Es de esas propuestas cuyo desarrollo deja la sensación de que podía haber llegado mucho más lejos, pero al menos contiene una idea redonda con la que es fácil conectar y que vale por toda la película.

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Merceditas, la cansada madre de dos hijos ruidosos, ... esposa de un marido que ronca y empleada judicial, encuentra su espacio para ser otra o ella misma, su 'habitación propia', su remanso de paz personal. Puede que sea raro que lo halle en el apartamento de una escritora presa porque mató a tiros a su amante. Merceditas tiene la llave de su piso y con la excusa de regar las plantas y la curiosidad de fisgar entre los libros, ropas y maquillajes de la asesina de clase alta, cada vez pasa más tiempo en el apartamento. No busca un amante sino el silencio, la evasión, ocupar el lugar de otra como una forma desesperada de cambiar de vida.

El lugar de la otra

  • Dirección: Maite Alberdi.

  • Guion: Inés Bortagaray y Paloma Salas.

  • Intérpretes: Elisa Zulueta, Francisca Lewin y Marcial Tagle.

  • Fotografía: Sergio Armstrong.

  • Música: Miguel Miranda.

Maite Alberdi, después de dos conmovedores documentales ('El agente topo' y 'La memoria infinita') se pasa a la ficción con esta cinta que mantiene algo del punto entrañable, juguetón y humano que le caracteriza. Se basa en un hecho real, el crimen del hotel Crillón ocurrido en los años 50 en Santiago de Chile. Le queda una película fácil de ver pero algo irregular.

La reconstrucción histórica, con una luz televisiva, se hace algo artificiosa. La película dedica mucho tiempo a los interrogatorios contradictorios e instrucción judicial del caso, que son entretenidos pero secundarios a lo que se quiere contar. Y a mitad del metraje da la sensación de que casi todo lo que se quería transmitir ya ha sido dicho. En todo caso, aunque algo romo, nos queda un producto ameno y siempre recordaremos a Merceditas pintándose los labios en ese piso.

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