Crítica de 'My eternal summer': De repente, el último verano

Viola. Violonchelo. Violín. Nada más. Un estilo de composición muy nórdico, sin melodías aparatosas, sin estridencias. Una música de la que se apoderan los silencios. Como sucede igualmente en esta película sobria, contenida, amarga , de fotografía luminosa.Una muchacha pasa el verano en la casa de campo familiar. Con su padre. Con su madre. Deberían ser felices. Melancólicamente felices, si queremos sentir así el estío. Pero no pueden. La madre está enferma. Se está muriendo. De repente, el último verano.

Viola. Violonchelo Violín. Silencio(s). Dos maneras (la del padre, la de Fany) de afrontar ese duelo ya tan cercano.Una de encarar la muerte (la de la madre). Algo de humor triste. Días perezosos. Es verano. Viola. Violonchelo. Violín.