Esto va de humor y límites. El primero, inherente hasta a los humanos más serios; los segundos, propios de las sociedades civilizadas pero siempre bajo sospecha por aquello de que pasarse con ellos los transforma en herramientas de opresión. También va sobre los vascos, con ... fama de adustos y durante demasiados años bajo la sombra terrorista. No había mucho espacio para reírse de uno mismo más allá de los tópicos de la txapela y el acento. Hasta que llegó 'Vaya Semanita', un programa de televisión sin miedo a utilizar a unos muñegotes con cara de enfado llamados batasunis y a ridiculizar la kale 'borrika'. Rompieron tabúes y establecieron unos nuevos límites del humor en Euskadi. Ahora, casi dos décadas después de su estreno, el programa sigue cosechando éxitos con unos sketches que mantienen ese toque irreverente que esquiva pocas temáticas para hacer reír a una sociedad en la que sí hay cosas que no se toman a risa. ¿Cuáles?
Ha pasado un mes de su regreso y los datos de audiencia son buenos. En su estreno, el espacio producido por Pausoka, arrasó congregando a una media de 108.000 espectadores, lo que representa el 21,3% de los hogares vascos que tenían encendida la televisión. «Estamos muy contentos con la respuesta, sobre todo entre los jóvenes. En las franjas de edad que van de los 12 a los 24 años y de 25 a 45 hemos alcanzado porcentajes de 25%», resume su director Javier García de Vicuña, conductor del espacio desde 2004 y con títulos como 'Goenkale', 'Hasiberriak' o 'Euskolegas' en su haber. Considera que una de las razones del buen recibimiento entre los nuevos y los antiguos espectadores es que «jamás hemos editorializado o mandado discursos que apoyen a una u otra opción política. No damos discursos y no se nos pueden achacar sesgos de ningún tipo».
La otra «es contar con un equipo de guionistas -Aitor Eneriz, Julene Aranburu, Fernando Rodríguez, Manu Martínez, Rubén Ontiveros, Iera Uriona- de gran talento» que son capaces de dar con «la arista graciosa» de situaciones que a priori no lo parecen. ¿Y si no la encuentran? «Pues no se aborda», resume, teniendo claro que la línea infranqueable de la mofa la marcan «el respeto, la sensibilidad y el sentido común».
El resultado es un espacio en el que se suceden píldoras de ironía protagonizadas por muchos de los actores que estaban en el 'Vaya Semanita' original y algunas caras nuevas. Piezas en las que no dejan títere con cabeza y tratan algunos temas nuevos, como el boom del turismo, con Ajuria Enea en alquiler, los asombrosos descubrimientos del primer satélite vasco o la guerra de audiencias entre 'La Revuelta' y 'El Hormiguero', que ha dejado uno de los sketches más celebrados de esta nueva etapa.
No pierden de vista, sin embargo, «de dónde venimos», volviendo a aquella kale borroka, ahora con su propio museo, que tanto sorprendió hace dos décadas. Una historia de unos pocos minutos en la que no faltan ni la ironía ni ese punto final con un toque de humor negro que podría superar los límites pero que innegablemente sorprende y hace pensar. Y si de historia se trata, qué decir de esa pieza en la que unos arqueólogos de la UPV/EHU encuentran el documento original del Plan Ibarretxe. Tiempo atrás la iniciativa nacionalista hizo correr ríos de tinta, pero 'Vaya Semanita' regala una buena carcajada cuando Andoni Aguirregomezkorta, en el papel de un político jeltzale, lo roba y sale por patas en un intento de hacerlo desaparecer definitivamente.
Los tópicos sobre los vascos se mantienen como tema central. Los txikiteros, el flequillo cortado a hacha o los supuestos problemas para ligar en Euskadi han dejado también momentos desternillantes en estos cuatro primeros programas del regreso. Basta con echar un ojo al 'First Dates' versión Euskadi y a ese diálogo inicial monosilábico que no augura nada de sexo, pero que acaba en un acalorado encuentro carnal. Eso sí, «nada del otro jueves», no vaya a parecer que uno o una de la tierra se emociona en demasía.
¿Echan de menos alguna temática? ¿El deporte quizás? El programa de ETB sí les ha dedicado algunas piezas (la boda arruinada por el partido de la selección española, por ejemplo) pero no abundan. Menos aún los que tienen que ver con los equipos vascos de fútbol. Solo encontramos el sketch sobre el robo de La Gabarra. Y es que con este tema pisamos una insospechada frontera del humor por estos lares (quizás por otros también). «El fútbol es sagrado», admite Javier García de Vicuña.
«Donde hemos recibido reacciones más airadas ha sido cuando hemos tratado temas relacionados con algún equipo de los de aquí, quizás porque es un campo en el que las emociones son más relevantes y reírse de algo tan nuestro es más difícil. La gente lo vive con los instintos más profundos», desvela el director del programa.
Juan Ignacio Pagola, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Deusto coincide con esa visión. «Parece que es un fenómeno que trasciende lo puramente deportivo o lo que se refiere al espectáculo. Las vinculaciones emocionales que hemos construido en torno a ese deporte son tan potentes y están tan arraigadas que cualquier cosa que toque esta cuestión, resuena y genera polémica. Este tema nos permite hacernos una cierta idea de cómo es nuestra sociedad, qué nos afecta, por qué», explica. Aitor Castañeda-Zumeta, profesor del Departamento de Periodismo de la Universidad del País Vasco, comparte estas tesis. En su opinión, «el fanatismo por un equipo genera un grupo cohesionado, cuyos valores no se pueden poner en duda». «Quien ose relativizarlos o dejar caer que ser de un equipo u otro 'no es para tanto', se ganará la antipatía del forofo. El humor escapa de los dogmas… ¡Y de los 'hooligans'!», asegura.
Sentido común, respeto y sensibilidad
En 'Vaya Semanita' enarbolan la bandera del respeto, el sentido común y la sensibilidad como herramientas para no pasarse con ciertos temas. Sin embargo, con determinadas temáticas pueden molestar. Pagola admite que «aunque pueda sonar políticamente incorrecto y criticarse por ir en contra de la libertad de expresión, los límites del humor creo que deben ponerse en aquellos asuntos que hieran algún aspecto crucial en la vida de las personas o colectivos (creencias, valores profundos, derechos fundamentales incumplidos...). No creo que podamos hacer humor de todo. ¿Sería asumido hoy hacer humor con la situación de la población civil en la Franja de Gaza?».
Desde la UPV/EHU, Castañeda-Zumeta señala la otra cara de la moneda y pone el acento en los peligros de poner cortapisas al humor, una cualidad humana y un género de entretenimiento que de por sí «transgrede las normas» y «se busca la vida para saltarse las prohibiciones». «El bufón de la corte tiene licencias para decirle al rey, con discurso de broma, cosas que de manera seria y en boca de un consejero resultarían inasumibles -a nivel vasco se pueden encontrar ejemplos de ello en casi todos los bertsolaris, como el icónico Pernando Amezketarra-». Y recuerda que el género «no busca el daño del prójimo, más propio de la sátira o del sarcasmo, sino que es una filosofía de vida; una mirada que equipara, como dice Richter, lo grande a lo pequeño, y lo finito a lo infinito. Es precisamente por eso que las dictaduras se han tomado tan en serio reprimirlo».
El tema no da para conclusiones definitivas ni cerradas, pero quizás parte de la respuesta esté en el sketch que ha elegido como su favorito de esta temporada el director de 'Vaya Semanita'. Ese en el que un mino acaba desesperado porque todo lo que hace ofende.
Moverse en la línea roja de lo considerado correcto es, sin duda, una de las mejores bazas de 'Vaya Semanita'. Lo sabe bien Andoni Agirregomezkorta, una de las caras más conocidas del espacio desde sus inicios y de la escena actoral vasca. No en vano, sus piezas favoritas son aquellas «que coquetean con los límites del humor o tocan temas sensibles» y eso es algo que el veterano programa de ETB hace con maestría.
¿Qué flipe, verdad?
Esa osadía es precisamente una de las cosas que más le gustaban ( y gustan) a Lorea Intxausti, una de las caras nuevas en esta temporada. Tenía unos diez años cuando el programa en el que ahora participa daba sus primeros pasos. Entre sus favoritos entonces estaban los batasunis, pero también el Jonan y el Txori o los sketches en los que el aitite contaba batallitas a su nieto.«Me sorprendía lo valientes que eran. Se metieron con todo el mundo y se arriesgaron a hacer humor incluso de aquellos temas, de los que ni siquiera se hablaba. Creo que utilizaron una herramienta tan potente como es la comedia, en un momento clave y de una manera muy inteligente», elogia la actriz para la que los más curioso de este proyecto es el formato en píldoras.
«Es un tono muy concreto y actoralmente una manera de trabajar distinta a cuando se graba una serie», cuenta Intxausti para la que formar parte del equipo es «una suerte» porque le permite «trabajar con compañeros a los que admiro». Y aprovecha su charla con DV para enviar un mensaje a su yo del pasado: «Querida Lorea de 10 años, que estás sentada con tu bocata de jamón viendo el programa, ¿sabes qué? Yo ahora estoy grabándolo, ¿qué flipe, verdad?». Y es que ya sea dentro de los límites del humor o fuera de ellos, 'Vaya Semanita' forma parte de la historia de la televisión pública vasca y ha sabido mantener el estilo que despertó el cariño de una amplia mayoría de los espectadores. Incluso hacerse con el de unos cuantos nuevos.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.