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Esa amante que se llama ansiedad
La fila de los mancos ·
El calendario no te cuadra, la informática se desvanece y nunca sabes si la que estás viendo será 'la gran peli del festival'Secciones
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La fila de los mancos ·
El calendario no te cuadra, la informática se desvanece y nunca sabes si la que estás viendo será 'la gran peli del festival'1
Le decía Woody Allen a Scarlett Johansson en una escena de 'Scoop' que si estaba tan delgado se debía a que «la ansiedad me funciona como gimnasio». Si la teoría es atinada, algunos cinéfilos donostiarras deben estar como juncos. Disparado y en aumento andaba este ... trastorno en vísperas del Zinemaldia. La que se genera durante el proceloso trámite de elaboración del calendario festivalero, de forma que todas las películas anheladas tengan su momento y su lugar en un baile de horarios y salas que para qué, culmina el domingo previo a la inauguración, con la tensión segregada en el momento en el que los sistemas informáticos se desmayan, cual doncella de cuento de hadas. Si el problema es que todo el mundo entra a la vez y bloquea las terminales, igual habría que ir pensando en vender el primer día las entradas únicamente a través de la vieja taquilla de toda la vida o en ponerlas a la venta la víspera de cada proyección. Sería superanalógico pero, a la vez, más real que pasarse la mañana pulsando F5.
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Hablamos de una ansiedad por motivos de palo, dado que cuando la informática finalmente resucita, descubrimos que casi todas las películas con el taquillaje agotado tienen fecha de estreno más o menos inminente en salas comerciales, algunas incluso antes de que haya terminado el propio Festival. Ahora mismo hay entradas disponibles para prácticamente todas las películas sin distribución, o sea, para esos filmes cuya proyección en el Zinemaldia será un acontecimiento único para el espectador. Por otra parte, la afrenta sería que mientras desde casa resultase imposible adquirir las entradas, rulara a toda mecha la cola del Kursaal. No fue el caso del pasado domingo, en el que el 'gatillazo' fue gestionado desde el Festival de forma tan democrática que dejó colgados a unos y a otros. Finalmente, el acceso fue simultáneo y, a tenor de lo leído en las redes ardientes, con final feliz: todo el mundo consiguió localidades para todo. Por momentos, pareció que Osakidetza había retrasado tres meses todas las pruebas médicas concertadas para la próxima semana. Al final resultará que la ansiedad no era lo mismo que la angustia, qué desilusión.
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La elección de las películas también genera ansiedad. Conozco gente que comienza a ver todas las series y jamás ha terminado de ver ninguna. El problema no es que se desinterese, sino que se le cruzan otras en régimen de estreno y le invade la sensación de estar perdiéndose la fetén. Si le dejas, el Zinemaldia puede operar de forma parecida. Estás viendo una peli de Nuevos Directores y de repente, empiezas a pensar en cuál echaban a esa hora en Zabaltegi-Tabakalera y, por supuesto, si no sería esta última mejor. Estás en la Sección Oficial y súbitamente te percatas de que tu lugar en el mundo estaba en la de Horizontes, quizás en alguna de las programadas en las retrospectivas. Ítem más: estás viendo de forma inadvertida -vale, distraída- cualquier película de cualquier sección y caes presa de la inquietud: ¿será ésta la revelación del año y no me habré percatado? A mí me pasó con 'Still Walking'. En algún momento de los diez primeros minutos de metraje perdí el hilo y si ya tengo dificultades para identificar a algunos familiares, qué decir de aquella prole de japoneses interactuando sin parar.
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Ha tenido que llegar el certamen cinematográfico para que nos visiten escritores que ya quisieran para sí algunos festivales literarios: Michel Houellebecq, Mariana Enríquez... Es una tradición atávica: por el Zinemaldia estuvieron Premios Nobel antes de que lo fueran, como Vargas Llosa o Saramago. Dice Enríquez: «De todo lo que escribo, lo único que me da miedo real es la locura. Esa falta de control, de estar encerrado en un lugar, y la ansiedad es eso, estar encerrado en algo que no existe o que no es tuyo y no poder salir de ese lugar. Eso es algo que de verdad me da miedo». Pues eso, la ansiedad, el festival.
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