este libro en un ejercicio intelectual en favor de las capacidades culturales de los pueblos hispanoamericanos para estabilizarse en regímenes democráticos parejos a los mejores que pueda haber en el mundo. El mensaje es de fe en la capacidad democrática de América. La transmito poniendo a los pueblos americanos ante sus déficits y los motivos por los que han fracasado tantas veces a lo largo de la historia. Advirtiéndoles que no han de desesperar mucho, No han fracasado porque sean incapaces. Las razones del fracaso no les inhabilitan para remontar las crisis y estabilizar la democracia de los modos más perfectos posibles.

–Se citaba a la Madre Patria con orgullo en América. ahora se hace despectivamente y se denuncia su colonialismo.

–En las manifestaciones de los políticos de algunos países, es obvio que no la expresión ha perdido el sentido positivo. Visito América con regularidad y veo que lo que transmite la clase política no es la realidad que percibo. Se utilizan esos resortes con intereses electorales que no siempre reflejan la realidad. Encuentro una acogida calurosa y admirable a lo español y a lo que representa la Academia. Da gusto ver el respeto a la 'autoritas' y al prestigio de la RAE. Viajando allí no se tiene la sensación de que seamos unos colonialistas odiados.

–¿Cuál es estado de salud del milenario idioma español?

–Lo hablan en el mundo 600 millones de personas y es la lengua más común en América. Procuramos entendernos en términos léxicos, gramaticales y ortográficos respetando su variedad, los sonidos distintos del español de América y su vocabulario tan rico. Tratamos de alimentarlo y conservarlo.

–¿Cuál es la democracia más perfecta?

–Es un ejercicio que hace The Economist y otras publicaciones valorando infinitud de baremos y parámetros. Se mira qué democracia respeta mejor los derechos, cuál mantiene mejor la separación de poderes, donde hay realmente una alternancia y se respetan las instituciones. Estados Unidos ha sido una democracia importante en cuanto a la alternancia en el poder y el sistema electoral. Pero no en el sistema de derechos. Los americanos del norte se mataron masivamente a mitad del siglo XIX en una violenta guerra como no ha habido otra en todo el continente. No ha habido derechos fundamentales. El que estamos ejerciendo en esta conversación empezó en 1966, con la sentencia del tribunal Supremo en el caso 'The New York Times versus Sullivan' que marca un hito de la aplicación de unos derechos que hoy se consideran elementales para el periodismo. No hablemos de segregación racial o los derechos de carácter social. Es una democracia muy deficitaria.

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