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JOSEBA FIESTRAS
Sábado, 15 de enero 2022, 08:41
Las cartas que Julian Muñoz escribía en la cárcel, dedicadas a Isabel Pantoja, eran el punto de arranque del documental en el que el exalcalde de Marbella raja de lo lindo acerca de su relación con la tonadillera. «Estaba obsesionado con ella, siempre pensando en ... ella, y mi desahogo personal era poderlo contar, aunque sea a un papel», iniciaba el relato en el que salieron a relucir varias polémicas.
«Entonces era el rey del mambo, hoy me produce vergüenza y dolor», admite Muñoz en relación a las imágenes en las que aparece su exmujer, Maite Zaldívar, y el romance clandestino que empezó con la tonadillera. «La primera vez que yo me acosté con Isabel Pantoja fue en Guadalpín, más claro imposible», declaraba. Y salía a relucir un piso que la cantante se compró en Marbella. «Se le hizo un descuento del cincuenta por ciento y lo pagó en metálico», afirmaba el entrevistado que sostenía que uno de los regalos que le hizo a la artista fue «un Mercedes descapotable».
La rueda de prensa que organizó para negar la relación extramatrimonial y decir que no se iba a divorciar también se citó. «Aquello fue absurdo, sin sentido, consecuencia del endiosamiento que yo tenía. Tuve muy poca vergüenza. Quería seguir con Isabel y con mi exmujer. Tenía que haber sido más hombre», confesaba agachando la cabeza. Estuvieron un año tratando de ocultar su relación, llegando a salir de Cantora oculto en el maletero de un coche. Tal era la obsesión que sentía hacía Pantoja que llegó a pagarle para que no se fuera a una gira por América y se quedara con él.
Julián Muñoz se avergüenza leyendo sus diarios de la cárcel: "Le escribía cartas enfermizas a Isabel Pantoja, estaba obsesionado con ella"#JuliánMuñoz
Telecinco (@telecincoes) January 14, 2022
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«Fría y calculadora»
«¿Lo que más me gustaba de ella? ¡Qué pregunta! Estamos en horario infantil», ironizaba Muñoz que retrataba entonces a su amante: «Es fría y calculadora, no da puntada sin hilo, pero yo estaba enamorado o poseído». La corrupción en Marbella era evidente. «Yo sé que me he beneficiado del ayuntamiento, pero yo no soy el culpable de que ella haya ido a la cárcel», desvelaba mirando a cámara. Su estancia tras lo barrotes no le abrió precisamente la mente. «No me acordaba de mis hijas ni de mis nietos, solo de la Pantoja. Más que una obsesión era una adicción. Y aquello acabó destruyéndome», admitía.
«Como pareja no nos aportábamos mucho el uno al otro, fue como un calentón», exponía el defenestrado edil añadiendo que a la tonadillera le da pánico quedarse sin dinero. «He pensado que me dejó de querer cuando se me acabó a mí. La distancia más corta entre Isabel Pantoja y el dinero es que alguien se lo deje», decía. Su unión llegó a un punto en el que incluso se casaron de manera simbólica, firmando un documento que carecía de validez legal.
«Es más falsa que la mula Francis», condenaba el protagonista del culebrón que no evitaba hablar de sus encuentros con la cantante en prisión. «Tardó 97 días en venir a verme por primera vez. No venía porque no le salía del mismísimo. Cuando apareció fue muy emocionante: abrazo infinito y llantos. Y hubo una relación. Imagínate, en un cuarto pequeño con unas sábanas blancas. En los 'vis a vis' suele ocurrir que te acuestas con esa persona», informaba. Sin embargo la segunda visita no cuajó. «Hablamos solo de negocios», ironizaba. Y sumaba: «Fue una visita fría y distante, y me di cuenta de que eso ya no iba a funcionar jamás», exponía dejando claro que su mayor sufrimiento fue la detención de Maite Zaldívar. «Todavía me siento culpable, es el dolor más grande que he tenido nunca», aseveraba.
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