Nerea Garmendia, hipnotizada en pleno directo de Akelarre

Nerea Garmendia vivió este jueves una experiencia única en Akelarre. Y todo a raíz de la visita del hipnotizador Jorge Astyaro, uno de los dos invitados que se pasó por el programa de humor de ETB2 (el otro fue el bailarín Igor Yebra). La de Beasain, siempre abierta a nuevas experiencias, no lo dudó y optó por someterse en pleno directo a una sesión de hipnosis. El público asistió al espectáculo con cierta incomodidad y temor, mientras que Ana Goitia y Tania Llasera, copresentadoras del espacio, asistían boquiabiertas ante el número de hipnosis que estaban presenciando.

El número comenzó con un plató de Akelarre en silencio, en las condiciones de silencio y tranquilidad necesarias para el espectáculo que se avecinaba. En un momento dado, Jorge Astyaro tomó la palabra e invitó a Nerea Garmendia a relajarse: «Siéntate cómodamente», le sugirió, antes de que la actriz y presentadora contestara que ya se encontraba más tranquila: «Ay, ama…Ahora estoy suelta», reconoció. El invitado comenzó buscando un estímulo visual con el que distraer su atención y le preguntó por su playa preferida. «La que tiene aguas cristalinas», reconoció Nerea Garmendia. Astyoaro le siguió el juego, confiando en que no perdiera la concentración: «Estas (playas), así como paradisíacas, como caribeñas…», describió al mismo tiempo que la presentadora asentía.

Y seguidamente llegó el momento más esperado y que más sorprendió a los asistentes al tercer programa de la nueva temporada de Akelarre: el de la hipnosis. «Los pies, suéltalos, no los apoyes. Dame la mano. En este momento vas a notar que muy rápidamente tu cuerpo se relaja cuando diga la palabra 'duerme' y te voy a llevar a una playa paradisíaca increíble. 1,2,3», relató a la vez que hacía un chasquido con los dedos. Clack. Y Nerea Garmendia se relajó totalmente, como si hubiera entrado repentinamente en un estado de semiinconsciencia. Y todo, repentinamente. «Duerme más profundo. Eso es, totalmente relajada. Y siente cómo el cuerpo se va desconectando. Yo voy a ir contando lentamente del 5 al 1…», le guiaba Jorge Astyaro mientras que seguía buscando la máxima comodidad de la guipuzcoana. El silencio y asombro entre los espectadores de Akelarre era palpable. Y el de sus compañeras de plató, también.

Fue entonces cuando Jorge Astyaro optó por tumbar a Nerea Garmendia totalmente, apoyando sus pies en una silla para que descansara : «Yo voy a ir contando lentamente del 5 al 1 y conforme voy contando te vas a ir trasladando a esa playa. Y te vamos a recostar en una colchoneta que está flotando agradablemente en un mar hipnótico -avanzó el hipnotizador a la vez que la guipuzcoana se mostraba ya totalmente relajada-. Estás muy cómoda y te sientes muy bien». Objetivo conseguido.

«Mira la cara que tiene de tranquilidad», apuntó el hipnotizador para constatar lo concentrada que se encontraba la siempre activa presentadora guipuzcoana. Y, cómo no, Ana Goitia y Tania Llasera le cogieron el guante y no dudaron en echarle humor a la situación, sobre todo por la extrovertida personalidad que luce habitualmente la propia Nerea Garmendia. «Se podía quedar así todo el programa ya. Para que esté tranquila. Esto sí que me parece un logro de verdad», bromeaba la propia Ana Goitia. Tania Llasera tampoco se quedó atrás y también aprovechó a echarle una pulla. «Es que no calla nunca, ni bajo el agua», aseguró, antes de que el público de Akelarre estallara en una sonora carcajada.

Tras unos minutos con Nerea Garmendia en estado de semiinconsciencia, Jorge Astyaro la acomodó nuevamente y la invitó a despertar y levantarse poco a poco. «En este momento, cuando yo cuente del 1 al 5 vas a despertar completamente alerta, despierta. Y vas a tener el recuerdo muy nítido de esa playa, de estar en la colchoneta. Y cuando veas este vídeo de lo que hiciste vas a alucinar mucho más. 3, 4 y 5. Despierta, abre los ojos», le dirigió mientras le daba un pequeño toque en la frente. Fue suficiente: Nerea Garmendia despertó un tanto aturdida y sin saber dónde estaba o qué había pasado. Dio igual: el público de Akelarre se lo reconoció con un sonoro aplauso.