Hace poco más de un mes que tuvo que abandonar su país natal, Afganistán, por la llegada de los talibanes al poder. La directora de cine Shahrbanoo Sadat hizo las maletas –en realidad se fue con lo puesto y un portátil– y puso rumbo a Hamburgo, (Alemania). Sadat, de 31 años, es una de las directoras de Afganistán más reconocidas internacionalmente desde que en 2016 ganase con su ópera prima, 'Wolf and Sheep', el Art Cinema Award, el principal reconocimiento de la Quincena de Realizadores de Cannes, una sección paralela al festival que pone en valor las obras más originales y visionarias.
Publicidad
Ayer, ofreció una clase magistral en Tabakalera encuadrada en el área de Pensamiento y Debate del Festival, en la que dio a conocer el estado de la industria cinematográfica en Afganistán. «Ahora, con el exilio, llega la esperanza para el cine de mi país. Tras la salida de muchos artistas y cineastas afganos a países europeos y de otros continentes, estos van a tener la libertad que no han encontrado a lo largo de los últimos 20 años para hacer películas de verdad. Es un buen momento para mirar hacia Afganistán desde la distancia. Tengo la esperanza de que si conseguimos asentarnos en estos nuevos países, tendremos muchas películas afganas de éxito en las próximas décadas».
HISTORIA
Directora de dos cortos y seis largometrajes, Sadat es de físico menudo y habla con un tono bajo, pero firme, muy firme. Aún está procesando todo lo que ha sucedido desde el 14 de agosto de 2021, día en el que los talibanes tomaron Kabul. Durante su corta pero dilatada trayectoria como cineasta, Sadat arroja luz sobre la historia cinematográfica de su país. Las carencias, dificultades y la calidad de las cintas que han rodado sus colegas de profesión durante los últimos años. «Las películas que se han hecho en mi país tras la caída del régimen talibán en 2001 han sido de mala calidad, aunque hayan ganado premios. Están repletas de clichés y muchas eran propagandísticas».
Apenas existía dinero para la cultura en Afganistán. «Aquellas personas que se interesaban por el cine no se lo tomaban como una profesión, sino como un 'hobbie'. Ahora, con la llegada de los talibanes, la industria cinematográfica del país no va a cambiar. Han dicho que no va a haber hueco para los artistas. Los están asesinando. Siento una profunda vergüenza por ello».
Con una panorama desolador por delante, y también por detrás, ¿cómo comenzó esta joven directora en la industria cinematográfica de Afganistán? A los 18 años aprovechó una visita a una de sus hermanas instaladas en Kabul para dejar definitivamente su pueblo. Sadat quería estudiar Física, pero un error al registrarse la llevó a la sección de cine de la Universidad de Kabul. «Me pareció realmente aburrido. Tan solo eran clases teóricas y los profesores no tenían ni idea de cine. Los alumnos ni siquiera podíamos tener una cámara en la mano. Decidí dejar la universidad».
Publicidad
FUTURO
Menos de un año después trabajó como productora para el canal de la televisión privada afgana, Tolo TV. En 2009 se inscribió en el Atelier Varan de Kabul, una organización francesa que forma cineastas documentales en todas las formas de cine directo. «Nuestro profesor murió en un ataque suicida cuando estaba hospedado en un hostal. Esos tres meses han sido la única formación académica que he tenido. Aprendimos lo básico para hacer documentales y cuando terminé ese curso me enamoré del cine ficción». El mismo año, dirigió su primer cortometraje documental, 'A Smile for Life'.
Sadat ya trabaja en su próximo proyecto, una comedia romántica. Un género que apenas ha encontrado hueco en su país. «Los directores de Afganistán, Pakistán o Irán tenemos que ser capaces de poder contar nuestras historias a través de otros géneros. No como ha ocurrido hasta ahora, en la que la mayoría de las cintas estaban relacionadas con la política. Sueño con que los cineastas de mi país hagan películas relevantes. Afganistán, en lo referente a la cultura, es una región muy rica, y es muy triste que el mundo no la conozca».
Publicidad
La nueva película verá la luz en 2023. Trata sobre una mujer afgana de clase media que trabaja en una cadena de televisión. «Ella es productora de un programa de cocina, pero busca llegar a las noticias y se topa con un afamado periodista del que se enamora. Será la primera vez en la que se hable de Afganistán en una comedia romántica y se verá un beso entre un hombre y una mujer».
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.