Saber el final

Lo curioso con esta producción es que estamos disfrutando totalmente del desarrollo, del camino, sin la urgencia de llegar al final. Porque el final ya lo conocemos. Somos conscientes del último destino. No ha habido 'spoilers' aquí porque el punto de partida del personaje era precisamente cómo acaba. Esto nos permite disfrutar de la propuesta sin prisa porque llegue a ninguna parte, sin presión por si nos sentimos decepcionados con la conclusión.

En tiempos seriéfilos en que todo se vive con precipitación y en que a menudo dependemos de la sorpresa y del giro inesperado esta clase de ejercicios, más pendientes del viaje que del remate, resultan gratificantes. Lo importante no es dónde desemboquen, sino cómo lo hagan.

Tal vez algo similar nos suceda con la producción con la que HBO volverá a ligarse al universo de 'Juego de Tronos'. Tras descartar seguir adelante con la propuesta que iba a protagonizar Naomi Watts, la cadena ha dado luz verde a 'House of the Dragon', centrada en los Targaryen, una de las dinastías de las que hemos oído hablar recurrentemente en la serie madre. La idea es explorar los orígenes de la casa de la que forma parte Daenerys y sus primeros días en Poniente.

Se da la circunstancia de que en esta ocasión también conoceremos el desenlace, puesto que fuimos testigos de la muerte de la última integrante del clan, y eso podría hacernos perder el interés, a no ser que seamos capaces de encontrar nuevos intereses en las series. Es una experiencia fantástica.