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En 1957, las reglas del juego cambian. La Guerra Fría lleva instalada en el mundo desde el final de la II Guerra Mundial, y nada hace pensar que vaya a desaparecer. La amenaza de un conflicto nuclear entre los todopoderosos Estados Unidos y Unión ... Soviética condiciona constantemente un panorama político de bloques y alianzas más o menos endebles. No queda más remedio que aprender a vivir bajo esa realidad, y eso incluye al arte, consecuentemente al cómic.
Para los norteamericanos, la palabra comunista equivale a mencionar a los cuatro jinetes del apocalipsis al mismo tiempo, y los cómics de aventuras, no digamos los superheroicos, se ven inmersos en la constante demostración de que Occidente es, a todas luces, el lugar donde la libertad, la bonanza económica y el progreso científico carecen de rival.
Pero entonces, ocurre algo inesperado. Los rusos lanzan el Sputnik, el primer objeto capaz de llegar al espacio y orbitar la tierra. No solo eso; cuatro años más tarde, el astronauta Yuri Gagarin, a bordo de la nave Vostok 1, abandona el planeta y consigue regresar vivo.
Todos estos acontecimientos tienen lugar mientras Stan Lee, un guionista de Marvel, piensa cambiar de trabajo por la frustración que le supone escribir historias en las que no cree. Sin embargo, una conversación con su esposa, en la que ella le sugiere, dado que ya ha decidido su marcha de la compañía, olvidar las consignas que debe acatar y escribir como él cree que debe hacerlo, le lleva a un último intento. En efecto, acompañado por los lápices de Jack Kirby, Lee concibe el primer grupo de superhéroes que forman, además, una familia. Y no son los jinetes del apocalipsis, pero sí cuatro, liderados por Reed Richards, un físico genial que planea explorar las estrellas. Como el propio Stan Lee contó, la idea primigenia era un viaje a Marte pero, precisamente, se rumorea que los rusos, después del asombroso logro de Gagarin, pretenden alcanzar el planeta rojo, con lo que sus personajes no pueden conformarse con un objetivo tan simple. Reed despega acompañado de su novia y futura esposa, Susan, el hermano de esta, Johnny Storm y del jugador retirado de fútbol americano, en la actualidad piloto, Ben Grimm. Como no podía ser de otra manera, el vuelo termina en desastre y, a raíz de la inusual radiación absorbida, desarrollan los poderes que pronto serán conocidos en el mundo entero.
Stan Lee cuenta las cosas de otra manera, porque no todas sus ideas son originales. Así, el mismo Reed Richards, capaz desde el accidente de estirar a voluntad su cuerpo hasta extremos inconcebibles, es un clon (en cuanto a facultades se refiere), del Plastic Man de la editorial DC, personaje aparecido en 1956 y, del mismo modo, Susan 'Sue' Storm, la Mujer Invisible, se inspira más que claramente en 'El Hombre Invisible' de Wells de 1897. Pero, por encima de todo, efectivamente, Lee cuenta las cosas de otra manera y Kirby las dibuja como nadie lo ha hecho antes; no es una cuestión de la especificidad del género, vivo desde junio de 1938 con Superman, sino de un concepto de la viñeta, del movimiento, del ritmo, de la anatomía, de los efectos especiales, que nadie ha tenido hasta esa década que se acaba de iniciar.
'Los 4 Fantásticos' son otra cosa, casi de inmediato triunfan hasta el extremo de romper las reglas sagradas establecidas por todos los artistas que le precedieron. De hecho, los problemas internos del grupo superan a menudo los propios de su 'trabajo', aunque se trate de salvar la tierra de un devorador de mundos llamado Galactus o de los interminables planes de conquista de un amargado y brillante Víctor Von Muerte. Resulta que los cuatro miembros del equipo viven a la vista de todos en el edificio Baxter y, lo más impactante, no ocultan su identidad, canon intocable hasta el momento.
En realidad, no solo son los hechos tangibles los más relevantes. Una pareja creativa irrepetible acaba de establecer las nuevas bases del negocio. Acaba de cambiar el rumbo del cómic de superhéroes para siempre. ¿Fueron Lee y Kirby conscientes de ello? Desde luego que no, solo trataban de llevar al lector una propuesta más real, más humana pero, sin ninguna duda, lo hicieron.
Ahora, la editorial Panini, en su línea de recuperar los grandes clásicos, devuelve a los lectores aquel primer número de noviembre de 1961, de innegable valor histórico aunque, lógicamente, el estilo, incluso el mismo sentido de aquella forma de narrar haya quedado obsoleto. En todo caso, ahora que, tras 'Avengers: Endgame', se abre la posibilidad de que Disney cierre la compra de los derechos cinematográficos del cuarteto y los convierta en sus próximos pesos pesados, bien merece recordar aquellos tiempos.
Stan Lee / Jack Kirby
Estilo: Superhéroes.
Editorial: Panini
Páginas: 32
Precio: 3, 75 euros
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