Vivan los abrazos, aunque sean ñoños
LA AGENDA PORTÁTIL ·
Elorza sufrió por reducir la iluminación navideña y Gasco quiso ser Abel Caballero: en Donostia brilla este año la solidaridad / Las quinielas de la Michelin / Ane Gabarain, Lete KabaretLA AGENDA PORTÁTIL ·
Elorza sufrió por reducir la iluminación navideña y Gasco quiso ser Abel Caballero: en Donostia brilla este año la solidaridad / Las quinielas de la Michelin / Ane Gabarain, Lete KabaretHay una regla no escrita que establece que la iluminación navideña debe tener un punto cursi. La cuestión de las luces de Navidad parece un tema menor, pero como diría Rajoy, es un tema mayor. Quizás sea culpa de nuestra educación sentimental, impregnada de ... los gritos de «Chenchooo» por la Plaza Mayor del abuelo de La gran familia.
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Que se lo pregunten a Odón Elorza, que vivió uno de los peores momentos de sus décadas de alcalde a cuenta de la iluminación navideña. En tiempo de crisis pensó que reducirla era una didáctica medida de contención, pero hubo tal revuelta ciudadana que tuvo que improvisar unas bombillas de urgencia. Aún recuerdo cómo vino al plató de Keridos Monstruos, aún desconcertado, para anunciar esa contratación de emergencia ante una audiencia que, como se decía antes, «bloqueaba la centralita».
También sabía mucho de eso el concejal Ernesto Gasco, que trajo muchas luces navideñas (hasta con su punto kitsch, con barandillas de la Concha o peines del vientos de neón), norias y mercados. A Gasco, en realidad, le hubiese encantado ser como Abel Caballero, el alcalde de Vigo, donde los faroles festivos brillan más que en Nueva York.
En este año raro ha habido debate en los ayuntamientos: ¿había que poner iluminación tras unos meses tan duros? La mayoría respondió que sí, por estimular el comercio y, sobre todo, para sacarnos de la monotonía de la tristeza. Pero no valían los adornos de otros años porque esta vez es distinto.
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En Madrid han instalado largas banderas de España luminosas. En Donostia se mantiene la estética de las últimas navidades pero con una novedad que se ha convertido en la estrella: el 'abrazo' luminoso creado por el artista donostiarra Iñigo Aristegui.
Es delicado, elegante y minimalista, y simboliza en cuatro trazos lo que muchos queríamos expresar: el respeto por las víctimas de la pandemia, la solidaridad con quienes luchan por salvarnos, la apelación al 'buen rollo'. Los escépticos, sarcásticos, críticos y fácticos de muchas esdrújulas verán en ese abrazo la misma ñoñería que en todos adornos navideños. Pero otros que no somos precisamente entusiastas de las bombillitas nos emocionamos ante el abrazo de Aristegi, que es nuestro abrazo.
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Lo siento: yo también me pongo cursi. La 'ley seca' americana estimuló el consumo de alcohol y las restricciones a la Navidad decretadas por los Urkullu e Illa incentivan el espíritu navideño de quienes lo habíamos perdido. ¿Quién iba a decir que quienes más aborrecen al 'cuñado' de la mesa de Nochebuena son ahora quienes más le echan en falta? Yo he recibido ya el christma del gran Rafael Munoa, que envía ahora su hijo Claudio y logra que el genio de su padre perviva, y ya estoy ñoño.
Nos quedamos sin Santo Tomás, sin los poteos de Nochebuena (Zupiria dixit) y sin Cabalgata de Reyes. El 2021 será mejor. Si les acecha la tristeza asómense al 'abrazo' junto al María Cristina. Hasta cura.
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También es un año distinto en esto. El lunes se desvela la nueva Guía Michelin en una gala 'on line' desde Madrid. Dicen que esta vez no habrá bajadas de estrellas porque los establecimientos pasaron meses cerrados, porque los inspectores no han podido viajar tanto y porque no están los tiempos para dar más disgustos a los restaurantes.
Vuelven las quinielas, también en Gipuzkoa. Pero hay pocos rumores. Que si Elkano de Getaria o el nuevo Amelia de La Concha podrían lograr la segunda. Que si el Galerna de Gros o el Laia de Hondarribia podrían tener la primera. Son solo rumores. El lunes, las respuestas. De momento podemos celebrar que la hostelería reabre. Disfrutemos con prudencia.
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Se habla mucho de Ane Gabarain y de Elene Irureta por 'Patria', pero son dos enormes actrices desde hace tiempo, dotadas para lo serio y lo cómico a la vez. Y no dejan de sorprender. El miércoles vivimos un poético homenaje a Xabier Lete en el Victoria Eugenia. Entre tanto simbolismo, la Gabarain cantando las coplas humorísticas de Lete como si estuviese en un cabaret berlinés de los años 30 fue aire fresco, un 'cabaret Lete' que habría encantado al propio artista, serio por fuera pero moderno por dentro.
mezquiaga@diariovasco.com
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