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Esa amante que se llama ansiedad

Esa amante que se llama ansiedad

La fila de los mancos ·

El calendario no te cuadra, la informática se desvanece y nunca sabes si la que estás viendo será 'la gran peli del festival'

Alberto Moyano

San Sebastián

Viernes, 20 de septiembre 2019, 07:54

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Le decía Woody Allen a Scarlett Johansson en una escena de 'Scoop' que si estaba tan delgado se debía a que «la ansiedad me funciona como gimnasio». Si la teoría es atinada, algunos cinéfilos donostiarras deben estar como juncos. Disparado y en aumento andaba este ... trastorno en vísperas del Zinemaldia. La que se genera durante el proceloso trámite de elaboración del calendario festivalero, de forma que todas las películas anheladas tengan su momento y su lugar en un baile de horarios y salas que para qué, culmina el domingo previo a la inauguración, con la tensión segregada en el momento en el que los sistemas informáticos se desmayan, cual doncella de cuento de hadas. Si el problema es que todo el mundo entra a la vez y bloquea las terminales, igual habría que ir pensando en vender el primer día las entradas únicamente a través de la vieja taquilla de toda la vida o en ponerlas a la venta la víspera de cada proyección. Sería superanalógico pero, a la vez, más real que pasarse la mañana pulsando F5.

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