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Urtain, en la Concha donostiarra, con su primer preparador, Miguel Almazor en 1968. Telepress
Urtain: el halo trágico de un boxeador

Urtain: el halo trágico de un boxeador

Felipe de Luis Manero propone un original acercamiento al periplo vital de José Manuel Ibar en un intento de desentrañar su enigma

Alberto Moyano

San Sebastián

Domingo, 21 de enero 2024

En la pantalla aparece un trabajador de un cementerio que escucha por la radio la retransmisión de un combate de Urtain. A continuación, hay un plano de un pájaro piando en una rama y la escena final muestra un recorte de prensa con el titular: «Porque muere un pájaro se suicida un boxeador». Fin. Así termina la película 'Urtain, el rey de la selva... o así' que Manolo Summers rodó en 1969. Se trata un artefacto cinematográfico inclasificable sobre el que sobrevuela ya un halo trágico, luego se vio que premonitorio, y con elementos paródicos en los que participa el propio José Manuel Ibar (Ibañarrieta-Zestoa, 1943-Madrid, 1992).

«Es una película muy singular, me impactó mucho porque en todo momento te transmite algo de ese sentimiento de fatalidad que rodeaba a Urtain», explica Felipe de Luis Manero (Madrid, 1984), que no oculta su perplejidad ante el hecho de que el realizador «supo ver que algo extraño rodeaba a Urtain». Faltaban 23 años para que José Manuel Ibar saltara de un décimo piso y pusiera fin a su vida.

Felipe de Luis Manero era por aquel entonces un niño, pero se le quedó grabado un recuerdo: «Sentado en un banco, junto a mi padre que estaba leyendo en un periódico deportivo la noticia de la muerte de Urtain. Estaba muy impactado porque lo que aquel tipo había llegado a ser y por cómo había terminado». Ahora, este guionista de Producciones del Barrio que participa en documentales y en programas como 'Anatomía de...' publica 'Urtain - Retrato de una época' (Editorial Pepitas de Calabaza), en el que indaga en las circunstancias que rodearon el auge y el declive del boxeador guipuzcoano.

En su combate con Peter Weiland, en el Campeonato de Europa de los pesos pesados. EFE

«Yo estaba buscando alguna historia que tuviera que ver con el deporte y a la vez, lo trascendiera y empecé a interesarme por Urtain porque vi que su historia era conocida, pero no había un libro o una película que lo aunara todo», explica el autor del libro. En su caso, su narración se levanta sobre una ingente cantidad de documentación de la época, extraída tanto de las hemerotecas como de los testimonios directos de quienes trataron a Urtain en las distintas etapas de su vida.

Felipe de Luis Manero construye una nada convencional biografía en la que los capítulos que relatan la existencia de Urtain rompen su orden cronológico al intercalar episodios cruciales de su periplo vital que ayudan a entender al personaje y perfiles de «todos los personajes peculiares con los que coincidió y que forman parte de una época».

«Trágico y, a la vez, hermoso»

Su decisión obedece a la repetición de ciertas estructuras ya habituales en los libros sobre boxeadores, «como numerar los capítulos por asaltos o atenerse al orden cronológico, y me pareció que encabezar algunos apartados con el recuento del tiempo que le queda de vida cuando se relatan determinados hechos tenía su belleza porque todos corremos hacia nuestra muerte, aunque no sepamos cuánto falta. Me parecía trágico y a la vez, hermoso, y que aportaba algo de tensión narrativa al libro».

Pese a que su historia pertenece a otra época, no existe ya aquella España y el boxeo apenas despierta interés alguno, la figura de Urtain aún es objeto periódicamente de reportajes, documentales y recreaciones más o menos ficcionadas de su vida. En este punto, De Luis Manero reconoce que «es un fenómeno difícil de explicar, aunque puede que similar a lo que le pasa al propio Urtain cuando tras su etapa como harrijasotzaile, se va del País Vasco y empieza a boxear. Ahí aparecen algunos factores, como la prensa, que engordan al personaje». No hubiera sido suficiente, sino que confluyeron otros factores, el primero, que Ibar «tiene algo que encandila, un carisma extraño, porque sin haber ganado aún ningún título, ya era alguien popular que interesaba mucho a la gente. Por eso, los boxeadores profesionales recelaban del personaje».

Urtain - Retrato de una época. Felipe de Luis Manero

  • Editorial Pepitas de Calabaza

  • Páginas 232

  • Precio 21,50 euros

El segundo, una prensa que exprimió todas la facetas del personaje. Y el tercero, el interés del régimen tardofranquismo que en su agonía, está ávido por entregar a la población 'héroes' que le devuelvan el orgullo patrio. Recuerda el autor del libro que a finales de los sesenta y principios de los setenta, «es una época bastante gris para la sociedad de un país subdesarrollado como es España y no parece que hubiera motivos para que el hombre o la mujer de a pie sintiera ese orgullo de ser español. Ni siquiera el Real Madrid». En Urtain, continúa, la gente encuentra a «un tipo de carne y hueso que es un héroe imperfecto y eso engancha al público».

Además, introduce otro elemento que ayudaría a explicar la vigencia de un mito en principio tan anacrónico en esta década del siglo XXI. «Su historia es narrativamente perfecta: la de un héroe que surge de la nada, que llega a lo máximo y que tiene una decadencia dramática. Esa fatalidad atrae, no sé si de forma perversa o no, porque te invita a pensar en cómo es la vida. Por eso sigue enganchando».

Junto al legendario atleta etíope Mamo Wolde. GAR

Además de la abundante documentación, principalmente periodística, en torno a Urtain, el escritor también ha indagado en otras fuentes que intentaron desentrañar el misterio de este deporte: del clásico de Joyce Carol Oates 'Del boxeo' a 'La edad de oro del boxeo', de Manuel Alcántara, o las memorias de varios periodistas deportivos de la época. Observa Felipe de Luis que en muchos boxeadores se da un elemento común: «Un dolor interno tan fuerte que casi quieren pelear contra sí mismos». ¿Tenía Urtain ese impulso? «No lo sé. No empieza a boxear hasta los 24 años y porque le 'llevan'. No sé si sintió esa profundidad del boxeo, quizás en los últimos años. Paradójicamente, su popularidad empieza a decaer cuando mejor está boxeando».

Sí apunta como elemento central de su personalidad el sentimiento de desarraigo desde que cambió las piedras por las doce cuerdas, abandonó el caserío familiar y marchó a Madrid. «Eso le marca para siempre. Parece que desea escapar de una vida que siente que no ha elegido, como casarse y tener hijos con Cecilia, su primera mujer. También está el rechazo de su hijo mayor. En esa situación, recurre a su hermana Antxoni, su mayor apoyo durante años. Aunque se lleva muy bien con todo el mundo porque carecía de maldad, pero sí hay un halo trágico, una melancolía y un vacío que le persiguen».

«Que fuera un gran boxeador era mentira; que fue un héroe popular es cierto»

Tanto en su auge como en su declive, quien fuera apodado 'El tigre de Cestona' cumple al dedillo todos los lugares comunes del 'juguete roto', singularmente si procede del mundo de boxeo:«Urtain es una colección de tópicos. Cumple incluso punto por punto algunos aspectos de la película 'Más dura será la caída', basada en una novela de Budd Schulberg, que a su vez se basó en la vida del boxeador Primo Carnera. Llegó a ser muy habitual que todos los reportajes sobre Urtain se titularan 'Más dura será la caída' porque muchos de los que vivieron aquella época me comentaban los elementos similares entre las dos historias:el boxeador engañado, el alcoholismo, los combates amañados, las deudas... Incluso los dos acabaron metidos en la lucha libre».

En su decadencia, fue bajando cada peldaño habitual en este tipo de procesos, sin saltarse ni uno solo: problemas económicos, fallidos intentos de volver al boxeo, trabajos humillantes, alcoholismo y desintegración familiar: «Fue un proceso muy cruel y sórdido. Persigue algo que no sé ni si tiene claro qué es. Quiere volver a ser Urtain y piensa que con algún negocio, un bar o un restaurante». Su regreso al ring, esta vez reconvertido en deportista de lucha libre, merece un capítulo aparte:. Hay gente que me comentaba que se le caía el alma a los pies porque veía a un hombre humillado y completamente ido. La única que en un momento dado parece que puede frenar esa caída es Marisa –su compañera en la época, con la que tuvo dos hijos–, y creo que a punto está de conseguirlo, pero le faltó un punto de fortuna».

A la pregunta de si la de Urtain es la historia de una gran mentira, Felipe de Luis Manero responde: «Que fuera un gran boxeador sí es una mentira;que fue un héroe popular sí es cierto. Para muchos fue un mito. Conviene destacar un aspecto: el arrojo que hay que tener siempre para subir a un ring, al margen de la técnica que tengas», concluye.

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