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Un festival de cine es siempre un espejo de la realidad que le rodea, y el Zinemaldia lleva media siglo, desde el inicio de la Transición, siendo un termómetro de la 'guerra y paz' vasca. No solo del 'glamour' vive el certamen. El debate generado por el estreno en la edición de este año de 'No me llame Ternera', el documental de Jordi Évole que incluye una entrevista con José Antonio Urrutikoetxea, evoca las polémicas vividas en 1979 con 'El proceso de Burgos', la película de Imanol Uribe, o la expectación generada en 2021 por 'Maixabel', de Iciar Bollain.
Pero la controversia suscitada por el reportaje de Évole remite sobre todo a lo ocurrido en 2003, hace justamente 20 años, cuando también hubo voces que protestaban, antes de verla, por la inclusión de la película de Julio Medem en la programación del Zinemaldia. Se criticaba desde distintas asociaciones «que se diera la misma voz a las víctimas que a los verdugos». Cuando al final el filme se proyectó en el Kursaal la polémica se desinfló. Medem había sufrido una larga lista de descalificaciones y se vio dentro de una polémica no buscada. El actual director del Festival, José Luis Rebordinos, insiste en pedir que las posibles críticas a 'No me llame Ternera' lleguen tras la proyección, no antes. «No es un película que blanquee a ETA, más bien es lo contrario», adelanta Rebordinos. «En este tipo de documentales hace falta contexto para explicar quién es el personaje y en el caso de Évole lo da. En 2012 sufrimos duras críticas desde sectores de la izquierda abertzale por no programar en el festival 'Ventanas de interior', un documental en el que aparecía Mikel Antza como un preso sin contar quién era».
La película del Festival y la sombra de ETA es larga. En algún caso hasta la realidad pareció ficción: en 1986 la proyección de la película de Claude Chabrol 'El inspector Larardin' se suspendió en el Victoria Eugenia porque un comando de ETA entró en la cabina de proyección y se llevó los dos últimos rollos del filme. Durante el franquismo el Festival fue algunos años escaparate del régimen, con Carmen Polo de Franco como habitual del palco, y con la Transición el certamen reflejó la agitación de esos años, desde las huelgas generales a las movilizaciones que convulsionaron sucesivas ediciones.
Pero hablamos de películas. El documental de Imanol Uribe 'El proceso de Burgos', de 1979, considerado por muchos como el primer peldaño del cine vasco contemporáneo, marcó una época con su multitudinario estreno en el Astoria y las trabas que desde el gobierno central, en manos de UCD, se quisieron imponer a la presencia del largo en la programación. Dos años después 'La fuga de Segovia', también de Uribe, que recreaba la escapada de presos vascos y catalanes de esa prisión castellana, marcó otro acontecimiento, con largas colas ante el Victoria Eugenia. El propio Uribe ganaría en 1994 la Concha de Oro con 'Días contados', basada en una novela de Juan Madrid y protagonizada con Carmelo Gómez, con un comando de ETA en la capital española.
A medida que fue avanzando la historia y se fue consolidando el sector cinematográfico vasco fueron llegando más títulos sobre el terrorismo y la violencia en la sociedad vasca. Aunque este no es un repaso exhaustivo, sí cabe reseñar mitos como la participación en Sección Oficial, en 1990, de 'Ke arteko egunak', la película de Antxon Ezeiza basada en la novela de Koldo Izagirre. O 'Yoyes', de Helena Taberna, en el 2000.
La serie es larga. Tras el terremoto suscitado por 'La pelota vasca' en 2003 llegaría en 2007 'El año de todos los demonios', de Angel Amigo, con revelaciones sobre la desaparición de Pertur, y en 2008 optó a la Concha de Oro 'Tiro en la cabeza', un filme de Jaime Rosales que bien podría calificarse experimental, sin diálogos, que contaba cómo el 2 de diciembre del 2007 tres miembros de ETA asesinaron a dos guardias civiles con los que casualmente se encontraron en una cafetería en Capbreton.
Las películas vinculadas a la actualidad vasca ya empezaron a ser habituales. En 2013 Aitor Merino presenta 'Asier eta biok', que trata sobre su amistad con el preso Asier Aranguren.
Un año después llega fuera de concurso 'Lasa y Zabala', el filme de Pablo Malo que contaba la historia de los jóvenes detenidos, torturados y asesinados por guardias civiles en 1983.
No solo hubo miradas graves. 'Fe de etarras', la comedia 'negra' de Borja Cobeaga protagonizada por un comando de ETA que se ve obligado a 'celebrar' los triunfos futbolísticos de España, se presentó en el Velódromo en 2017.
En 2019 llega otro estreno que tendría especial significación. En la sección Made in Spain se presentó 'Zubiak', un documental de Movistar+ dirigido por Jon Sistiaga y Alfonso Cortés-Cavanillas que reunía a Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jáuregui, con Ibon Etxezarreta, uno de los etarras que participó en el asesinato de su marido. Años después, en 2021, el Festival fue el lanzamiento de 'Maixabel', el filme de Iciar Bollain que recrea aquel caso y que se convertiría en un fenómeno social y de taquilla, como un documento de los nuevos tiempos que vivía el Pais Vasco tras el final de ETA.
También en 2021 se programó 'Historia de un volante', documental dirigido por Iñaki Alforja e Iban Toledo sobre la desaparición, 40 años antes, del miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas José Miguel Etxeberria Álvarez, 'Naparra'. Y el Zinemaldia fue escenario de la proyección de las primeras imágenes de 'Patria', la serie de Aitor Gabilondo basada en la novela de Fernando Aramburu. El año pasado acogió también la presentación de 'Gesto', de Xuban Intxausti, que recoge la historia de 30 años de pacifismo vasco.
Cada película tiene su historia y su contexto. Ahora llega este 'No me llame Ternera' que se estrena el viernes 22 en la sala de cámara del Kursaal como apertura de 'Made in Spain', un ciclo que no suele estar bajo el foco informativo y que este año llega cargado de expectación. Más de 500 firmantes pidieron al Festival que retire el documental de la programación, pero Rebordinos y el certamen mantienen su apuesta. «No cabe censura previa: que se vea y, si cabe, se critique».
En lo que coinciden quienes ya lo han visto es en que «no blanquea» el terrorismo. Representantes de los partidos polìticos ya han tenido proyecciones previas o las tendrán, y desde el Zinemaldia se ofreció a una representación de los 500 firmantes un pase privado, aunque la propuesta no parece haber sido aceptada.
El filme, codirigido por Màrius Sánchez, está producido por Netflix, que ya ha anunciado su estreno en octubre.
Más allá de las películas programadas por el Festival en torno a la violencia en el País Vasco, la cuestión ha ido cobrando más protagonismo en largometrajes y series de televisión. Desde la ya legendaria 'Operación Ogro', de Gillo Pontecorvo en 1979, que recreaba el atentado contra Carrero Blanco, hasta la multipremiada 'Días contados', de Imanol Uribe, protagonizada por un comando de ETA en Madrid, son numerosas las historias que se han acercado al terrorismo. La serie 'La línea invisible', de Mariano Barroso, sobre los orígenes de ETA, o 'El pico', de Eloy de la Iglesia, en 1983, hasta 'Negociador', de Borja Cobeaga, en 2014, que cuenta precisamente las conversaciones que acercaron al final, son algunos títulos, pero quedan historias por contar.
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Javier Bienzobas (Texto y Gráficos) | San Sebastián
Iñigo Puerta | San Sebastián
Patricia Rodríguez e Izania Ollo | San Sebastián
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