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No por previsible deja de ser llamativo el descenso en el número de rodajes en Gipuzkoa que han provocado los nuevos incentivos fiscales aprobados ... por Bizkaia el año pasado. Los efectos de las medidas implementadas en el territorio vecino han devuelto al guipuzcoano a cifras de rodajes propias de los años de la pandemia e incluso se sitúa por debajo en cuanto a impacto económico. Así, Gipuzkoa acogió 57 rodajes en 2023, con un impacto de cinco millones de euros, según datos provisionales de la San Sebastian-Gipuzkoa Film Commission. En 2022, fueron 68 los rodajes, que dejaron trece millones de euros, mientras que en 2021 las 56 producciones realizadas en Gipuzkoa supusieron siete millones de euros de inversión. Incluso en 2020, el año en el que casi todo se interrumpió por la pandemia de coronavirus, el impacto económico fue mayor que en 2023: seis millones de euros invertidos en 43 producciones.
A la espera de que las Juntas Generales aprueben con carácter retroactivo desde el 1 de enero la nueva fiscalidad que armonizará los incentivos del territorio con los de Bizkaia, las cifras reflejan que Gipuzkoa acusó el atractivo económico que ha supuesto la medida implementada en el territorio vecino desde el 1 de enero del año pasado. Así, si Gipuzkoa acogió en 2023 la producción de dos largometrajes –'Marco', de Irusoin y Moriarti, y 'Ombuaren Itzala', impulsada por el actor Patxi Bisquert y producida por Eguzki Art–, y escenas de cuatro series –'Vestidas de Azul', 'Querer', 'Goazen' e 'Irabazi Arte'–, en Bizkaia fueron doce los largometrajes y siete las series rodadas, con un impacto económico global de casi 60 millones de euros, el cuádruple que hace dos años, cuando se quedaron en 13,8 millones. Es un impacto directo y tangible, derivado de la contratación de personal, pequeñas empresas, hoteles y demás servicios en torno a este tipo de proyectos audiovisuales.
El 'mercado' audiovisual vasco –aunque no sólo el de la comunidad–, revolucionó el 1 de enero de 2023 cuando la Diputación Foral de Bizkaia aprobó unas desgravaciones fiscales en el Impuesto de Sociedades punteras en toda Europa al pasar del 30% al 60%, y de hasta el 70% para las producciones en euskera. Ahora mismo, las deducciones en Gipuzkoa son del 35% del gasto para obras generales, y del 45% para obras en euskera. No obstante, la Hacienda Foral ya ha recibido la luz verde de la Comisión Europea para homologar sus incentivos a los vizcaínos.
En este pasado ejercicio, San Sebastian-Gipuzkoa Film Commission atendió aproximadamente unos 75 proyectos, de los cuales 57 se rodaron con la colaboración de esta entidad dependiente del Departamento de Fomento. Casi el 45% fueron programas de televisión y documentales, siempre según los datos provisionales de la entidad, que recuerda que «Gipuzkoa tiene previsto aprobar una norma similar durante el año 2024, con carácter retroactivo» desde el pasado 1 de enero. «Álava también adoptará nueva normativa en 2024». Para este año, San Sebastian-Gipuzkoa Film Commission ha comprometido su apoyo a los rodajes de escenas de dos largometrajes y están previstos otros dos para primavera.
La concejala donostiarra de Desarrollo Económico, Marisol Garmendia, reconoce «una bajada importante» tanto en el número de rodajes como en las cifras de impacto económico durante el pasado año, pero se muestra confiada en que la próxima aprobación de los nuevos incentivos «se note este año y tanto San Sebastián como Gipuzkoa vuelvan a ser atractivos» para la industria audiovisual.
2023 Las 57 producciones que acogió Gipuzkoa dejaron un impacto de cinco millones. Se rodaron dos largometrajes y cuatro series. Casi la mitad de las producciones fueron documentales y programas de televisión.
2022 Este año las producciones fueron 68 con una inversión total de 68 millones de euros.
2021 Un total de 56 rodajes supusieron un impacto económico de siete millones de euros.
2020 El año de la pandemia las producciones fueron 43, que supusieron seis millones de euros.
La responsable municipal recuerda que «nos jugamos mucho en la industria audiovisual y, en concreto, en la vinculada al cine. Tenemos que seguir siendo un territorio y una ciudad de referencia» para este sector. Tras recordar que las cifras que reflejan estos descensos son aún provisionales, Garmendia reconoce el esfuerzo que desde el Departamento Foral de Cultura se hizo en la legislatura pasada «para equiparar los incentivos».
De hecho, desde las productoras guipuzcoanas se apremió al Departamento de Hacienda a aprobar unas medidas similares a las de Bizkaia ante el riesgo de que las ventajas fiscales produjeran una fuga de proyectos cinematográficos. Finalmente, sus demandas fueron atendidas y tan sólo faltaba el plácet de la Comisión Europea, que llegó el pasado mes de noviembre. Aunque había un cierto temor a que la luz verde europea se demorara aún unos meses, lo cierto es que llegó antes de lo previsto por la propia Diputación y ahora sólo falta su tramitación y aprobación en Juntas Generales. En cualquier caso, las productoras trabajan ya sobre la certeza de que las deducciones se aplicarán con carácter retroactivo desde el pasado 1 de enero.
Las nuevas desgravaciones fiscales de Gipuzkoa contemplan deducciones de entre el 50% y el 60%, en función del gasto realizado en Euskadi. En el caso de las obras en euskera se desgravaría otro 10% hasta llegar al 70%. La máxima en cualquiera de las situaciones será de diez millones por película y de tres millones por capítulo, en el caso de las series. En lo que respecta a las artes escénicas y musicales la Hacienda Foral guipuzcoana introduce en su nueva normativa una deducción general del 30% para producciones de espectáculos en vivo, que asciende al 40% para producciones en euskera. La base de esta deducción está constituida por los costes directos de carácter artístico, técnico y de promoción y la deducción máxima será de un millón por contribuyente. En esta línea, al menos el 50% de los beneficios de estas obras se tendrán que destinar a la reinversión de nuevos espectáculos en vivo, en un plazo de cuatro años.
Producida por Irusoin y Moriarti, y dirigida por Aitor Arregi y Jon Garaño, 'Marco' es una de las películas vascas que más expectación han despertado de cara a este año. La cinta relata la historia de Enric Marco, el falso deportado a los campos nazis que llegó a presidir la Amical Mauthausen antes de ser desenmascarado. El otro largometraje rodado parcialmente en Gipuzkoa el pasado año fue 'Ombuaren itzala', en torno a la figura del bertsolari zizurkildarra Pedro Mari Otaño y su contexto político, histórico y social. Se trata de un proyecto largamente impulsado por el actor Patxi Bisquert junto a la productora Eguzki Art, que se centrará en las dos últimas décadas de la vida de Otaño. Entre los primeros rodajes del año está 'La infiltrada', dirigida por Arantza Echavarría y protagonizada por Carolina Yuste, que relatará la historia de la primera agente de Policía que logró hacerse pasar por simpatizante de la izquierda abertzale hasta llegar al 'comando Donosti'
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