Estamos pegados a lo real, aunque unos rótulos iniciales le añadan asteriscos al advertir que los detalles «no son reflejo directo de la realidad» y que el guion está «libremente inspirado» en el libro 'L'infiltré' ('El infiltrado'), de H. Avoine et E. Fansten.
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Pero ... fue real la investigación que siguió el periódico 'Libération', y la publicación posterior del libro, en la que denunciaron la existencia en Francia de un «narcotráfico de Estado»: en su inmersión en el mundo de los narcotraficantes para controlarles, la OCRTIS, Oficina Central para la Represión del Tráfico Ilícito de Estupefacientes, se había convertido en traficante de drogas.
Dirección: Thierry de Peretti
Guion: Thierry de Peretti y Jeanne Aptekman
Intérpretes: Roschdy Zem, Pio Marmai, Vincent Lindon, Julie Moulier
Fotografía: Claire Mathon
Nacionalidad: Francia
Duración: 120 minutos
El asunto resulta apasionante. Lástima que la película 'verité' de Thierry de Peretti acabe actuando como un ventilador que mancha a todos pero poco aclara. Seguramente que por no caer en los tópicos maniqueos del cine sobre narcotraficantes, acaba dotando de tantas aristas, luces y sombras a sus personajes, a los que mira desde lejos, que no sabes a quién creer y todo resulta confuso.
El malo de la película supuestamente es Jacques Billiard (Vincent Lindon), el director de la Oficina Central acusado de pasarse al otro lado. Pero le dejan bastante tranquilo, le dan oportunidad de justificarse y de acusar de mentiroso y mitómano al confidente infiltrado que le ataca. Este, Hubert Antoine (Roschdy Zem), es dibujado como alguien inestable, obsesivo y turbio, del que tampoco te fiarías demasiado. Sus desencuentros con el periodista Stéphane (Pio Marmaï), a quien la investigación parece venirle algo grande, salpican 'Enquête sur un scandale d'Etat'.
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En su falta de espectacularidad, la cosa tiende hacia el batiburrillo distante, incluida la aparición de Tristán Ulloa explicando la relación entre los GAL, la colaboración hispano-francesa y el narcotráfico. En fin, al menos la editorialista de 'Libé' hace las preguntas adecuadas: «¿Puede la lucha contra la droga situarse fuera de la ley? ¿Complicidad, complacencia, incompetencia?».
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