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Con el objetivo de impulsar la conciliación y permitir que las familias que vienen a trabajar al Zinemaldia puedan hacerlo con sus hijos, el certamen cuenta por primera vez este año con un servicio de guardería para las personas acreditadas. Una iniciativa que ha recibido el «aplauso casi unánime de prensa, industria e invitados al certamen» y que, sobre todo, se ha materializado en un espacio de más de cien metros cuadrados en San Telmo llamado 'Puxika Gorria / El Globo Rojo', donde un grupo de niños de dispares nacionalidades interacciona cada día a través de un idioma universal: el del juego.
La encargada de coordinar la iniciativa que partió del colectivo Parenting at Film Festivals y que ha sido posible gracias al impulso del Zinemaldia, el propio museo donostiarra y la Asociación de Mujeres Cineastas y Medio Audiovisuales (CIMA), es la psicopedagoga Ainhoa Muniategui, quien valora como «muy positiva» la experiencia. «Viene mucha gente, incluso sin niños, simplemente a darnos las gracias», asegura.
El pasado Festival de Cannes fue el primero en apostar por la fórmula y José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia, no dudó en importar la idea. «La conciliación familiar está llegando poco a poco también a los festivales. Con esta guardería queremos poner nuestro granito de arena para un desarrollo social más justo e inclusivo», expresó cuando se dio a conocer el nuevo servicio. Así, desde el pasado viernes mientras el particular ágora en el que se ha convertido San Telmo bulle entre encuentros de la industria, mesas redondas, canapés y 'networking', en la segunda planta del edificio mandan la pintura de dedos, los túneles para gatear y los trenecitos de madera.
A mediodía llega una de las horas de mayor actividad, porque en 'Puxika Gorria' además de las actividades lúdicas se tienen en cuenta aspectos como la alimentación, la higiene y la siesta de los críos. «Damos de comer a los peques, pero son los padres quienes tienen que traer los alimentos», puntualiza Muniategui. Es prácticamente imposible contar con un servicio de cátering en una guardería de este tipo, dado que la estancia de los niños es muy flexible. «Hay días que tenemos cinco niños, otros quince y otros tres. El número de críos cambia incluso en diferentes franjas horarias, porque hay acreditados que a lo mejor tienen algo durante una hora por la mañana y otra por la tarde y solo dejan a sus hijos en esos ratos. Además hay que tener en cuenta que a veces tampoco vienen para toda la semana, sino uno o dos días en concreto. Siempre que no se sobrepase el límite de seis horas seguidas de estancia de sus retoños, las familias pueden organizarse como quieran».
Este adaptarse a cada necesidad no es óbice para que Muniategui y su equipo -Vanesa, maestra de lengua extranjera, y Jon, que lo es de educación infantil- tengan bien establecido un orden del día. «A primera hora nos presentamos para que nos conozcan los niños que aún no saben quienes somos, después los dividimos en 'txokos' por edades y trabajamos sus diferentes capacidades mediante el juego. Por la tarde programamos algo especial, como castillos hinchables, pintacaras... ¡hasta hemos ido de excursión al Aquarium!».
Horario: De 10 a 18 horas
Edad de los niños: Entre los 6 meses y los 6 años
Idioma: Se atiende a los menores en castellano, euskera e inglés
Precio: El coste asciende a 50 euros por niña o niño para todo el Festival. También se puede adquirir un bono de 16 horas por 30 euros.
Cupo: No se puede exceder el número de 25 niños a la vez
Más información: ParentingAtFilmFests@gmail.com
Respecto a cómo se adaptan los críos, la coordinadora de 'Puxika Gorria' reconoce que hay de todo. «Hay niños que se quedan contentos y otros a los que les cuesta más, pero al final con mucho mimo, mucho cariño y, sobre todo, muchísima mano izquierda, logran darle la vuelta». Quizá allana el terreno que los progenitores rellenen un extenso cuestionario en el que indican todas las pautas a tener en cuenta. «Y otro con el horario de entrada, de salida, y la identidad de la persona que recogerá a la criatura. Tenemos mucha flexibilidad pero, por supuesto, también seguridad».
Los idiomas en que se atiende a los niños son el castellano, el euskera y el inglés. «Hemos tenido a una niña que solo hablaba ruso, pero no pasa nada. La capacidad de los críos para comunicarse es impresionante. Da igual de dónde vengan, qué lengua utilicen, de qué cultura sean: el juego es universal y los peques entre ellos enseguida interactúan. No hay barreras, no hay nada. Yo cada día aprendo de ellos», subraya la psicopedagoga.
A pesar de que Ainhoa Muniategui afirma que la guardería está funcionando bien, cree que los ratios serán aún mejores en próximas ediciones del Zinemaldia. «El fin de semana pasado mucha gente vino a informarse. Algunos nos dijeron que no se habían enterado o que lo habían hecho cuando ya estaban organizados para dejar a los niños con alguien, pero que el año que viene vendrán en familia. Esperamos que sea así, al final estas cosas se impulsan con el boca-oído».
- ¿Habéis tenido a los hijos de algún famosos o esos vienen con 'babysitter'?
- Esa es información confidencial -concluye con una sonrisa.
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