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Tras el pase matinal de este sábado, donde no faltaron las lágrimas e incluso algún sollozo y que terminó en un largo aplauso, el equipo de 'Maixabel' presentó el filme en una rueda de prensa en la que remarcaron en todo momento que la película ... había salido adelante gracias «a la generosidad que han tenido con nosotros todas esas personas que sufrieron tanto dolor». La película opta a la Concha de Oro y aunque el Zinemaldia no ha hecho más que empezar, algunos ya la situaban entre las mejores de la Sección Oficial.
Había expectación ante este filme que recrea cómo surgieron y cómo se desarrollaron los encuentros restaurativos entre presos de ETA que habían optado por desvincularse del grupo armado y víctimas de sus atentados, y eso se reflejó en el encuentro con los medios de comunicación. La sala se llenó y bastantes periodistas se quedaron sin poder acceder.
La gestación del proyecto ha sido larga. La idea partió de los productores Koldo Zuazua y Juan Moreno, tras la lectura de las entrevistas realizadas por la periodista Mónica Ceberio con los participantes de esos encuentros restaurativos. «Nos llamó la atención. Nos parecía insólito que con la situación que todavía se vivía -en 2011 y 2012-, en el ámbito civil se produjeran esos encuentros sin una instrumentalización política», explicó Zuazua.
Decidieron trasladarlos al cine. Primero pensaron en realizar un documental, pero después optaron por una película porque «nos parecía que iba a resultar más efectiva». En 2016 fue cuando decidieron que la clave estaba en centrar la historia en Maixabel Lasa, que se había reunido con dos de los asesinos de su marido, el ex gobernador civil Juan Mari Jáuregui.
Cuando recibieron la oferta de poner en marcha la película, la directora Iciar Bollaín y la guionista Isa Campo vieron lo que este sábado en San Sebastián llamaron «una oportunidad de oro» y comenzaron a trabajar conjuntamente en dar forma al proyecto. Hasta entonces no solo no habían trabajado nunca juntas sino que no se conocían.
«Fue un trabajo de inmersión de un año y pico», centrado principalmente en encuentros con los verdaderos protagonistas, sobre todo con Maixabel Lasa y su hija María. Reconocen que fue duro porque, como explica Campo, «se nos han abierto en canal. Es lo bonito de ser guionista, poder acceder a seres que no eres, conocerlos y llevarlos a otras personas. Han sido muy generosos y creo que nos han transformado a todos. La cabeza nos ha dado varias vueltas».
Para Bollaín «se trata de un tema doloroso que afecta a muchas personas y no queríamos regodearnos en el dolor, de ahí la austeridad de la película en todos sus aspectos: el guion, la puesta en escena y la música». La directora destaca «la labor de los actores que han hecho sus personajes con una gran humanidad, han dado verdad a los hechos».
Luis Tosar, que en 2003 se hizo con la Concha de Plata por su interpretación de un maltratador en 'Te doy mis ojos', también de Bollaín, encarna a Ibon Etxezarreta, uno de los integrantes del comando de ETA que asesinó a Jáuregui y que posteriormente optó por la vía Nanclares, y los encuentros con la viuda de su víctima hasta acabar acudiendo a los homenajes que los amigos del exgobernador civil organizaban. El actor gallego incidió en que «partiendo de que nos llegó un material muy bueno y teníamos a la hermana Bollaín que nos ha conducido, nuestro trabajo ha consistido en saber aprovechar la generosidad de las personas, escucharles y pasar toda esa información por nuestros filtros para tratarla con extremo cuidado y sensibilidad».
Aunque reconoce que «es el personaje más complejo que me ha tocado en las cinco ocasiones que he rodado con Iciar. Antonio de 'Te doy mis ojos' también era muy complicado, pero este está a otro nivel».
Blanca Portillo, que también tiene su Concha de Plata 2007 por su papel en 'Siete mesas de billar francés', es Maixabel en la ficción. Asegura que «todos éramos conscientes de que era un tema terriblemente sensible y durante el rodaje se creó una atmósfera especial. Ha sido una honestidad coral, todos hemos estado en la misma onda y teníamos claro nuestro compromiso de poner al servicio de la historia todo lo que sabemos como intérpretes y todo lo que tenemos dentro».
A la hora preparar el papel, la actriz lo abordó en dos fases distintas. «El proceso ha sido distinto al que he seguido en otras películas porque la implicación emocional es tan grande. Hubo muchos nervios y mucha angustia» .
Primero fue la investigación, «ir más allá de lo que conocía como ciudadana». Para ello sintió «la necesidad de pisar la tierra para sentir que me concernía». Llegó a Gipuzkoa antes del inicio del rodaje y aprovechó ese tiempo «para hablar con gente, para conocer el paisaje humano y lo que se ha sufrido».
Luego entró la parte emocional que comenzó «dando el paso de conocer a Maixabel. Pedí que me dieran tiempo. Me propusieron un encuentro nada más llegar, pero pedí que esperaran. Estaba muy nerviosa, pero fue todo generosidad».
En el transcurso de la rueda de prensa, la directora de la película reflexionó sobre el ambiente que percibió en Euskadi durante los cinco meses que duró el rodaje. «No es un tiempo suficiente para saber cómo está la situación, pero sí creo que hay más libertad para hablar».
Fue durante los casting cuando se dio cuenta de ello. «A todos preguntaba si conocían a Maixabel y si tenía alguna relación con el conflicto y me sorprendió que todo el mundo hablaba mucho, cuando antes no era así. Eso también se notaba en el equipo técnico, con personas con todo tipo de convicciones. El ambiente fue muy relajado en ese sentido».
La directora también es consciente de que «lo que cuenta la película no es representativo» de lo que sucedió con ETA porque «fueron muy poquitos, unos veinte, los que optaron por la vía Nanclares, y menos aún, once, los que participaron en los encuentros».
'Maixabel' en el Zinemaldia
Como el resto de sus compañero que asistieron a la rueda de prensa, Bollaín también habló de la generosidad que han mostrado las personas que vivieron en directo los hechos que se narran en 'Maixabel'. Sobre la viuda de Jáuregui destacó cómo se había abierto a ellos desde todos los aspectos, «incluso las fotos y los cuadros de Juan Mari que aparecen en la película son los que están en su casa».
Tampoco quiso olvidarse la realizadora de «los amigos de Maixabel y Juan Mari. Algunos aparecen en la escena final del homenaje. Yo buscaba una canción en euskera y opté por una de Xabier Lete ('Xalbador')».
Los preparativos previos al rodaje de 'Maixabel' comenzaron durante el confinamiento y así, Luis Tosar recuerda que «cuando hablaba a través del ordenador con Iciar, cada cierto tiempo nos llegaba una tristeza muy profunda por todo lo que estábamos tratando». Con el dolor de las víctimas y de los victimarios siempre presente, el actor gallego comentó ayer que «hubo momentos muy mágicos durante el rodaje».
Uno de esos tiempos especiales fue la traslación al cine del primer encuentro entre Maixabel Lasa e Ibon Etxezarreta. Así lo recuerda Tosar: «Blanca y yo no nos conocíamos, solo una vez hace unos años nos habían presentado. Blanca propuso que no nos juntáramos hasta ese momento clave de la película. A Iciar y a mí nos pareció bien la idea. Producción hizo todo lo posible para que sucediera, imagino que con muchos problemas de logística. Hasta ese punto del rodaje todo fue creciendo con una tensión muy mágica. Para mí, el día clave fue muy grande, se creó una atmósfera que nunca había tenido en ningún rodaje».
A diferencia del caso del actor, a quien Bollaín llamó sin hacerle pasar por un casting, Blanca Portillo tuvo que pasar por una prueba. «Me lo tuve que currar y mucho», medio bromeaba ayer la intérprete. Tuvo que esperar más de un mes la respuesta pues había cinco candidatas. «No os imagináis como me preparé, pero siempre teniendo presente que me podían decir que no. Pero sí recuerdo que le dije a Iciar que aunque no me cogiera, me dejara ir al rodaje porque yo quería conocer a esa mujer, a Maixabel». Bollaín apuntó que no se lo notificaron pero que tenían claro que sería ella.
En todo caso, ambos coinciden en que «más allá de las escenas maravillosas, hubo momentos que resultaron complicados de rodar, aunque el resultado final tenga una apariencia sencilla, como el encuentro del primer encuentro de la mediadora con los presos».
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