Viernes, 14 de septiembre 2018, 14:56
Revolución en la Concha de Oro (y de plata): el trofeo que cada año entrega el Festival de Cine de San Sebastián se estiliza y cambia por completo sus formas. Es el colofón a la renovación de su imagen que el Zinemaldia ha emprendido en esta edición y que comenzó el pasado mes de mayo cuando se reveló la nueva línea de carteles, el acrónimo SSIFF como identificación internacional del festival y el logotipo que reconvertía la imagen tradicional de la Concha en un diseño identificativo de líneas minimalistas.
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Descubrimos la nueva Concha que en estos días se está ultimando y que el sábado 29 recibirán los premiados en las distintas categorías del cartel oficial. Sobre el diseño que realizó el estudio TGA, responsable de todo este cambio de imagen, y basándose en las sencillas líneas del logotipo, la joyería Ayestaran está elaborando la serie de trofeos que identificarán a partir de ahora al Zinemaldia. «Es un cambio acorde al nuevo logotipo, con líneas más estilizadas y modernizadas», comenta José Luis Rebordinos sobre la nueva Concha, sin esconder la curiosidad que le suscita cómo se recibirá esta nueva forma para un premio que, con ligeros cambios, ha mantenido siempre la forma más o menos realista de una concha de mar.
El trofeo en sí está creado en aluminio, tal como se ve en la foto, que ahora se recubrirá con un baño de oro, solo en un ejemplar lógicamente, el de la Concha de Oro, que ya no puede ser exaequo; o de plata, para los otros premiados. La pieza va encajada en una base alta de color negro. Desaparece por tanto el tradicional estuche con dos solapas que se abrían para mostrar la Concha, que estaba sujeta en el interior. Ahora habrá un estuche, pero servirá únicamente para el transporte del premio, que se entregará sin más complementos.
El cambio de imagen que se completa de momento con el rediseño de uno de sus elementos fundamentales era «necesario», según explica el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos, y por diversas razones. «Había varios problemas. Cada cartel era de una procedencia y de un estilo, no había coherencia y sobre todo no teníamos imagen de marca. Y por otro lado el logotipo tenía muy mala visibilidad, yo lo veía impreso en los carteles de las películas junto a los de Cannes o Toronto y no se distinguía nada. Queríamos un tipo de cartel y una imagen de marca que tuvieran más visibilidad. Y de esa necesidad surge este cambio».
En la rueda de prensa que el Zinemaldia ofreció en mayo se vieron los primeros efectos del cambio, como el acrónimo de San Sebastián International Film Festival, SSIFF, que se toma ahora como identificación del Festival de Cine, aunque sin perder su denominación, advierte Rebordinos: «El nombre del festival es Donostia Zinemaldia-Festival de San Sebastián, en ese orden, porque nosotros tenemos dos lenguas, y eso no ha cambiado. No olvidemos que este es un festival participado de cuatro instituciones, y una de ellas es el Ministerio de Cultura».
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Ante algunos comentarios que cuestionaban ese predominio de las siglas, Rebordinos señala que «si nos queremos internacionalizar tenemos que usar las siglas en inglés. De todas formas, si hay gente que teme que podamos perder la denominación de Donostia Zinemaldia y Festival de San Sebastián, tomamos nota y procuraremos que el nombre esté lo más presente posible. La primera persona que vio la nueva imagen y me lo señaló fue precisamente el alcalde Eneko Goia. Nada es definitivo, hemos hecho una propuesta y se irá modificando en el uso según vayamos viendo cómo encaja».
Y aprovecha para aclarar otra polémica, la del nombre del festival en euskera, tal como aparece en el cartel, Donostia Zinemaldia. «Sobre el hecho de que el nombre en euskera no está declinado y que algunos dicen que debería ser Donostiako Zinemaldia, en su día, antes de que yo fuera director, ya se hizo una consulta a Euskaltzaindia. Y concluyó que se podía utilizar Donostia Zinemaldia, porque se entiende que estás creando una imagen o una representación, que así tiene más impacto, aunque gramaticalmente no sea lo más correcto, pero en este caso no es un texto».
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En cuanto al cartel oficial de la 66 edición del Festival de Cine de San Sebastián, que se dio a conocer el pasado día 30, la idea era «hacer una serie de carteles que nos pueda servir al menos para cuatro o cinco años y que, al igual que el resto de las secciones, combinen un dibujo o un elemento gráfico y una foto de alguien del mundo del cine. En este caso el elemento gráfico son las líneas de todas las secciones. Y luego teníamos que decidir el actor o la actriz».
Que Isabelle Huppert aceptara protagonizar el cartel, es «un lujo», según Rebordinos. «Si la gente no aprecia el valor que tiene este cartel con Isabelle Huppert o no es consciente de quién es Isabelle Huppert o no es consciente de dónde está San Sebastián, igual nos creemos más de lo que somos. Es una de las actrices vivas más potentes que hay a nivel mundial, y que haya aceptado es un lujo». Y añade: «A mí el cartel me gusta mucho por que es muy elegante. Y yo la veo guapísima».
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