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Es curioso. John Malkovich ha visitado en numerosas ocasiones el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y, sin embargo, es este año -que no figura en el 'star system' del certamen- cuando hay días en que parece que todo empieza y termina ... en él. Como si tejiera la madeja que conecta las cosas más pequeñas, más insignificantes, pero que son las que abrigan el alma de este Zinemaldia.
Si la prensa nada como pez en el agua en la 'milla de oro' que discurre entre el María Cristina y el Kursaal, es en el Museo San Telmo donde la mayoría de los profesionales de la industria del cine han encontrado su particular ágora. Allí mismo recibe al visitante un anuncio de la exposición gratuita 'Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía'. No importa qué hora sea, desde bien temprano siempre hay gente que, acreditación al cuello, se arremolina para contemplar de cerca las geniales instantáneas de Sandro Miller.
El cartel de la muestra, que se podrá visitar hasta el 17 de noviembre, presenta a John Malkovich rodeado de moscas. Una imagen reveladora en un día como el de este martes. Estar con la mosca denota expectación, la misma que generan las sorpresas. Una de las de esta 67 edición llegaba en forma de largometraje misterioso, cuyas entradas se han tenido que comprar a ciegas. Quienes apostaron por lo desconocido han podido saber ya que será 'Joker', la reciente ganadora del León de Oro de Venecia, la película que se proyectará el sábado 28 a las 18 horas en el Victoria Eugenia. Eso, en San Sebastián, porque el Zinemaldia ha decidido probar una nueva fórmula y la ficción sorpresa viajará de forma simultánea a otros cines: Cine Yelmo Luxury Palafox (Madrid), Cinesa La Maquinista (Barcelona), Kinépolis Valencia, Cines Aragonia (Zaragoza) y Cine Cervantes (Sevilla). Una de esas coincidencias que hacen aflorar la sonrisa es que en la exposición en la que Malkovich aparece caracterizado como algunos de los personajes más icónicos del siglo XX se pueden encontrar cuatro retratos en los que emula al Joker de Jack Nicholson. Otro detalle pequeño, pero que supone un gran golpe de efecto: desde bien temprano, el cartel en el que se revela el título del largometraje sorpresa colgaba imponente frente al Hotel María Cristina.
Si hay un lugar que conocen bien los fans del festival es, precisamente, la puerta del cinco estrellas donostiarra. Al María Cristina ha llegado este martes María Valverde, muy dispuesta a agradar a los cazadores de autógrafos -y 'selfies'- apostados junto a las vallas. También entre muchos otros actores y actrices ha subido las escaleras del María Cristina la actriz Greta Fernández, que este miércoles presenta la película 'La hija de un ladrón'. Que sepamos no es amigo de lo ajeno, pero sí su padre en la vida real, el actor Eduard Fernández, con el que comparte protagonismo. Este año destacan en cartelera al menos tres películas con elenco paterno-filial: la mencionada 'La hija de un Ladrón', 'La odisea de los giles' -que protagonizan Ricardo Darín y su hijo, Chino Darín-, y 'Me llamo violeta', el trabajo que se proyecta en 'Made in Spain' sobre jóvenes transgénero en el que aparecen el actor porno Nacho Vidal y su hija.
Hablando de familias. El Zinemaldia ha apostado este año por facilitar la conciliación familiar con un servicio de guardería para los retoños de las personas acreditadas. Lleva por nombre 'Puxika Gorria' (o 'El Globo Rojo') y se ha instalado en la segunda planta del Museo San Telmo, junto a la exposición de John. Según su responsable, Ainhoa Muniategui, la iniciativa ha sido acogida con un aplauso prácticamente unánime, dado que permite a los profesionales que participan en el Zinemaldia -bien sea como prensa, como parte de la industria o como invitados- dar el callo sin renunciar a la familia.
Recargar pilas es algo imprescindible para afrontar la agenda maratoniana que plantea, un día tras otro, el Festival de Cine de San Sebastián. Pero no solo las personas lo necesitan. No es raro ver a cualquier hora enchufados a la red eléctrica del párking de Okendo los Audi e-tron que forman parte de la flota de coches oficiales del Zinemaldia.
Hay muchas formas de moverse durante el festival, pero en el interior del Kursaal, justo cuando se abren y cuando se cierran las puertas, la gente se mueve a toda prisa. Unos porque llegan pronto y quieren coger sitio -«hay quien viene con pareos para resevar cuatro o cinco butacas», reconocen los acomodadores del festival-, otros porque llegan los últimos y no quieren quedarse sin él. En cualquier caso sobre el parqué del cubo grande de Moneo se suceden las carreras antes de cada proyección.
Hablando de carreras, aunque en un sentido bien distinto. Dijo Marilyn Monroe que «una carrera es una cosa maravillosa, pero no sirve para acurrucarse contra ella en una noche fría». Según recordó hace algunas ediciones ya el periodista Mikel Gurpegui, en el Festival de Cine de San Sebastián de 1956 corrió el rumor de que la tentación rubia había visitado de incógnito el marco incomparable. Resultó no ser cierto, pero es una de las cientos de anécdotas y curiosidades ligadas al certamen. Al parecer en Donostia solo se ha podido ver de cerca a la Monroe en diferentes fotos e imágenes que se han ido exhibiendo en distintas iniciativas. Este año se la recuerda en la exposición que protagoniza el premio Donostia de 1998. Definitivamente hay días en los que todo empieza y acaba en John Malkovich, aunque no esté.
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