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Ricardo Aldarondo
Sábado, 21 de septiembre 2019, 20:31
La apertura del premio Donostia más allá de los actores y actrices que lo han recibido a lo largo de más de tres décadas va creando una nueva línea de premiados, los directores de cine con una obra personal y singular. Hace dos ... años se rendía así homenaje a una pionera como la francesa Agnès Varda en el final de su carrera, y el año pasado le tocó al cineasta japonés Hirokazu Kore-eda, cuando se encuentra en el esplendor de su creatividad. En esta edición ha tocado rendir pleitesía a uno de los cineastas que mejor y de forma más comprometida ha tratado la política en el cine, a menudo desde el punto de vista del individuo atenazado por las presiones del poder, o de las conspiraciones y manejos en las altas instancias, no solo políticas, también religiosas o económicas. Y que sigue en activo a sus 85 años.
El director con doble nacionalidad, francesa y griega, Konstantin Gavras (Atenas, 1933) huyó de Grecia en su juventud ante la falta de perspectivas para un estudiante que acabó haciendo Derecho, y licenciándose en Literatura en La Sorbona de París. Hijo de un funcionario que formó parte de la resistencia contra la ocupación nazi, Costa-Gavras (nombre que adoptó en su nueva vida en Francia), comenzó unos estudios de cine que le dieron la oportunidad de trabajar como ayudante de dirección de realizadores como Henri Verneuil, Jacques Demy y René Clément.
En sus dos primeras películas, Costa-Gavras tanteó el cine negro en 'Los raíles del crimen' (1965) y el drama bélico en 'Sobra un hombre' (1967). Pero su tercer filme, 'Z' (1969), ya fue un revulsivo que marcó su interés en un cine comprometido, que se ha mantenido ya prácticamente a lo largo de toda su carrera, que dura ya más de cincuenta años, aunque con un trabajo espaciado, con un total de diecinueve películas.
El guion de 'Z', un thriller político ambientado en Grecia lo escribió Jorge Semprún, intelectual español exiliado en Francia, que planteaba la investigación de un periodista a partir del asesinato de un diputado para destapar los manejos del poder que intenta acallar cualquier amenaza izquierdista. Aquel filme protagonizado por Yves Montand, que fue prohibido en la España franquista, ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y al mejor montaje, y marcó una línea de trabajo para Costa-Gavras, que continuó en 'La confesión' (1970), sobre las purgas estalinistas contra los disidentes del comunismo, y 'Estado de sitio' (1973), sobre los orígenes de la dictadura uruguaya, también con Yves Montand. Un relato sobre la resistencia a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, 'Sección especial', completó esa producción de los años 70 de gran repercusión en todo en el mundo.
En la década de los 80 Costa-Gavras empezó a trabajar en el cine estadounidense y realizó dos de sus películas más populares y valoradas: 'Missing (Desaparecido)', con un Jack Lemmon que busca a su hijo desaparecido durante el golpe de estado de Chile, y 'La caja de música' (1989), con Jessica Lange como abogada que tiene que defender a su padre acusado de crímenes de guerra. En 'Amén' (2002) cuestionó el papel de la iglesia católica durante la Segunda Guerra Mundial.
Con su anterior película, 'El capital' (2012), Costa-Gavras compitió en el Festival de San Sebastián. Hoy ha recibido el premio Donostia con la proyección de su nuevo filme, 'Adults in the Room'.
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