No te puedes fiar de nadie

'Nuevo orden' se muestra especialmente cautivadora en su primera media hora, cuando Franco nos lleva de personaje en personaje con mano firme y ritmo trepidante, y combina la efervescencia del ambiente festivo y soleado con crecientes sombras. Por un lado, los hombres trajeados con sus intereses, sus mordidas, los sobres de dinero como regalo de bodas que vienen y van. No hay dignidad. Por otro, la aparición de un antiguo empleado de la familia que necesita urgentemente dinero para una operación de su mujer y se encuentra con la lejanía, y la escasa aportación, de la madre y el hermano de la novia, la única que sí intentará ayudarle. No hay solidaridad. Y, a la vez, una ambigua y creciente revolución de desfavorecidos que viene de la calle y que estallará irrumpiendo violentamente en la fiesta y en todo México.

La lucha de clases que Bong Joon-ho dibujó en 'Parásitos' en una escena ocupa a Michel Franco una hora de cine que mata moscas a cañonazos. Todo son muertes brutales, la antigua cocinera robando y humillando a quienes eran sus jefes minutos antes, pillaje, caos, toque de queda, la novia que es secuestrada por militares,... No te puedes fiar ni de los ricos ni de los pobres ni del ejército ni del poder, que siempre gana.

'Nuevo orden' baja un tanto en su interés conforme se muestra más repetitiva en su mensaje desesperanzado, no te deja empatizar con sus personajes y parece asentarse más cerca del frío sensacionalismo que de la reflexión.