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ALBERTO MOYANO
Sábado, 22 de septiembre 2018, 08:36
No hay fórmulas infalibles. Ni en el amor, ni en el humor, ni en la taquilla. La rueda de prensa que siguió a la proyección de la película argentina 'El amor menos pensado', en la que participó buena parte de su equipo, giró en torno los estragos que el tiempo causa en las relaciones de pareja, así como en los posibles remedios.
«De lo que habla esta película es de que el vínculo entre dos personas es inédito, más allá de que los porcentajes nos hagan creer que hay lugares comunes y normas a seguir: mi consejo en el amor es poner lo mejor de cada uno, escucharse y quitarle el dramatismo a las cosas», aseguró Ricardo Darín que, además de protagonizar la historia, debuta en este película como coproductor junto a su hijo, Chino Darín, y a Federico Posternac, al frente de la firma Kenya. Una producción que no resultó del todo sencilla debido a las fluctuaciones del valor del peso respecto al dólar: el intento del productor Juan Pablo Galli por explicar cuánto había costado el filme dio lugar a un momento realmente hilarante. Y al final, no quedó claro.
Darín, que estuvo acompañado por el director, Juan Vera, la actriz Mercedes Morán, el actor Luis Rubio y el productor además de por Posternac, Galli y su propio hijo y socio en la productora, señaló que «el humor es un bálsamo para abordar ciertos temas y no salir herido, pero nunca estás al tanto de cuál va a ser el resultado». El intérprete, Premio Donostia del Zinemaldia en la pasada edición, recalcó que «nada se parece a un grupo de personas que no se conocen entre si viendo algo que unos hacemos» en una pantalla o un escenario. Darín quiso resaltar así la imposibilidad de aplicar una fórmula al humor que garantice las risas del público.
Director de la película
Una condición impredecible que también está presente a la hora de buscar el éxito en taquilla. Preguntado Juan Vera, si a través de esta historia de amor y desamor entre una pareja madura buscaba atraer a un público de en torno a los cincuenta años -puede que el único existente ya en lo que a las salas de cine respecta-, el realizador, que debuta con esta película, lo negó. «No siento que haya tendido hacia un 'target' determinado. Hice la película que me salía, no hubo un cálculo sobre qué gente consume cine». Es decir, vino a confirmar el director, aquí tampoco hay pócimas secretas: «No hay fórmulas porque siempre nos sorprende el mercado». En este punto, Darín recordó el papel que juegan los jóvenes, encarnados en la película por el hijo de la pareja que su personaje forma con el de Mercedes Morán, al señalar que «los jóvenes son partícipes necesarios de este tipo de relaciones, ya sea en sus familias o en las de sus amigos».
Preguntados insistentemente por la edad de los protagonistas de la película, Darín afirmó que «era necesario que la pareja tuviera ya un recorrido en conjunto. No sería el mismo planteo si, en lugar de 25 años de casados, llevaran siete o doce. La honestidad y la sinceridad cobran una mayor profundidad» tras una relación tan larga, aseguró el intérprete argentino.
Mercedes Morán, por su parte, apuntó que «se nos hizo fácil el trabajo porque el guion estaba bien escrito. Me impactó que pasa a ser una comedia romántica con poco de comedia y de romanticismo. No se subraya el chiste, ni la emoción, y los personajes están empatados y corridos de los lugares comunes». En el caso del femenino, lejos de la «insatisfacción y la histeria», indicó. Morán dijo que resulta obvio que «el amor existe en esta pareja, pero a veces es difícil verlo desde dentro y a esas edades. La película habla del amor, no dice cómo tienen que ser las cosas».
La actriz aseguró que un divorcio, tal y como se plantea en la película, «no es visto como un fracaso o una derrota, sino como una decisión de empezar otra cosa». En el caso de su personaje, «tiene que ver con que la mujer ya necesita tener una imperiosa necesidad de calmar una insatisfacción porque la mujer sola, sin pareja, nunca tuvo buena prensa», cosa que, según recordó, no ha sucedido con los hombres solos. «Tomar distancia no es sinónimo de derrota», sentenció Morán, que admitió el mérito en este punto de los guionistas, todos masculinos.
«Son preguntas que me hago y que se tiene que hacer la gente de mi edad: qué pasa con el amor, la pasión y el deseo», dijo el director, que consideró a sus actores «los dos mejores del mundo», algo que pensaba antes de trabajar con Darín y Morán, y que «ahora pienso mucho más. Cuando veo la película, me parece que no son textos míos, sino que los dicen ellos en ese momento. Y no: es el guion, pero ellos lo transforman en un sonido distinto. Todos los personajes están hablando de mí», indicó Vera, que también mencionó el especial cuidado que puso en la creación de los secundarios.
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