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Clara, de 34 años y profesora de euskera, fue una de las protagonistas de la última entrega de First Dates. El programa que presenta Carlos Sobera, dedicado a reflejar citas entre parejas de desconocidos, se planteó el reto de encontrar la media naranja de ... esta bilbaína y de Sergio, ya que ambos se definían como raros y poco convencionales.
La cuestión es que en la diferencia respecto a los demás encontraron muchos puntos en común la vizcaína y el barcelonés. Clara y Sergio enseguida congeniaron y bromearon con su forma de ser poco habitual. «Yo no soy un 'copypaste' como los demás», decía él. «A mí cuando me llaman rara me lo tomo como un cumplido», explicaba ella. «Soy muy 'contrarian'», añadía la joven, encantada con su cita: «Él es de mi rollo, un poco friki».
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La buena sintonía entre ambos era más que evidente. «Ella me ha parecido rara, pero eso dicho por mí es algo bonito», contaba ante la cámara de Cuatro Sergio, de 36 años. Ambos reflejaron continuamente el «orgullo de sentirse diferentes a lo convencional». Incluso coincidieron en que ninguno de ellos bebe alcohol, por motivos muy diferentes. A ella le provoca ataques epilépticos y él sufre de esclerosis.
Este último dato no amilanó a Clara, que no tuvo problemas en aceptar la enfermedad de su pretendiente y que también confesó que «nunca he tenido una pareja seria». El bueno humor entre ambos llegaba a cualquier tipo de gusto o afición de la que hablaban, desde la «música metalera» a los cómics manga. La bilbaína solo cambió levemente su permanente sonrisa para manifestar lo harta que estaba de que le hicieran bromas a costa de su nombre, desde las continuas referencias a la canción de Shakira a quienes le recordaban al personaje de la serie 'Heidi'.
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«Por mi parte creo que ha habido trazas de feeling, ha sido una cita perfecta». Así comenzaba la última parte de la cita por parte de Sergio, que no tardó en reconocer que le encantaría conocer más a Clara. Ella había dudado: «no sé si le parezco bien solo como amiga o como algo más». Las dudas se resolvían con dos grandes sonrisas al coincidir ambos en que lo habían pasado muy bien y repetirían cita, esta vez ya sin las cámaras delante.
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