Es Paula Ortiz una realizadora singular, con sus seguidores y detractores. Concibe las películas como un espectáculo de pasiones arrebatadas, que expresa con un esteticismo intenso, a veces cercano a lo kitsch, como hizo en 'La novia' o 'Teresa'. Aquí se muestra más contenida, aunque ... no pueda evitar insertar planos de una escultura femenina agrietándose para marcar la crisis de sus personajes.

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Recupera 'La virgen roja' una peculiar figura histórica, que ya fue objeto de otra película en 1977, 'Mi hija Hildegart', de Fernán Gómez. En tiempos de la República, Hildegart Rodríguez fue una niña prodigio que saltó a la vida pública escribiendo artículos y libros sobre la revolución sexual femenina y militando en el PSOE. Su madre, Aurora, la había educado para ser modelo de «mujer del futuro» y «cambiar el mundo» pero, cuando le pareció que el noviazgo de una Hildegart que empezaba a pensar distinto ponía en peligro su «proyecto», «destruyó su obra». La asesinó cuando apenas tenía 18 años.

'La virgen roja'

  • Dirección: Paula Ortiz.

  • Guion: Eduard Sola, Clara Roquet.

  • Intérpretes: Najwa Nimri, Alba Planas.

  • Fotografía: Pedro J. Márquez.

  • Música: Juanma Latorre, Guille Galván.

  • Nac.: EE.UU.-España.

  • Duración: 114 m.

Presenta Paula Ortiz la sorprendente historia con fuerza visual y dos buenas actrices (Najwa Nimri, siempre poderosa, es la madre y Alba Planas, aquella joven mamá de la serie 'Días mejores', la hija). Llena su película de discursos que crean revuelo y citas que parecen más de hoy que de hace más de 90 años.

Pero algo pasa, o deja de pasar, entre el ciclón discursivo y dinámico. No descubrimos nada nuevo, ni menos aún nos identificamos con la hija, dibujada como una marisabidilla, ni con la madre, que se escora hacia una posesiva enfermiza. La potencia visual y el interés de la historia quedan sepultados bajo una mirada epidérmica, impostada y distante.

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