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El escritor y cineasta ocasional Emmanuel Carrère (París, 1957) presentó anoche en Perlak su nueva películas, 'Ouistreham', una adaptación muy libre del reportaje que la periodista Florence Aubernas escribió sobre la invisibilización de los trabajadores precarios en tiempos de crisis. El autor de obras como ' ... El adversario', 'De vidas ajenas' o la reciente 'Yoga', Premio Príncipe de Asturias de las Letras, centra su filme, protagonizado por Juliette Binoche, en el ámbito de las empleadas de la limpieza de los ferries que cubren la ruta entre el puerto francés de Ouistreham, próximo a la ciudad francesa de Caen, en Normandía, y la ciudad inglesa de Portsmouth.
– Usted se dedica mayormente a escribir, que es una actividad solitaria, mientras que rodar películas es lo contrario, un trabajo colectivo. ¿Cómo lo lleva esto último?
– Es un inmenso alivio poder trabajar con gente. Como bien dice, escribir es un trabajo solitario, a veces enriquecedor, pero también muy angustiante por la continua relación con uno mismo. En el cine, en cambio, la relación con los demás me ha hecho feliz. Es verdad que resulta más cansado y estresante, pero por otro lado, el hecho de compartir el trabajo con otros lo vivo con un cierto confort psicológico.
– Han pasado quince años desde su anterior película. ¿Le gustaría que no transcurriera tanto tiempo entre ésta y la siguiente?
– Pues no lo sé. Ahora mismo no tengo ningún proyecto cinematográfico. En este momento estoy metido en la escritura de un libro muy largo y complicado. No sé cuántas vidas tendré, pero si hago una cuarta película estaré contento.
– Ya que lo menciona, ¿qué puede contar sobre ese libro que está escribiendo?
– Del libro no quiero hablar de momento.
– La película parece una denuncia del clasismo intelectual. ¿Existe en Francia?
– No sé si es del todo una denuncia. Por supuesto, cuenta la historia de alguien que en un momento dado decide representar y compartir la vida de una clase social que no es la suya. ¿Se puede criticar intelectual o políticamente lo que hace? Eso ya otra cosa, pero el libro de Florence Aubenas, en el que se basa la película y que tiene ya unos diez años, sigue muy presente hoy en día en Francia en la memoria de la gente. Es un libro útil porque con un pequeño granito de arena ha modificado la mirada de la gente sobre esos trabajadores, en este caso más trabajadoras, invisibles.
– Sobre la responsabilidad del escritor como representante de colectivos que no le han pedido que les represente, ¿siente que el personaje de Juliette Binoche le representa de algún modo?
– Es una cuestión interesante y justa. En el libro de Florence Aubenas las cosas son distintas a la película. Es un reportaje de periodista y creo que la autora pudo tener escrúpulos en algún momento, aunque no lo sé con certeza, a la hora de hablar sobre estos trabajadores. En cambio, yo tengo más tendencia a interrogarme sobre mi propio trabajo y el personaje de Juliette Binoche, a diferencia de Aubenas, sí que se pone en una situación ambigua y peligrosa porque entra en el terreno de la intimidad con su amiga y compañera. Lo hace con afecto y simpatía, pero también está corriendo un riesgo importante porque ahí hay una cierta forma de traición. Es lo que me interesaba de este personaje, la preocupación que hubiera tenido si yo hubiese escrito el libro.
– ¿Cómo relaciona las situaciones que recoge la película con la Francia actual? ¿Cree que las cuestiones identitarias han desplazado a las laborales en las reivindicaciones de la izquierda?
– La realidad del mundo del trabajo precario que muestra el libro 'El muellle de Ouistreham' (Ed. Anagrama) es aún más actual que cuando se publicó, lo cual es curioso dado que tiene ya diez años. Hace unos años surgió en Francia un movimiento muy importante, el de los 'chalecos amarillos', que es una verdadera revuelta sociológica. Creo que los personajes de 'Ouistreham' podrían ser pefectamente 'chalecos amarillos'.
– En sus películas se apoya mucho en las actrices. ¿Se siente más seguro como director trabajando con un actor que arrope todo el filme?
– Por supuesto. Lo que está en juego, diría que es el centro de la película, es confrontar a una estrella como Juliette Binoche con intérpretes no profesionales. Obviamente, no tenía ninguna duda sobre el trabajo de Binoche como actriz, pero sí que me dejó más sorprendido su capacidad de ayudar a las otras actrices. Una generosidad impactante. Y ocurrió algo y es que al final había momentos en los que tenía la sensación de que ella dirigía más la película que yo. Juliette ayudaba a sus compañeras, jugaba con ellas, les daba pistas, y todo esto conformó algo muy bonito. Los primeros días desconfiaban sobre cómo iba a transcurrir este encuentro entre una y otras, pero pienso que tanto yo como ellas han disfrutado mucho de este encuentro de dos mundos diferentes. ¡No está mal para ellas haber tenido a Juliette Binoche como 'coach'!
– ¿Fue la propia Florence Aubenas la que le propuso para dirigir la adaptación de su libro o cómo fue ese proceso?
– Es un poco complicado de explicar porque fue un poco raro. Cuando se publicó, todo el mundo quería adaptar el libro 'El muelle de Ouistreham' y todas las actrices querían el papel, pero Aubenas no deseaba que se llevara al cine. Y Juliette Binoche, que realmente es una persona muy tenaz que cuando quiere algo lo acaba consiguiendo, invitaba cada año a cenar a Florence Aubenas para convencerle. Un día, por razones que no comprendí muy bien, Aubenas dio mi nombre y a partir de ahí, Juliette se puso en contacto conmigo. Por otra parte, Florence se distanció mucho del proyecto, no quiso ni leer el guion y me dio total libertad para adaptarlo. Yo hago lo mismo cuando adaptan un libro mío. Les digo que hagan lo que quieran.
– Usted concursó en Cannes, también ha sido miembro del jurado y conoce este mundo. ¿Existen también esos trabajadores invisibles en la industria cinematográfica y, singularmente, en el de los festivales de cine?
– ¡Por supuesto! Claro que en todo este mundo hay gente que trabaja en condiciones muy duras.
– ¿Se ha hecho más consciente usted de la existencia de estos trabajadores a raíz del libro?
– Si esta historia nos ayuda a ser más conscientes del trabajo de las mujeres de la limpieza, habrá ayudado de alguna forma. Yo no soy como esa gente que no tira de la cadena del váter, pero ahora cuando voy a un hotel sí que tengo un poco más de cuidado con lo que hago, soy más consciente del trabajo que realizan estas mujeres y de lo que tenemos que hacer.
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