«En el rodaje me tenía que quitar las lágrimas entre toma y toma»
Iciar Bollaín ·
La directora ha apostado por la austeridad en 'Maixabel' para «no recrearnos en el dolor»Secciones
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Iciar Bollaín ·
La directora ha apostado por la austeridad en 'Maixabel' para «no recrearnos en el dolor»Iciar Bollaín vive con emoción el estreno de esta noche porque «ya el rodaje se planteó para que pudiéramos llegar al Zinemaldia. Es su sitio natural»
– ¿Se pensó mucho si hacer la película?
– Entré de cabeza y luego me dí cuenta de que era un tema muy delicado. Me interesó enseguida. Ya había leído entrevistas a las víctimas y me impactaron, Me sobrecogió que una víctima se siente a hablar con la persona que más daño le ha hecho. Pero también pensé en el camino que habían hecho unos hombres que habían estado en un comando de ETA y se sentaban delante de su víctima. Era una oportunidad para hablar de algo muy necesario.
– ¿Fue muy largo el proceso hasta que comenzaron a rodar?
– No mucho más que en otras ocasiones. Hablamos con los implicados, que nos lo dieron todo. Es un lujo poder hablar directamente con ellos. Pero eso tiene una responsabilidad, tienes que representarlas de una manera que estén a gusto.
– ¿Da pudor entrar en momentos tan íntimos de la vida de las víctimas y de los asesinos?
– Sí. Por eso hemos apostado por la austeridad en la escritura del guion, en la puesta en escena y en la música. No nos podíamos recrear en el dolor. Fue una consigna.
– ¿Entiende el cine como elemento de concienciación social?
– Me encanta el cine de entretenimiento. Yo no voy al cine a hacer los deberes. Pero cuando hago una película intento que aporte algo. Si esta historia está teniendo aceptación es por Maixabel. No se puede criticar a una persona que quiere dar una segunda oportunidad y tampoco a alguien que hace un ejercicio de autocrítica, deja de justificar algo, pierde la identidad más fácil que tiene, la de héroe y se convierte en un traidor para los suyos y en culpable ante sí mismo. Su discurso es tan deslegitimador de la violencia, lo que dicen es demoledor. A mí me han abierto mucho los ojos sobre lo que era ETA.
– ¿Cuál ha sido el momento más duro de rodar?
– Han sido muchos. Había momentos tras una toma que me tenía que quitar las lágrimas y decir: '¡Está muy bien, pero vamos a hacer otra'. La secuencia del homenaje a Jáuregui estuvo muy cargada. No fue difícil de rodar porque todos son un amor, sus amigos, Maixabel, Ibon. Para el plan de rodaje de los primeros días buscábamos algo ligero y no encontrábamos ninguna escena que lo fuera. También fue muy fuerte el primer encuentro entre Maixabel y Etxezarreta porque Luis y Blanca no se conocían y quisieron seguir así hasta ese momento para acercarse más a lo que sintieron los verdaderos protagonistas.
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